Autor: Cristóbal Gamboni Economista senior OCEC UDP
Endeudamiento subnacional
“Las leyes sobre este tema deberán establecer un claro y fuerte mecanismo de interrelación, control y coordinación, a nivel central y subnacional”. N la discusión sobre el borrador de nueva Constitución, uno de los aspectos que más ha llamado la atención de quienes analizan la sostenibilidad de las cuentas fiscales es la posibilidad de que gobiernos regionales y locales puedan emitir deuda. Imagine el siguiente caso extremo: un día, usted lee en las noticias que la región donde vive cayó en default. ¿Es eso posible hoy? No. Con la Constitución vigente, la posibilidad de endeudarse recae solo en el Gobierno Central. De aprobarse el actual borrador, dejará de ser imposible.
Es cierto que el articulado hace a la vez muy improbable que ocurra, al establecer restricciones, como límites de deuda máximos, y dar espacio para que la leyes aún más restrictivas, pero este ejemplo extremo permite resaltarla existencia de nuevos focos de riesgo a la sostenibilidad fiscal. ¿Cuál es la razón de introducir el endeudamiento subnacional? Principalmente, se busca fortalecer proceso de descentralización. Algunos autores postulan que esta herramienta permitirá suavizar el gasto y dar impulso a la inversión pública a nivel regional y local. Con todo, la experiencia latinoamericana pone una nota de alerta. La mayoría de nuestros vecinos, federales o unitarios, introdujeron la opción de endeudamiento subnacional durante los noventa. El resultado fue un aumento insostenible de la deuda pública total, y en la década de 2000 se promulgaron leyes que fortalecieron el control y coordinación en la emisión de deuda fuera del gobierno central. Estas experiencias dejan claro el riesgo fiscal que puede generarse y la necesidad de un adecuado control al respecto. Las leyes sobre este tema deberán establecer un claro y fuerte mecanismo de interrelación, control y coordinación del endeudamiento a nivel central y subnacional. Nuestra actual regla de balance estructural deberá ser replanteada y extendida. El análisis de pasivos contingentes deberá considerar lo que ocurra en regiones y municipios. El rol de todos los actores —Dipres, gobiernos regionales, municipios, Contraloría, etc. —, deberá ser claramente establecido y delimitado.
Y, además, dadas las distintas capacidades de endeudamiento, acceso al mercado de capitales y tasas de interés que tendría cada gobierno subnacional, debe monitorearse tanto el eventual impacto en desigualdad regional como el nuevo gasto en intereses, que quitará espacio al gasto corriente y de inversión en el futuro. Sea cual sea el resultado del plebiscito, alcanzar una mayor descentralización debe ser un objetivo prioritario, y conseguir un grado relativo de autonomía fiscal a nivel subnacional es un camino para ello. Pero, como se observa, la utilización exitosa del endeudamiento a nivel regional y local exige un equilibrio que no es fácil conseguir.