Disturbios en Avellaneda
Disturbios en Avellaneda DINOS QUE PIENSAS cartas@laestrellachiloe.cl @estrellachiloe En resumen, lo que empezó como un partido de fútbol se transformó en una noche de violencia que ha generado un debate sobre la responsabilidad de los clubes, las autoridades de seguridad y la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol). Los testimonios y la información que han surgido muestran una situación de caos y descontrol que lamentablemente mancha una vez más al fútbol. Los llamados "barristas" no son solo un grupo de fanáticos del fútbol; son un reflejo de problemas sociales más amplios. La violencia en el futbol es un problema multifactorial con profundas raíces sociales y, por lo tanto, la solución debe ser abordada desde múltiples frentes. La acción policial es fundamental para contener la violencia inmediata y sancionar a los responsables, pero no puede ser la única respuesta. Es el Estado en su conjunto el que debe implementar políticas sociales que aborden las causas subyacentes, como la exclusión, la falta de oportunidades y la crisis de identidad. El fútbol les da un pretexto, un escenario para canalizar sus frustraciones y su agresividad. En la violencia encuentran una forma de "ser alguien", de ser visibles.
Los enfrentamientos con otras baIras, o incluso con la policía, se convierten en una especie de "lucha" donde demuestran su "valentía" y su lealtad al grupo que, en la práctica, ha generado no solo esta tragedia, sino que todas aquellas en que el fútbol en su particularidad se ha visto ensombrecido por hechos fuera de la cancha. Juan de Dios Videla Caro, exdirector de operaciones de la ANFP, Asociación Nacional de Fútbol Profesional.