Autor: BÁRBARA VIAL y ANA ORPIS
“El movimiento feminista se ha ido olvidando de las mujeres madres”
La investigadora señala que el movimiento feminista en Chile ha logrado visibilizar las causas de las mujeres, pero advierte que la forma de protestar es menos eficaz en el largo plazo. “En general, en el mundo hay un feminismo o ciertos feminismos que tienen más tomado el micrófono que otros”, dice Caviedes. Respecto de las mujeres en el mundo laboral, asegura están con agotamiento al no contar con la participación de los hambres en la casa.
“Están agotadas porque están con doble trabajo” Cuando en diciembre pasado cientos de mujeres con los ojos vendados hacían una manifestación entonando la frase el “Violador eres tú”, Gabriela Caviedes, candidata a doctora en Teoría de Género e investigadora del Centro de Investigación Signos de la Universidad de los Andes, publicó, junto con el académico Daniel Mansuy, una columna que ponía en la palestra las frases de la canción y que miles de mujeres repetían. En ella, Caviedes y Mansuy argumentaron que la canción de Lastesis podría generar la protección paternalista de las instituciones, al poner a la mujer como víctima. “Yo con Lastesis tengo sentimientos encontrados.
Me parece muy bueno porque visibiliza un problema muy importante y también es positivo que haya movimientos que traten de remarcar la experiencia común femenina, que es algo muy propio del feminismo antes de los años 60-70 que se fue perdiendo. Lo que pasó fue que empezamos a sospechar de la idea que hubiera una experiencia propiamente femenina.
Pero veo tres riesgos al modo en que se han desenvuelto Lastesis”, afirma. —¿ Cuáles? —Primero, les estamos disparando a los pies a las instituciones que hacen que este problema tenga un peso real, que no se quede solo en la demanda callejera; son las instituciones las que pueden hacerse cargo.
Me parece pantanosa la vía que lleva a dispararles a las instituciones y decir: “Ustedes no han hecho nada, por lo tanto, es mejor que no existan”. Decir que el Estado es violador es querer de alguna manera acabar con las instituciones. —Pero quizás es decirles que las instituciones no han estado a la altura. —Es que uno podría preguntarse cuál de las interpretaciones es la que hay que darle, pues es un problema que esta canción tenga tantas interpretaciones, porque la falta de claridad aquí no ayuda. En segundo lugar, me parece complejo que se acuse a diestra y siniestra de violación, porque el violador real aprovecha de perderse entre la marea de eventuales violadores.
Y hay un tercer riesgo, que es una cierta sacralización en los movimientos como Lastesis o incluso el movimiento social y eso es problemático porque las cosas humanas tienen falencias e impedir que se les puedan hacer críticas las hace ciegas a sus propias patas flacas y les impide lograr mejor los buenos objetivos. —¿ Y cómo analiza el movimiento feminista chileno respecto de lo que está pasando a nivel mundial? —Hay un movimiento mundial que es muy positivo, de visibilizar lo que está ocurriendo con muchas mujeres en campos de acoso, abusos sexuales y violaciones. Era muy bueno que se pusiera sobre la mesa y ha habido un cierto cambio cultural en ese sentido.
Es bueno que eso haya agarrado vuelo mundialmente, y bueno, acá en Chile también con Lastesis, es muy positivo. —¿ Qué podría mejorar el movimiento feminista chileno? —El feminismo chileno a veces cae en un problema sutil, que es que tiende a poner a la mujer en la posición de víctima. Eso implica, de alguna manera, que estamos destinadas a nacer bajo un cierto yugo patriarcal. Yo desconfío del argumento de que la mujer no puede lograr cosas por sí sola si no es bajo un cierto modelo paternal. Me parece que traiciona bastante el modo feminista de la Segunda Ola, que lo que se trataba era de empoderar a la mujer por su propia fuerza. Esto no quiere decir que no haya situaciones graves en que las mujeres no necesiten de las instituciones y es justamente por eso que no hay que dispararles en los pies.
MOVIMIENTO FEMINISTA —A propósito del estallido social en Chile, ¿cómo cree usted que ha influido el movimiento feminista? —No es tanto que el feminismo haya influido en el movimiento social, sino fue más bien al revés: el movimiento social les dio espacio para que las feministas tuvieran cómo desplegar sus demandas. —Desde el 8M hasta ahora, ¿cómo ha evolucionado este movimiento? ¿ Cree que se ha politizado? —En realidad, el feminismo siempre ha sido un movimiento político, entonces, por esencia, es un movimiento que está politizado, tiene objetivos políticos.
En mayo de 2018, con nuestra propia ola feminista, los problemas que el feminismo presenta pasaron a ser parte de la agenda política. —¿ Cree que hay sectores que se han adjudicado más el movimiento? —Es verdad que la izquierda suele adjudicarse más el feminismo, pero también hay que tener en consideración que no hay una sola manera de ser feminista, porque el objetivo también es muy amplio, a diferencia, por ejemplo, del marxismo, que tiene un objetivo y un método para lograrlo. —¿ Cuál es ese objetivo? —A grandes rasgos, es lograr la equidad de género de manera que las mujeres no estén en una posición desaventajada.
Plantean la igualdad de género. —A mí me gusta más el concepto de equidad de género, porque me parece que hay ciertas diferencias que son relevantes entre hombres y mujeres, que no son malas, son complementarias.
Para que haya paridad tiene que haber algún grado de diferencia entre las partes que se están equiparando, porque si no, la paridad no tendría ningún sentido. ¿Cómo vamos a equiparar lo que es igual? —¿ Cuál debería ser la principal lucha del feminismo en Chile? —El movimiento feminista chileno tiene que tener muy en cuenta la realidad de la mujer chilena. Uno es el tema de los abusos, el acoso, las violaciones, en fin. Que es mucho mayor de lo que uno pensaría, es bastante severo. Pero hemos estado avanzando en eso. —Aun así el número de femicidios de 2019 fue mayor que el de 2018. —Falta mucho.
A lo que me refiero cuando digo que estamos avanzando es que está puesto el tema sobre la mesa, nos hicimos conscientes, estamos en una mejor posición que hace cinco años. —En segundo lugar, hay que tomar en consideración a la mujer trabajadora, que corresponde a la mayoría de las mujeres chilenas. Cómo lo hace ella para compatibilizar el trabajo con sus hijos. Porque, de alguna manera, la lógica laboral, de la academia, de la política, en fin, siguen rigiéndose bajo parámetros masculinos. Hay muchas mujeres que trabajan que son solas, que tienen hijos y que tienen que batírselas solas.
No olvidemos a la mujeres que son madres, tomémoslas en consideración porque tal vez el movimiento feminista se ha ido olvidando de ellas. —Lo que plantea parte del movimiento es que también está el padre y que debería haber una coeducación para que la mujer no tenga que estar trabajando y además estar preocupada por las cosas de la familia. —Justamente eso es parte de ir cambiando la lógica en que miramos el trabajo, la academia y la política, porque claro, en los años 60, el feminismo luchó para que las mujeres pudieran entrar al campo laboral, eso se logró, pero no implicó que al hombre se le abrieran las puertas de la casa. Entonces lo que tenemos es un burn out (agotamiento físico y mental) de mujeres. Las mujeres están agotadas porque tienen doble trabajo y eso debería cambiar. —¿ Considera agresivo el movimiento feminista?, como plantean algunos. Hay otros que señalan que si no es agresivo, no permea. —Hay ciertos feminismos que se han presentado de manera muy agresiva. Y no necesariamente tiene que ser así.
Chimamanda vino al Congreso del Futuro y nos trajo una lección: más que hacer primar la lógica de la pelea o de las relaciones de poder o de la lucha entre los sexos, hay que hacer primar la lógica del entendimiento, del diálogo. Lamentablemente hemos tenido instituciones un poco sordas, entonces ha habido que gritar demasiado fuerte. Me gustaría salir de esa lógica. —Ella también dice que hay que partir educando a los hombres y niños. —Eso parte de la lógica del diálogo y de la cooperación entre los sexos.
No se trata de “o ustedes o yo”, “ustedes contra nosotros”, sino que cooperemos. —¿ Cuánto están dispuestos los hombres? —Me parece que no van a estar realmente dispuestos en la medida en que el método de hacernos escuchar las mujeres sea el choque.
Si uno conversa sobre su situación, como “esto es lo que estamos viviendo como mujeres”, uno se sorprendería de lo mucho que los hombres son capaces de escuchar. —¿ A su juicio, la forma en que se está instalando en el debate el movimiento feminista es correcta? —Es menos eficaz a largo plazo. ¿Van realmente a lograr un cambio en los corazones? —En política, ¿se están viendo reflejados todos los sectores del feminismo? —Pareciera que la influencia de los autores posmodernos que tienen ciertos movimientos feministas son los que tienen más foco. Es el feminismo de las identidades de género ampliamente entendido, que es justamente el que desvía esta experiencia propiamente femenina. Y hay, en cambio, otras feministas y autoras, mucho menos conocidas, que reivindican lo que es ser mujer, la riqueza de ser mujer, de la corporalidad femenina, distinta de la masculina.
M “Me parece pantanosa la vía que lleva a dispararles a las instituciones y decir: “ustedes no han hecho nada, por lo tanto, es mejor que no existan”. GABRIELA CAVIEDES, MIEMBRO DEL CENTRO DE INVESTIGACION SIGNOS DE LA U. LOS ANDES “Lamentablemente, hemos tenido instituciones un poco sordas, entonces ha habido que gritar demasiado fuerte”.