Autor: M. EUGENIA SALINAS
“No recuerdo sentir ni dolor ni frío al estar en el mar, sólo desesperación”
Daniela Melian fue la única sobreviviente de la avioneta que capotó al despegar de Isla Mocha Daniela estudió Artes Visuales. Edison era arquitecto. Aniela Melian Antilef contesta el teléfono y accede a dar esta entrevista, pero aclara que no puede hablar. Dice que se va a quebrar si lo hace y pide contestar por escrito, por mensajes de Whats App. Ella fue la única sobreviviente del accidente de la avioneta que se estrelló en el mar el domingo pasado, cuando recién había despegado de Isla Mocha con destino a Cañete, un trayecto de 20 minutos. Cuatro personas murieron ese día, entre ellas su pareja, Edison Villa Ortiz, arquitecto de 31 años oriundo de Collipulli. Este domingo, Daniela compartió en su Instagram (Omeliantulafken) una carta en la que pide poder comunicarse con el Presidente Gabriel Boric y el ministro de Transportes. “Necesito que comprendan y reaccionen ante el abandono histórico que existe por parte del Estado de Chile hacia la comunidad de Isla Mocha”, escribió. También solicitó, “con el corazón herido”, que se haga una rigurosa investigación del accidente, el sexto en 15 años, según el detalle que entregó. Daniela, quien tiene 31 años y es licenciada en Artes Visuales, ahora está alojando en una hostal en Lebu. Está esperando que se reanuden los vuelos del servicio de transporte aéreo subvencionado para volver a la isla. Dice que quiere volver para poder descansar y estar con sus dos gatos y su perra.
Si bien tiene dos fracturas en la columna, lo que la obligará a usar un corset y un collar por cuatro meses, la dieron de alta el martes: “Lo solicité para poder estar presente en la ceremonia de mi pareja y así despedirlo”, cuenta. Este es su relato de aquel día y de por qué ambos decidieron vivir en Isla Mocha. “Junto al Edison, mi amorcito, estábamos en la isla porque estábamos enamorados de ella. La isla nos hacía sentir bien, despertaba nuestro lado político, artístico, poético y social. Teníamos muchos planes.
Arrendábamos una cabaña, pero queríamos ver la posibilidad de comprarnos un terreno”. "El 2018, trabajando en el Centro Cultural La Moneda, me encontré con una pequeña reseña expositiva de Isla Mocha y me llamo demasiado la atención.
Pedí unos días libre y me fui a Tirúa, crucé a la isla en bote y ahí me recibió en su casa la señora Laura Herrera, quien falleció como consecuencia del accidente aéreo de julio del 2021.
Ella me compartió la gran pena que llevaba en su corazón: su hijo Franklin había fallecido en 2017, en otro accidente aéreo en el tramo IsEn el accidente fallecieron cuatro personas, entre ellas su pareja, Edison Villa. la Mocha-Tirúa. Ella me comentó de todas las problemáticas. Algo ocurrió en mí que la isla me marcó tanto y decidí irme a vivir allí”. "Yo soy mapuche y la isla es un territorio sumamente relevante para nosotros. Su mar, sus parajes, su bosque y toda la biodiversidad del lugar me cautivó”. “En 2021 partí con mi gata Buga, mis maletas, materiales y sueñosa Tirúa, para instalarme definitivamente en la isla. Por la pandemia existía un protocolo en el que sólo podían ingresar residentes a la isla. Finalmente, me quedé durante seis meses en Tirúa. Fue ahí donde conocí a Edison, mi compañero. Fue un amor tan bonito”. "En febrero de 2022 pude mudarme definitivamente a la isla y en junio Edison se mudó junto a mí. Él estaba igual de cautivado por la isla y estaba tan emocionado de ser parte del programa Pequeñas Localidades del Minvu. Ambos queríamos luchar por una vida digna insular. Orientamos a la junta de vecinos del sector norte y a partir de experiencias y relatos hicimos el levantamiento de problemáticas de Isla Mocha. Ahora soy parte de la junta de vecinos”. El accidente “El domingo 23 de abril íbamos saliendo de la isla, porque mi compañero había sufrido una fractura en el pie el sábado. Íbamos en un viaje especial. Juan Carlos (el piloto) prestaba servicios a la municipalidad de Lebu cumpliendo el rol de avioneta ambulancia. Edison era el paciente y yo su acompañante. Ibamos al centro asistencial de Cañete”. “No recuerdo bien todos los detalles del accidente, que fue inmediatamente después del despegue. Recuerdo que despegamos y al virar hacia el continente se detuvo el motor. Recuerdo que la avioneta precipitaba en dirección al mar. Juan Carlos no emitió ningún comentario. Luego, recuerdo estar en el agua, gritando La Lafken (mar en mapudungun) me salvó”. “Ese día la mar no estaba buena, pero pude nadar pese a ello. No recuerdo sentir ni dolor ni frío al estar en el mar, sólo desesperación. Me sentía desorientada. Miraba para todos lados. Buscaba a mi compañero. No recuerdo cómo llegué a la orilla. Luego mis recuerdos se activan al estar en la posta, me estaban atendiendo. Ahí sí tenía frío. Preguntaba por Edison y nadie me respondía. Me decían que no sabían”. “Me sacaron en un helicóptero de la Armada desde la isla a Cañete, de Cañete en ambulancia a Curanilahue, de Curanilahue en ambulancia a Concepción. Un largo y eterno trayecto. Mi cuerpo es fuerte y resistió, pero los tiempos de reacción ante una emergencia son tardíos.
En el hospital de Curanilahue me dijeron lo que había sucedido y que yo era la única sobreviviente”. “Quería contarte también que una de las características que debe cumplir Una aeronave al volar sobre el mar es que sea bimotor, esto para que cuando se apague un motor pueda responder el otro. Esto no sucedió, por eso capotó, ya que la avioneta de Juan Carlos sólo tenía un motor”.