Autor: CARMEN LE FOULON:
“HAY QUE TENER CUIDADO con sobreinterpretar esto en términos de apoyo a partidos”
“HAY QUE TENER CUIDADO con sobreinterpretar esto en términos de apoyo a partidos” “Futur@ sociólog@ e ingenier@ comercial UAI”, dice el sticker que adorna el notebook de Carmen Le Foulon, académica de la Escuela de Gobierno de la U. Adolfo Ibáñez y directora del doble título en Sociología e Ingeniería Comercial. La combinación no está tan lejos de su propia trayectoria: la excoordinadora de Opinión Pública del Centro de Estudios Públicos es, a la vez, ingeniera comercial y doctora en Ciencia Política.
Durante esta misma conversación, en que desmenuza los resultados de la elección del fin de semana pasado, no pierde de vista nunca los números y recurre a varios gráficos que cruzan elecciones previas, conglomerados y otros factores. Parte su análisis con la alta participación, señal de una ciudadanía que ya está transformando en un hábito el salir a votar. Otra buena noticia, añade, es que el voto obligatorio borró el sesgo socioeconómico visto hasta ahora, sobre todo en zonas urbanas: a mayor vulnerabilidad de la comuna, había una menor proporción de votación. Ya no. Otra cosa, distingue, es lo que sucede con la validez de los votos emitidos. Los nulos y blancos se acercaron al 20%, en casos como los de cores y gobernadores.
Le Foulon explica que, en un contexto de bajo interés en la política y con un mapa poco claro de pactos sin “marcas” más identificables, como la Concertación en su minuto es probable que la decisión de estos votantes tenga que ver con una mayor distancia hacia estos cargos, falta de información o interés, y “un exceso de carga mental en procesar el voto”. Si miramos el panorama general, ¿hay un mensaje en esta elección? ¿ Se inclina la ciudadanía hacia la moderación, por ejemplo?Una primera conclusión es que no hay ningún sector o pacto que haya sufrido una derrota estrepitosa ni haya tenido una victoria aplastante. En Chile tendemos a sobreinterpretar los resultados: lo vimos en la Convención, con los consejeros constitucionales. Pero el voto no necesariamente está afiliado a un programa. Y acá, lo mismo. Hay que tener cuidado, sobre todo en elecciones que son locales, más desapegadas de la política contingente, de extrapolar estos resultados a un apoyo programático duro a una coalición u otra. Dicho eso, se ve que liderazgos más bien empáticos, poco soberbios y muchas veces vinculados con lo local tuvieron más éxito que aquellos más confrontacionales. Es interesante y esperemos que los políticos tomen eso y lo incorporen. En los más votados, como Tomás Vodanovic, Claudio Castro, Camila Merino, ¿qué hay en común?Un enfoque centrado en la gestión y el servicio de los vecinos muy fuerte. También vemos en Vodanovic y Merino que ambos se enfrentaron a un municipio donde realizaron auditorías, fiscalización, limpieza de la casa. Eso fue muy valorado por la ciudadanía. Es una recompensa que no debiera extrañarnos demasiado y es una buena noticia que la ciudadanía esté considerando este aspecto.
Por lo mismo, también hay que tener cuidado con sobreinterpretar esto en términos de apoyo a partidos. ¿Cómo entender Viña del Mar? Había críticas en temas de gestión y a la alcaldesa le fue bien en los cerros afectados por incendios. Carmen Le Foulon, profesora de la U. Adolfo Ibáñez. ZERÉPANERACAMFENÓMENO EN ALZA:Otra cara de la baja confianza en los partidos, comenta Le Foulon, es el fenómeno que ha crecido en torno a los independientes. En 2016, recuerda, un 53% de los candidatos tenía militancia en una colectividad; actualmente, la cifra pasó a 31%. El crecimiento de esta tendencia a distanciarse de los tiendas tiene, además, dos tipos de manifestación. Los independientes fuera de pacto y aquellos que compiten en un cupo otorgado por un pacto ya conformado. Los independientes fuera de pacto, detalla, llegaron hasta 44% de los candidatos a alcaldes, un porcentaje “incluso mayor que en 2021”, año en que el clima político era especialmente adverso a los partidos políticos.
De todos modos, añade que esto tiene un mayor impacto cuando se trata de elecciones en que se juegan cargos que a futuro se enfrentarán a decisiones en que sus posturas serán claves, versus otros puestos que pueden estar más enfocados en la gestión, como ocurrió con las votaciones más recientes. “Esto es mucho más dramático para las elecciones del Congreso, en que las personas votan por leyes, políticas públicas”, sostiene la académica. nmás bien porque es necesario, porque se van figuras.
Eso me parece que sería mal leído. ¿Qué se puede leer en esta elección, de cara a la presidencial, en el caso del oficialismo? La expresidenta Bachelet estuvo bastante presente en la campañaLa presidenta Michelle Bachelet es una persona que tiene una alta valoración dentro de la centroizquierda, y tiene las características de empatía y cercanía que decimos que son valoradas por la ciudadanía.
Es difícil saber cuánto pesó, sobre todo con los alcaldes que tuvieron una gestión exitosa. ¿Y Tomás Vodanovic?Reúne varios atributos positivos, entre ellos, que en pos de su comuna es capaz de cruzar todo el puente y demandar militares por la seguridad. ¿Qué tan probable es que se vuelva una figura presidencial? Él lo niega pero bueno. Son interesantes las señales. Si uno ve en La Moneda, por ejemplo, no estaba adelante, estaba más atrás.
No está hoy dispuesto a tomar un rol fuerte como frenteamplista, muy programático, más bien pareciera estar abocado a la gestión de su comuna. ¿Después? No sabemos, pero es interesante, porque es joven y tiene mucha proyección por delante. EL DESAFÍO EN LA DERECHA¿ Cómo es el balance para el mundo republicano? Había altas expectativas. Republicano tuvo un resultado positivo. Lo que pasa es que contrasta con la expectativa.
Es un resultado moderadamente bueno, lo que también es positivo, porque los fuerza a ver cuáles son los apoyos que tienen dentro de las distintas comunas. ¿Cómo funcionó la estrategia de priorizar diferenciarse de Chile Vamos? Más articulados, ¿la derecha en general pudo celebrar más triunfos el domingo?Es un poquito política ficción, en el sentido de que el traspaso de votos no es automático. Uno puede hacer el ejercicio de sumar y, donde hay sumas bien holgadas, uno podría decir pero es un poco hipotético. Sobre todo en gobernadores, hay un voto bien personal. ¿Se fortalece Evelyn Matthei como eventual candidata?Sale fortalecida, porque su coalición tuvo un buen desempeño, mejoró respecto al anterior. Esto genera un efecto dentro de su coalición, de aunarlos, y también es positivo que no fue un triunfo abrumador, cosa que creyeran que tenían la carrera ganada. La señal es que van bien, pero hay mucho trabajo por hacer. Además, ella va a tener la ventaja de entrar a cerca de un tercio del territorio nacional de la mano de alcaldes elegidos de su coalición.
Vamos a ver qué pasa con gobernadores, pero sobre todo los alcaldes pueden ayudar mucho en el puerta a puerta. ¿Cuál es la señal para la derecha, hacia adelante, sobre cómo articularse?El gran desafío de Chile Vamos, en primera instancia, es respaldar unificadamente a una candidatura. No olvidemos lo que pasó para las elecciones anteriores con Matthei.
También hay una lección respecto a 2021: ese año hicieron una primaria que ganó Sebastián Sichel (... ), acá es importante tener a una figura que sea avalada o compartida por todos los partidos de la coalición y por sus votantes. ¿Hay que poner atención al Partido Social Cristiano?Es un partido interesante de mirar. Busca recoger las perspectivas y visiones de los evangélicos, recuerda un poco lo que ocurre en Brasil. Allí el porcentaje de población evangélica es mayor; por lo tanto, el peso electoral que puede jugar en Chile es menor. Pero son votos muy alineados y muy conservadores. Históricamente, los grupos evangélicos se habían mantenido un poco más al margen de la política. Ahora tenemos una bancada evangélica en el Congreso, ellos quieren articularse y lo hacen bastante exitosamente.
Es un partido que va creciendo lentamente, muy local, y que hay que mirar con atención en las próximas elecciones. nPone en duda cuánto del apoyo a la candidata Ripamonti es apoyo a la coalición oficialista. Ella se centró, sobre todo en las últimas semanas, en una fuerte crítica al Gobierno sobre la reconstrucción. Se despega del Gobierno y, de hecho, puede impugnar el problema de gestión de manera efectiva. Por otro lado, la ciudadanía pareciera estar recompensando candidaturas más empáticas, más constructivas. En Viña, por ejemplo, hay un mensaje de cómo construir una oposición más constructiva. En Santiago, ¿hay pistas para desentrañar qué pasó? Las encuestas mostraban una elección más reñida. ¿Pudo ser el INBA?No podemos medir exactamente el efecto del INBA, es muy difícil.
Pero es interesante el caso, porque en el epicentro del estallido social, con una alcaldesa comunista que esperaba continuar la gestión y puso mucho de su parte, vemos que el candidato opositor era un excarabinero y logró un 50%, impulsando una agenda de seguridad. Ahí también hay un poco de cuál es la credibilidad que tiene para la ciudadanía que ciertos sectores políticos impulsen o no una agenda de seguridad.
SOBREVIVEN LAS DISTINTAS ALMAS EN LA IZQUIERDA¿ Cómo quedó el Frente Amplio? El diputado Winter dijo que mantenían su racha de que en cada elección les iba mejor que en la anterior. ¿Tienen motivos para celebrar?Creo que es relevante ver el peso relativo que va adquiriendo el Frente Amplio en la coa-lición. Alcanzan un 7,2%, por ejemplo, en concejales, un 8,6% en cores. En concejales son los que tienen mayor porcentaje de votación.
Pero acá también vemos que se consolida muy fuerte la antigua Concertación, que también tiene un buen desempeño. ¿El Frente Amplio no terminó con la exConcertación?No, y yo creo que esa es una muy buena noticia.
Por ejemplo, en concejales (el FA) tiene 7%, pero si vemos al PS, tienen 6%, el PPD otro 4%, incluso la DC tiene 5%. Siguen siendo actores relevantes. ¿Puede pensarse que el caso Monsalve afectó el desempeño oficialista, o que pudo haber un castigo a la gestión del Gobierno?Creo que lo que nos va a permitir una mirada más directa a la evaluación del Gobierno va a ser la segunda vuelta de los gobernadores, hay plebiscitos al Gobierno. Sí tenemos ciertos datos en términos de desempeño de las coaliciones. No hay grandes ganadores o perdedores, pero Contigo Chile Mejor y Chile Vamos, en porcentaje en votos válidos, se asemejan bastante. Vemos una caída fuerte en el porcentaje de población gobernada por el pacto oficialista, pero más bien es que se vuelve a los porcentajes históricos, porque 2021 fue una elección muy particular. Miraría la elección de gobernadores, porque esta tiene mucho de local y de figuras específicas. Pensemos en el caso que conversábamos, de Viña del Mar. No sé si podría tomar este triunfo como un respaldo al Gobierno. Al contrario, ella apalancó su triunfo distanciándose. ¿Cuánto puede influir el cambio de gabinete en esta segunda vuelta de gobernadores? ¿ Puede ayudar al Gobierno?Es difícil saberlo. Hay que ver cuándo el Presidente va a hacer el cambio y quiénes van a ser estas personas. Podría dar una señal potente con respecto al tipo de gobierno que quiere hasta el término del período.
“Se ve que liderazgos más bien empáticos, poco soberbios y muchas veces vinculados con lo local tuvieron más éxito que aquellos mucho más confrontacionales”. ¿Es mejor un cambio más acotado, lo justo y necesario, o aprovechar de cambiar a buena parte del gabinete?No quiero opinar sobre qué es lo que le conviene hacer al Gobierno, pero se puede mirar desde la perspectiva de cómo podría interpretarlo la ciudadanía.
Si es un cambio menor, pueden decir que es un cambio cosmético, o solo para las figuras que se van (por el plazo para postular al Congreso). No un cambio porque se den cuenta de que hay problemas, sinoEl complejo factor de los independientes.
En una elección en que los liderazgos y contextos locales son relevantes, la académica de la UAI llama a no leer los resultados como un “apoyo programático duro a una coalición u otra”. Sostiene que Evelyn Matthei se fortalece, mientras que, por la izquierda, el mundo del Socialismo Democrático sigue teniendo peso ante el Frente Amplio. | V. GONZÁLEZ