“Ya no soy una bomba a punto de explotar”
Aurora, participante de La Escalera: Mauricio Zorondo, jefe social de Hogar de Cristo en Maule.
Iempos difíciles les ha tocado vivir a los jóvenes del programa terapéutico La Escalera, especializado en tratamiento de drogodependencia de jóvenes y adolescentes, que atiende a 36 personas, hombres y mujeres, en Talca, capital de la región del Maule. “Llegué al programa después de que me traté de matar tomando pastillas”, revela Aurora (17), cuyo nombre es ficticio para proteger su identidad. “Lo hice porque no quería seguir viviendo después de la muerte de mi hermana, además sufrí un abuso que no quiero recordar, todo eso me llevó a pensar en la muerte”, concluye. El programa ubicado en la ciudad de Talca. Es uno de los escasos espacios de tratamiento que existen para mujeres en pobreza y de alta vulnerabilidad con consumo problemático de alcohol y otras drogas en la región del Maule. “Nosotros ponemos el foco de la rehabilitación en sanar el trauma, en la reparación del mismo. Es importante trabajar todas las temáticas involucradas: abandono, pobreza, problemas de salud mental.
Muchas jóvenes que llegan al programa tienen ideación suicida, es un tema crítico que hemos debido abordar y priorizar especialmente en las mujeres”, afirma Marcela Aliste (46), trabajadora social, jefa de este programa que partió como una experiencia piloto en 2005 y hoy -con el apoyo de Senda y del Servicio de Salud del Maulees conocido y reconocido por su labor en la región. -Después de mi intento de suicidio desperté en el hospital, ahí estuve como seis meses, pero lo único que hacían era drogarme más, pasaba casi todo el día dopada ahí —recuerda, Aurora-. Entonces me derivaron a La Escalera, que fue lo mejor que me han hecho en la vida, acá me he desahogado y he vuelto a respirar. Desde que llegué acá, hace más de un año, no consumo pitos ni coca, ahora no me canso. Quiero estudiar veterinaria, aprendí a ver las cosas con colores, ya no soy como una bomba a punto de explotar.
Sólo el 12,5 % de las terapias que ofrece el Estado están orientadas a las mujeres y la capacidad de atención mensual de SENDA es de casi 800 usuarias en todos el país, versus las 5.758 que ofrece a hombres. Poco, en ambos casos para la enorme necesidad que existe, pero irrisorio en el caso de las mujeres. Otra necesidad social urgente “es considerar que el género es un elemento diferenciador clave.
Muy pocos saben que el 75% de los menoEste programa terapéutico para jóvenes con consumo problemático que tiene Hogar de Cristo en Talca desde 2005, ha significado la recuperación de la vida de casi 300 niños, niñas y adolescentes, en la región del Maule.
Aurora refleja muy bien esta realidad y lo expresa así: “Llegué queriendo dejar este mundo, vivía dopada, pero acá me desahogué, fue como volver a respirar” Por Matías Concha P. res abusados sexualmente en Chile son niñas, y para ellas hay mucho menos apoyo que para los hombres, no sólo del gobierno, sino de toda la sociedad. Ellas arrastran graves experiencias de vulneración y en la adolescencia la acumulación de trauma se traduce en mayores problemas de salud mental, consumo problemático y daño. Es por esto que para el Hogar de Cristo la dimensión de género en los procesos terapéuticos se ha convertido en una cuestión crucial”, sostiene Marcela Aliste. NACER Y CRECER EN POBREZA Pablo (16) participa en La Caleta desde hace 2 años, revela que comenzó a consumir marihuana, clonazepam y quetiapina a los 12. “No tenía nada más que hacer, mi mamá me tuvo cuando tenía 13 años... Mi papá desapareció, luego quedó preso y yo no tenía con quién pasar el rato”, explica.
Hace pocos meses, Hogar de Cristo en conjunto con otras 4 organizaciones, presentó el estudio “Nacer y crecer en pobreza y vulnerabilidad», que da cuenta de cómo en Chile se transgreden los derechos básicos de cerca de un millón de niños.
En el documento se explica que existen etapas vitales claves para el desarrollo físico, cognitivo, social y emocional de las personas, las denominadas “ventanas de oportunidad”. La más importante es la fase prenatal, que va desde la concepción al nacimiento, donde la salud, alimentación y protección de la madre son claves para un desarrollo oportuno del hijo.
Esta ventana se extiende hasta al tercer año de vida, etapa en que el cerebro es como una esponja y con protección y estimulación receptiva desde una interacción cariñosa y lúdica se logra emparejar la cancha con un desarrollo emocional e intelectual pleno. “Es imperativa la implementación de un Piso de Protección Social sensible a la niñez”, opina Mauricio Zorondo, jefe social de Hogar de Cristo en Maule.
“Muchos de los jóvenes que llegan a La Escalera, han tenido historias de violencia súper marcadas, y ahora viven las consecuencias de un abandono prematuro que sufrieron en la niñez”. Pablo es un ejemplo de ese abandono inicial: -Llegué a La Escalera porque no sabía cómo manejar mi ansiedad.
Desde chico, todo lo que hacía para dejar de pensar me hacía pensar más, ¿se entiende? Pero acá me ayudan en el tema psicológico, ya pasé a tercero medio, pero no sé qué va a ser de mí en el futuro, sólo sé que quiero vivir tranquilo, no tener más problemas en la cabeza... Bueno, no sería malo tener una familia y cuidar a mis hijos, sería lindo cuidar de alguien. El programa terapéutico para jóvenes con consumo problemático que tiene Hogar de Cristo en Talca, ha resultado muy exitoso, incluso en las condiciones de funcionamiento remoto que impuso la pandemia.
“En pocas semanas, 12 jóvenes egresarán de su tratamiento en La Escalera, esto nos tiene muy emocionados, la mayoría de ellos llegó sin sueños... Hoy se podría decir que lograron subir un peldaño importante, crucial para ellos en un camino ascendente de la vida”, concluye Zorondo.
Resumen
Este programa terapéutico para jóvenes con consumo problemático que tiene
Hogar de Cristo en Talca desde 2005, ha significado la recuperación de la vida de casi 300 niños, niñas y adolescentes, en la región del Maule., Aurora refleja muy bien esta realidad y lo expresa así: “Llegué queriendo dejar este
mundo, vivía dopada, pero acá me desahogué, fue como volver a respirar” Por Matías Concha P. Iempos difíciles les ha tocado vivir a los jóvenes del programa terapéutico La Escalera, especializado en tratamiento de drogodependencia de jóvenes y adolescentes, que atiende a 36 personas, hombres y mujeres, en Talca, capital de la región del Maule., Muchas jóvenes que llegan al programa tienen ideación suicida, es un tema crítico que hemos debido abordar y priorizar especialmente en las mujeres”, afirma Marcela Aliste (46), trabajadora social, jefa de este programa que partió como una experiencia piloto en 2005 y hoy -con el apoyo de Senda y del Servicio de Salud del Maule- es conocido y reconocido por su labor en la región.
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