Autor: OSCAR VALENZUELA
Hermanos de Concón entraron a la universidad a los 15 años
El mayor tiene 19 y cursa un doctorado en EE.UU. ; el menor va en 5° de Ingeniería Algo genético Amanda Céspedes, neurosiquiatra infantil y presidenta de Fundación Amanda (fundacionamanda. Cl, https://bit.ly/3Be D9qP), aclara que los niños con altas capacidades, también llamados con talentos amplios, antes eran conocidos como superdotados. Se distinguen porque destacan en muchos aspectos e integran fácilmente los conocimientos. “Tienen muchas habilidades que se desarrollan de manera temprana y que se enriquecen de manera muy rápida”, señala la especialista. Se trata de una condición genética, por eso no le extraña el caso de los dos hermanos de Concón. “La genética da cuenta de una conectividad neuronal temprana y precisa entre distintas áreas de la corteza cerebral”, sostiene. También tiene relación con la mielina, o membrana que recubre los axones de las neuronas.
“Amplifica la velocidad de la transmisión del impulso nervioso, entonces en el cerebro de estos chicos se produce lo que se conocer como eficiencia cognitiva: aprenden con velocidad y precisión”. El tema es que el modelo educativo chileno no está pensado para ellos. “Está diseñado para un niño estándar y es homogeneizante”, advierte Céspedes. Al estar más avanzados, es muy difícil que los niños de talentos amplios puedan mantenerse en el aula. “Tienen que hacer educación en casa, para lograr expresar y desplegar al máximo todo el potencial que tienen. Los padres deben armar un home school completo; hay que darles educación académica, cultural y social y se va armando un puzzle bien caro para el bolsillo de los padres”, concluye. La familia Rojas: los padres, Tomás (de camisa), Diego (con polera rayada) y el tercer hermano menor.
Diego Rojas terminó a los 19 años la carrera de Licenciatura en Matemáticas en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV). Su hermano Tomás le sigue los pasos: a los 17 años está en quinto año de Ingeniería Civil en Informática, también en la PUCV. Los dos entraron a sus respectivas carreras cuando tenían apenas 15 años. ¿Cómo lo hicieron? La respuesta comenzó a escribirse cuando ambos eran muy pequeños y vivían en Concón. “Cuando estaban en primero y en tercero básico la sicóloga del colegio se dio cuenta de que tenían habilidades más amplias y los llevamos a hacer varios test”, recuerda Pablo Rojas, padre de los hermanos. La familia viajó a Santiago para las pruebas y les dijeron que sus hijos eran superdotados (ver recuadro). “No sabíamos qué hacer, empezamos a buscar información”, cuenta. Decidieron entonces sacarlos del colegio y les dieron educación en casa, en conjunto con todas las actividades que se les ocurrían, desde chino mandarín a computación. “Privilegiamos no comprar una casa para invertir en ellos”, dice el padre. Así llegaron al Programa Beta, de talento escolar, creado en la PUCV. Ingreso especial Ignacio Muga, académico de la universidad, recibió a Diego en Beta. "Tenía habilidades para el aprendizaje y a veces sabía más que los profesores, entonces el colegio era una lata”, comenta. El niño ya era competidor en las Olimpiadas Internacionales de Matemática cuando la familia le propuso a Muga si lo aceptaban en la carrera de Licenciatura en Matemática. “Lo hicimos tomar un curso de oyente. Dio exámenes de conocimiento -cosas como Cálculo I y II y logró quedar ubicado en el tercer año de la carrera”, señala. El problema era que no existía un ingreso especial para su caso. "Tuve que ir a negociar con el rector y las autoridades se portaron excelente”, afirma el académico. La universidad lo becó con el pago del arancel y le permitió ingresar, lo que el adolescente aprovechó muy bien. “No era alguien tímido, era desenvuelto y ayudaba a sus compañeros, les explicaba cosas”, destaca el profesor. La paradoja Tomás, el hermano siguió el mismo camino y ahora vive una paradoja.
Está en quinto año de universidad (entró directo a tercer año) pero al mismo tiempo debe rendir los exámenes libres para salir de educación media. "No he salido técnicamente del colegio, todavía soy un estudiante de cuarto medio”, aclara el joven, quien reparte su tiempo entre los estudios y su grupo en la Tomás cursa Ingeniería, pero debe rendir en octubre exámenes libres para salir de cuarto medio. Diego y Tomás Rojas se salieron del colegio en básica e hicieron home school. iglesia anglicana, la que según dice fue esencial para apoyarlo y no perder la interacción social cuando no iba al colegio. Los exámenes libres, que rinde en octubre, los ve como un contrasentido del sistema educacional. "Hoy todo depende de la suerte, de que un profesor quiera ayudarte.
Tal vez más personas puedan entrar antes a la universidad, mi hermano y yo no somos los dos únicos casos en este país, son muchos más pero están siendo olvidados”, comenta. "La PUCV ha hecho todo lo posible por abrir las puertas y nosotros queremos mantenerlas abiertas para que otros niños con talento tengan las mismas oportunidades, que no sean apagados por el sistema escolar”. Diego vivió una situación similar: egresó de cuarto medio al mismo tiempo que terminaba la universidad. Hoy se encuentra en Estados Unidos dando pruebas para empezar un doctorado en la Universidad de Wisconsin Madison.
Lo logró gracias a la beca Fullbrigth, aclara su padre, porque para ellos no hay beneficios en Chile, ya que el joven se saltó las etapas educativas y ni siquiera rindió la ex PSU. "Lo encuentro increíble, me frustra que los programas de talento académico no los tengamos como bilidad”, lamenta Pablo Rojas.
Resumen
Ingreso especial
Ignacio Muga, académico de la univer- La familia Rojas: los padres, Tomás (de camisa), Diego (con polera rayada) y el tercer hermano menor., El mayor tiene 19 y cursa un doctorado en EE.UU. ; el menor va en 5? de Ingeniería Diego y Tomás Rojas se salieron del colegio en básica e hicieron home school., Está en quinto año de universidad (entró directo a tercer año) pero al mismo tiempo debe rendir los exámenes libres para salir de educación media.
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