UN ESCONDITE para seguir viendo aves en pandemia
AFARI URBANO El Treile Photo Hide se plantea como un taller de fotografía de aves, guiado por Jean Paul de la Harpe en el flamante bebedero que él mismo construyó en su casa-parcela de Colina. Puede recibir hasta cuatro fotógrafos, aunque ahora en pandemia, para respetar los aforos, solo está abierto a dos, Generalmente es una actividad de mañana, cuando las aves tienen más movimiento. Para más detalles, visite el canal de You Tube de Jean Paul de la Harpe y la cuenta de Instagram (Atreilephotohide. Contacto: cel. +569 9817 3125; Treile Photo Hide. C/ Ira, mira. Un carpinterito parado ahí. Un - macho. Sonlas ocho y mediadela mañana de un nublado lunes de junio y Jean Paul de la Harpe vuelve a interrumpir lo que estaba contando.
Estamos en su casa en Colina, una parcela semirrural alos pies de un alargado cordón montañoso que conecta la cordillera de los Andes con la de la Costa, y un frágil pajarito de alas negras con manchas blancas y una franja roja en lanuca se acaba de posar sobre una rama seca, la misma que el propio Jean Paul instaló hace unos meses junto a una pequeña laguna artificial, que él también construyó en el patio, Jean Paul de la Harpe —44 años, biólogo de profesión, apasionado por las aves, autor de varios libros y uno de los más destacados fotógrafos de naturaleza de Chile— no lo dice, pero se nota que está satisfecho: su “experimento” está funcionando.
Hoy, sin moverse de su casa, sin siquiera tener que salir al cerro o viajar un par de horas hacía algún humedal cercano, De la Harpe puede ver alrededor de 30 especies distintas de pájaros y fotografiarlas cómodamente desde un escondite de madera con ventanales polarizados que levantó con sus propias manos en el patio de su parcela en Colina.
El proyecto, llamado Treile Photoh de (“treile”, porque así se les dice a los queltehues enel sur; “photohide”, porque es un “hide” o escondite para que los fotógrafos puedan camuflarse y no espantar alas aves), es el primero de su tipo en Chile y está funcionando desde comienzos de este año, tras dos meses de construcción en plena pandemia. —En Europa es súper común. Vas a España o Francia y está lleno. Hay uncircuito de hídes que la gente ha construido en sus parcelas —cuenta De la Harpe— También hay algunos en Costa Rica y en Ecuador, pero en Chile no había nada por el estilo.
Mira, ahí llegó una Su relato se vuelve a interrumpir porque, efectivamente, desde las ventana del photohide vemos una loica, con su característico pecho colorado, que llega atomar agua tranquilamente en la lagunita artificial que está al frente.
La lagunita, en rigor, es el “bebedero”, la razón que explica por qué tantas aves están llegando todas las mañanas a la casa de Jean Paul de la Harpe, y tanto él como sus visitas pueden darse un festín sacando fotos de aves que ni se inmutan con la presencia humana.
Dentro del photohíde —que es una cabañita de madera con cuatro sillas, cuatro ventanales, cuatro bases de trípode para instalar una cámara, además de calefacción, café en grano y sanguchitos=, uno puede estar conversando como si nada y los pájaros no se espantan.
Además, como el bebedero está diseñado en altura, sobre una pequeña loma, desde los ventanales se pueden sacar fotos a nivel de agua, una comodidad inimaginable si uno quisiera hacer lo mismo en el cerro o en algún humedal.
Alí, de partida, habría que mantener silencio, probablomente estar varias horas tirado en el suelo esperando alos pájaros, usar ropa camuflada y guarecerse dentro de esas carpas diseñadas especialmente, que no vienen con máquina de café ni calefacción ni sanguchitos. Estamos en un lugar súper árido, por eso funciona esto —explica De la Harpe—. El agua escasea afinales de primavera, en verano y otoño. Además, estamos a pie de cerro, entonces es un imán para las aves que vienen del cerro, Si hicieras algo así en Valdivia, los pájaros no te van a pescar mucho. Pero tener un bebedero aquí es un punto de atracción import... ¡Ahí llegó una diuca! Y ahí llególa otra.
Y esto es todos los días, ¿eh? Innovar en pandemia Jean Paul de la Harpe dice que la idea del bebedero para atraer aves rondaba su cabeza hace mucho tiempo, pero no Ante la imposibilidad de viajar, el fotógrafo Jean Paul de la Harpe encontró una novedosa alternativa para seguir retratando pájaros en estado natural: en el patio de su casa en Colina construyó un bebedero para aves y un escondite para fotógrafos, el primero de su tipo en Chile. Así nació la idea. Y así resultó.
Por Sebastián Montalva Wainer. había podido concretarla, El tiempo escaseaba: en los últimos años, De la Harpe recorrió Chile casi sin parar como guía de fotografía de naturaleza con su empresa Abtao, y también contratado por la compañía de cruceros Antarctica21. En paralelo, nunca dejó de hacer clases ni talleres de fotos, ni de de publicar libros o revistas digitales, como la reconocida Chile Indómito. Pero vino la pandemía y todo cambió. Los viajes organizados se cancelaron, igual que las salidas cortas a terreno.
Las idas a Santiago, donde tiene una oficina, se redujeron casi a cero, y las clases y talleres pasaron a ser online, vivo de los viajes y las expediciones, pero no podía quedarme pegado en que ya no podía hacerlos, entonces inventé esto: lo hice y funcionó.
Asi ha sido mi historia: siempre he estado buscando cosas que hacer, me adapto a los cambios —asegura De la Harpe, quien pudo haber sido un biólogo de carrera, pero optó por la fotografía y la vida en la naturaleza, su pasión desde niño, cuando soñaba con explorar los mundos submarinos tal co'mo Jacques Cousteau.
De hecho, abandonó su doctorado en ecología en la Universidad Católica, al cual había ingresado con beca y honores tras terminar la carrera de biología, para dedicarse a via jar y aprender en terreno sobre la flora y fauna de Chile Fue durante la pandemia que decidió cubrir esa pequeña loma de tierra que tenía en su jardín con una membrana de plástico para tranques y la llenó de agua, formando una lagunita de cinco por seis metros, y 50 centímetros de profundidad, que mueve constantemente con una pequeña bomba eléctrica. Luego, le depositó varias paladas de arena de río, rica en bichitos y otros microorganismos, y la rodeó de piedras laja y rocas para darle forma.
Más tarde, clavó ramas y troncos secos en los bordes para convertirlos en posaderas, y enseguida plantó diversos árboles —quillay, molle, maítén, lítre, peumo, colliguay— que hoy crecen lentamente en los alrededores, y que a futuro debieran convertirse en un pequeño bosque nativo.
Una suerte de Génesis bíblico (aunque sin descanso el séptimo día, porque los trabajos continúan: ahora su plan es construir un estudio fotográfico para revelado e impresión) que las aves agradecieron de inmediato con su presencia. —El agua llama, sin duda, Y como es un lugar semiurbano, los pájaros ya tienen algún roce con el humano, así que no son tan celosos. Si no toman agua acá, van air a la piscina del vecino —explica De la Harpe—. Las ramitas que pusimos son posaderas donde pueden mirar y sentirse tranquilos. Y ya el hecho de esconder la figura humana para ellos es un relajo. ¡Mira, mira! Ahí hay un mirlo macho. Una vez diseñado el bebedero, De la Harpe comenzó a construir la cabaña que sería el hide.
Lo primero fue levantar una pequeña caseta de madera que hoy utiliza para observar picaflores, y Juego construir una segunda, la principal, que hizo con sus propias manos, junto a su amigo Fernando Zamorano. —Esto está pensado para que gente que no tenga tanta experiencia igual pueda sacar buenas fotos, Está todo instalado para llegar y montar la cámara Salir al cerro a fotografiar pájaros requiere saber dónde ir, por dónde caminar, conocer de aves.
No es lo mism.. ¡ Mira, una tórtola cuyana allá arriba! Devolverle a la naturaleza Jean Paul de la Harpe dice que desde que terminó de construir el bebedero, eso fue a mediados de enero de este año, ya han llegado alrededor de 30 especies distintas de pájaros. Loicas, tórtolas, gorriones, turcas, diucones, mirlos, chercanes, queltehues, carpinteritos, cernícalos, entre otras. Incluso ha llegado un picaflor del norte, una especie muy rara de ver en la Región Metropolitana.
Según De la Harpe, consecuencia de la desertificación que ha experimentado la zona central en los últimos años. —Este lugar parece ser un cerro peládo, pero la diversidad que tiene es brutal — dice el fotógrafo, cuya casa en Colina es contigua a un área protegida por la Asociación de Parques Cordillera llamada Farellones de Santa Elena, que luego conecta con Batuco—, Yo todas las semanas salgo a caminar y tengo identificada una familia de tucúqueres; siempre los veo. Y en invierno una vez vi un grupo de 40 cóndores volando por aquí, porque hay gente que tiene animales y y algunos a veces mueren en el cerro. También he visto águilas, zorros. Por eso, el hecho de vivir en un lugar y entenderlo... ¡Mira, mira! Ahí llegó un queltehue. Mira, legó el otro: dos. Y ahí llegó la familia de cuatro. Feliz como niño con juguete nuevo, Jean Paul de la Harpe cuenta que tan pronto como llegaron los pájaros a su bebedero, también lo han ido haciendo sus antiguos clientes.
Así, ha recibido desde aficionados de larga data que encontraron una alternativa cercana y sencilla para retratar aves hasta personas que recién están sacando sus primeras de pájaros y quieren practicar retratos, enfoques y aperturas, todo bajo la guía y mirada del maestro. —La pandemia fue una motivación, pero también ha sido una forma de devolverle la mano a la naturaleza —dice De la Harpe sin quitarle munca la mirada a esa familia de queltehues que ahora toman agua tranquilos en el bebedero—. Créeme que esto me da muchas más satisfacciones personales, más allá de lo que puedasignificar como negocio. Para mi yo interior, ver a los pájaros tranquilos, contentos, ver que tienen un lugar, eso me llena mucho más. Saber que hiciste algo por la naturaleza. Yo a veces me vengo en la tardes con una taza de café y me relajo mirando pájaros.
Y ahora quiero poner una webcam que transmita 24/7, para que la gente que le interese vea qué está pasando en el bebedero a las seis de la mañ.. ¡Mira, ahí vienen los mirlos! Es una bandadita. ¿Viste que se paran en las ramitas? ¡ Son súper fotogénicos! IB