Autor: MARÍA FLORENCIA POLANCO
Colegios que subieron en el Simce ponen foco en la asistencia y en promover altas expectativas
Colegios que subieron en el Simce ponen foco en la asistencia y en promover altas expectativas fortalezas y áreas de mejora en cada uno de los niños. “Tomamos decisiones a partir de datos. No esperamos al Simce para ver cómo nos fue, sino que tenemos pruebas internas y externas que aplicamos cuatro veces al año para monitorear avances”, agrega. Además, cruzan la información académica con variables como la asistencia, comportamiento y necesidades individuales de los estudiantes, con la participación de equipos multidisciplinarios. “Podemos ver si un niño no rinde bien porque tiene dificultades académicas, porque faltó a clases o por problemas emocionales. No hay recetas mágicas, pero mirar desde distintas aristas nos ha permitido actuar de manera más efectiva”, explica Labayru. Un aumento de 34 puntos en el Simce de Matemáticas y 25 puntos en el de Lectura, ambos de 4 básico, no es algo que se vea todos los días.
Sin embargo, el Colegio Miguel Cruchaga Tocornal (Puente Alto), que tiene un 86% de alumnos en situación de vulnerabilidad y un tercio con necesidades educativas especiales, logró mejorar gracias a un esfuerzo que involucró a toda su comunidad educativa. “Realmente subimos bastante. No esperábamos un aumento tan grande”, comenta la directora del establecimiento, Francisca Labayru.
Para ella, la clave para obtener 279 puntos en Matemáticas y 271 en Lectura estuvo en dos grandes factores: “No es solo el ámbito académico, donde ajustamos lineamien-tos, rutinas y estrategias de aula, sino también cómo tratamos a los niños y generamos un ambiente de aprendizaje seguro”, explica. Y añade: “Un niño feliz, tranquilo y en un ambiente seguro tiene muchas más oportunidades de aprender”. Uno de los ejes fundamentales del cambio, asegura, fue la creación de rutinas claras. “Desde que los niños llegan en la mañana, tenemos una manera específica de recibirlos. Nos preocupamos de su bienestar, anticipamos la jornada y aplicamos técnicas de rigor y gestión de aula basadas en la disciplina positiva”, dice. Otro foco central fue la enseñanza basada en datos. Tras una evaluación, los equipos analizan los resultados para identificarEl Colegio Miguel Cruchaga Tocornal, de Puente Alto, subió 34 puntos en el Simce de Matemáticas de 4 básico, y 25 en Lectura.
I I O L B A P N A U J O R E N I M O I R A N E T N E C I B O E C I LLos resultados que el Liceo Bicentenario Nuestra Señora de Guadalupe (La Granja) logró en el Simce de 4 básico sacaron aplausos.
Alcanzaron 290 puntos en Lectura y 300 en Matemáticas, superando ampliamente el promedio nacional en ambas evaluaciones, que fue de 278 y 264 puntos, respectivamente. ¿Cuál es el secreto? El director del colegio, Héctor Rojo, no duda: fomentar una cultura de altas expectativas. “Significa que todos pueden rendir y dar lo mejor de sí. Estamos en un sector vulnerable, con más del 50% de alumnos provenientes de La Pintana. Queremos que sepan que pueden lograrlo”, dice Rojo. Y una estrategia que ha sido central es usar un lenguaje positivo. “No le decimos a un niño que está haciendo algo mal, sino que destacamos al que lo hace bien.
Felicito a Francisco, que ya está sentado y tiene su cuaderno abierto”, “Un sistema educativo no funciona si los profesores no tienen condiciones laborales adecuadas y tampoco si en una clase el docente es el único que habla”, dice Óscar Garrido, director del Colegio Puente Maipo, en Bajos de Mena. El establecimiento se posicionó como el n 1 de la comuna de Puente Alto en los resultados Simce de Matemática de 2 medio, con 357 puntos, 13 más que en 2023. Y su fórmula, precisamente, fue poner foco en el desarrollo profesional docente. “Los profesores se capacitan constantemente, a través de cursos externos, diplomados, y lo más importante, el desarrollo profesional interno dentro del establecimiento, que es lo que ha tenido más impacto. Hay un líder que se preocupa porque los docentes sean cada vez mejores en el aula, observando, analizando los resultados y brindando retroalimentación constante”, dice Garrido. A su vez, el proceso de enseñanza de Matemática en el colegio se aleja de la tradicional clase expositiva, con el profesor como único protagonista. Aquí, los estudiantes son los actores principales del aprendizaje.
Garrido menciona que en sus aulas “el trabajo cognitivo de los alumnos es mucho más importante que el del profesor”. La estructura de las clases está pensada para que los estudiantes se apropien del conocimiento de manera activa, con la guía del docente, pero con un fuerte enfoque en la autonomía del estudiante. “La clave es tener un objetivo preciso y claro en cada sesión, donde el estudiante pueda lograrlo de manera independiente al finalizar la clase”, explica. También dice que se han preocupado de evaluar lo que funciona para seguir haciéndolo, y descartar lo que no logra resultados. “En los colegios a veces se hacen muchas cosas, pero no todas tienen el mismo impacto. Nosotros nos hemos dedicado a estudiar qué elementos realmente mejoran el aprendizaje y nos concentramos en eso”, dice. ejemplifica el director. También existen reglas claras para la convivencia dentro del aula. “Nadie habla si el profesor está hablando, porque eso afecta los aprendizajes y usamos señales. Si el profesor levanta la mano, todos saben que deben guardar silencio. Si un estudiante quiere ir al baño, hace una seña y sale sin interrumpir”, detalla. También realizan monitoreos de los aprendizajes y han creado instancias novedosas para involucrar a los estudiantes. “Tenemos la Expo Matemática, donde los alumnos dominan un contenido y luego lo explican en una feria a otros cursos”, cuenta Rojo. Y en Lectura crearon “Guadalupe en 100 Palabras”, un concurso donde los niños escriben historias sobre la escuela. Otro factor en los buenos resultados ha sido la asistencia: “Un niño que no viene a clases no aprende. En 4 básico tuvimos un 92% de asistencia anual, pese a la lluvia y otros factores. Asegurarnos de que vengan a la escuela es prioritario”, dice el director.
E P U L A D A U G E D A R O Ñ E S A R T S E U N O I R A N E T N E C I B O E C I LEn pandemia, el Liceo Bicentenario Minero JuanPablo II (Alto Hospicio) creó la asignatura “Desarrollo personal”, que ha sido esencial en la mejora.
Pese a que los resultados nacionales de 2 medio en el último Simce no mostraron mejoras significativas, el Liceo Bicentenario Minero Juan Pablo II (Alto Hospicio) logró un avance importante: 24 puntos más en Matemática y 11 en Lectura.
Hoy, con 291 y 278 puntos, respectivamente, es el que tiene mejores resultados a nivel comunal y entre los que integran el Servicio Local de Educación de Iquique. ¿Cómo lo hicieron? La clave, según su directora, Goighet Andrade, estuvo en generar una alianza con los apoderados que cambió la dinámica del aprendizaje. “Involucramos activamente a los apoderados en aspectos como asistencia, puntualidad e higiene del sueño”, detalla la directora. “Realizamos reuniones presenciales y virtuales, y enviamos cartas de compromiso. Convocar a todos fue casi una tarea titánica, pero logramos avanzar muchísimo con ellos, y eso fue una ganancia”, suma.
La somnolencia de los estudiantes en la mañana, comenta, era un obstáculo para el aprendizaje, por lo que se impulsaron acciones como restringir el consumo de comida chatarra y bebidas azucaradas, junto con promover hábitos de vida saludable. En este proceso también fue fundamental la creación de la asignatura “Desarrollo personal”, que se imparte desde 7 básico hasta 4 medio con dos horas semanales, la cual es realizada por psicólogos y profesores. “Comenzó en la pandemia porque los niños estaban desconectados, pero se ha consolidado como una asignatura esencial”, señala la directora. “Está definida con ejes bien estudiados según la edad: en 7 se trabaja la autoexploración y el conocimiento de las emociones, y en 4 medio, el proyecto de vida”, ejemplifica. Además, el seguimiento a los estudiantes fue riguroso. “La coordinadora a cargo del proceso Simce trabajó con datos y gráficos. Se llamaba a los estudiantes que faltaban para saber por qué no asistían. Se hizo un seguimiento exhaustivo. También yo iba cada dos semanas a los 2os medios, recordándoles su rol y motivándolos”, cuenta. “Hemos reivindicado la imagen del liceo minero. Antes había muchas diferencias con otros colegios, pero ahora las brechas de formación se están acortando”, subraya Andrade. Toda la comunidad educativa del Liceo Bicentenario Nuestra Señora de Guadalupe usa un lenguaje positivo y felicita los logros. En el Colegio Puente Maipo cultivan el bienestar do-cente, ya que tiene efectos en los aprendizajes. En el Colegio Santo Tomás (La Pintana), los niños no solo van a clases: se sienten parte de un equipo. Cuando faltan un día, alguien los extraña y se lo dice. Si tienen dificultades, hay un sistema que las detecta de inmediato. Y si logran un avance, toda la comunidad lo celebra. Esa cultura de compromiso y aprendizaje ha sido clave en el salto que dio la escuela en el último Simce, con un aumento de 33 puntos en Matemáticas y 30 en Lectura en 4 básico. “La asistencia ha sido un factor clave”, explica Katherina Véliz, directora del colegio. “Cerramos el 2024 con un 88,4%, porque logramos que las familias entendieran que cada día en la sala de clases cuenta.
Desde el portero hasta los docentes, todos nos preocupamosde que los niños se sientan parte del colegio y que su presencia haga la diferencia”. Este enfoque integral no solo mejoró los resultados académicos (lograron 276 puntos en Lectura y 271 en Matemática), sino que además generó un cambio en la mentalidad de los estudiantes. “Ahora se creen el cuento. Quieren seguir superándose y llegar a ser el mejor colegio de Chile”, agrega la directora. Otro eje clave ha sido el uso riguroso de datos educativos. “Analizamos la información proporcionada por el Ministerio de Educación y realizamos evaluaciones internas constantes. Cada objetivo de aprendizaje cuenta con una evaluación que nos permite detectar de inmediato lo que un niño noestá aprendiendo”, detalla. En Lenguaje, los estudiantes dedican entre 10 y 15 minutos diarios a la lectura silenciosa, supervisados por sus profesores y asistentes, y complementan esta práctica con lecturas en conjunto guiadas. En matemáticas, en tanto, se implementó una cartilla diaria de cálculo mental con ejercicios progresivos en dificultad, permitiendo a los estudiantes mejorar su rapidez y precisión en operaciones básicas. El reconocimiento también se ha reflejado en la comunidad. “Las familias están muy contentas y hemos visto un aumento en la demanda de matrículas. Los padres saben que la educación es la clave para romper el círculo de la pobreza y buscan oportunidades para sus hijos”, comenta Véliz. Con foco en la asistencia, monitoreo y talleres de nivelación, los alumnos del Colegio Santo Tomás dieron unsalto de más de 30 puntos en el Simce. “Las familias están contentas”, dice la directora Katherina Véliz. Con cinco cursos por nivel y una matrícula que supera los mil estudiantes, el Colegio Fernando de Aragón (Puente Alto) logró destacarse en el puntaje Simce de 4 básico muy por sobre la media nacional. Sus estudiantes obtuvieron 372 puntos en Lectura y 349 en Matemática. “Hemos logrado que el 100% de los alumnos esté en nivel adecuado, lo que siempre hemos soñado”, destaca el director, Cristián Valenzuela. El éxito del establecimiento no es casualidad, ya que mantienen un modelo de trabajo exigente y colaborativo. “Tenemos un especial cuidado con los docentes. Hemos aprendido a convivir y nos queremos.
Si un docente no está bien, no podrá entregarlo que no tiene, así que nos cuidamos entre todos y siempre estamos trabajando, no nos vamos a paro, estamos 100% comprometidos”, destaca María Angélica Tapia, jefa de UTP. Además, crearon su propio texto escolar y realizan evaluaciones constantes y capacitaciones a los profesores para actualizar sus metodologías. “Tenemos un cuadernillo de trabajo alineado con el currículo, pero con nuestra propia metodología, adaptada a nuestra realidad”, explica el director. Este material, que han utilizado por más de seis años, ha sido fundamental para estructurar los aprendizajes en los diferentes niveles.
“En 1 básico, todos los alumnos ya tienen una lectura adecuada gracias aS Á M O T O T N A S O I G E L O CLos alumnos del Colegio Fernando de Aragón que tienen buen desempe-ño son premiados con salidas pedagógicas entretenidas, como ir al teatro. nuestros planes lectores de prebásica”, comenta Valenzuela. Otra estrategia clave ha sido el fortalecimiento de la convivencia escolar. “En los recreos hacemos bailes, actividades deportivas y proyectos internos que mejoran la interacción entre los niños”, cuenta. Además, el colegio ofrece incentivos educativos: los alumnos con mejor desempeño son premiados con visitas a teatros, museos y actividades culturales. La comunidad del Colegio Fernando de Aragón tiene metas altas y ya piensa en el siguiente desafío: superar sus propios logros. “Cuando llegaron los resultados, en vez de celebrar, ya estábamos trabajando en lo que viene. Ahora el desafío es mayor”, dice Valenzuela.
Z E R É P A N E R A C A MO P I A M E T N E U P O I G E L O CZ E R É P A N E R A C A MApostar por sus profesores para mejorar el aprendizaje de los estudiantesEl efecto de una poderosa alianza con las familiasTexto escolar propio, bienestar docente y una sana convivenciaLos escolares que tras su desempeño quieren ser “los mejores de Chile”“Un niño feliz tiene más oportunidades de aprender”Que los alumnos crean en sí mismos. n También realizan un monitoreo constante de los aprendizajes de los estudiantes en Lectura y Matemática para identificar rezagados y fortalecen el desarrollo docente.
Seis establecimientos que lograron alzas importantes comparten sus fórmulas exitosas: El Colegio Miguel Cruchaga Tocornal, de Puente Alto, subió 34 puntos en el Simce de Matemá Con foco en la asistencia, monitoreo y talleres de nivelació En el Colegio Puente Maipo Toda la comunidad educativa del Liceo Bicentenario Nuestra Señora de Guadalupe usa un lenguaje po Los alumnos del Colegio Fernando de Aragón En pandemia, el Liceo Bicentenario Minero Juan