Legislación para una cultura innovadora
Legislación para una cultura innovadora E l país --enfrentado a la dura realidad de una economía de pobrísimo desempeño en el último tiempo, provocado en parte por equivocadas decisiones ideológicas en su orientación-está constatando la importancia del crecimiento para mejorar las condiciones de vida de la población. Pero el dinamismo de la economía en el siglo XXI requiere empaquetar conocimiento de manera innovadora en una multitud de áreas de actividad.
Tanto los recursos naturales y su procesamiento como la manufactura de todo tipo de bienes demandados por la sociedad, y los servicios de diversa índole basados en la digitalización y la inteligencia artificial, requieren incorporar nuevas formas de producirlos, que se adapten mejor a las necesidades actuales, que sean más eficientes y cuyo impacto ambiental sea mitigado tecnológicamente, todo lo cual precisa de conocimiento innovador. De ahí la importancia que reviste el proyecto de ley presentado por el Ministerio de CTCI (Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación) sobre transferencia tecnológica. Este busca que la creación de conocimiento en las universidades --públicas o privadas-pueda, con más facilidad, traducirse en impacto económico aguas abajo.
Dicha ley permitiría, por ejemplo, que los planteles estatales aprovechen los conocimientos en ellos generados para constituir empresas o participar en spin-offs (es decir, iniciativas que explotan desarrollos logrados a partir de ese conocimiento) que creen valor, e incluso que sus académicos puedan ser ejecutivos de ellas.
Asimismo, se eliminaría la prohibición a las universidades privadas de tener empresas subsidiarias que aprovechen sus investigaciones para generar valor en el mercado, pues sus excedentes se quedarían en la universidad y, eventualmente, de manera parcial, les podrían llegar a académicos accionistas.
Esas nuevas empresas universitarias podrían interactuar con empresas ya formadas por privados no relacionados o con emprendedores externos tecnológicamente motivados, generand o u n e c o s i s t e m a q u e impulsaría a las universidades chilenas a incentivar a una parte de sus académicos, los más orientados a esos temas, a impulsar el impacto económico como una carrera académica alternativa a la publicación de papers.
La creación de una cultura innovadora generada a partir de jóvenes emprendedores interactuando intensivamente con universidades y otros institutos de investigación o con empresas tradicionales, constituyendo un ecosistema altamente integrado y conectado, es una de las principales herramientas para crear valor en el mundo moderno, hacer crecer la economía y, como consecuencia, recaudar más impuestos. Constituye un círculo virtuoso que acelera el camino al desarrollo. Nuevas empresas universitarias podrían interactuar con empresas ya formadas por privados o con emprendedores externos..