Autor: GONZALO COWLEY P.
Hombre de tres ciudades
«Apuntes de un constituyente» Agustín Squella Colección Vidas Ajenas, U. Diego Portales Ediciones, 2022,176 páginas.
La definición de poligamia urbana que Agustín Squella describe en su libro Apuntes de un constituyente es una revelación en la vida de una persona que se ha definido como un profesor de provincia y que ha singularizado a Viña del Mar como la ciudad donde reside, y a Valparaiso como la ciudad en que vive.
Incluir a Santiago como una tercera alternativa habría generado, a no dudarlo, una polémica con Ennio Moltedo, poeta viñamarino e integrante de los porteñistas —como Squella y Allan Browne—, quien dejó de visitar la capital del reino por veintisiete años en protesta por el centralismo.
Sin la radicalidad de Moltedo a este efecto, Squella tomó como propia una obligación que la describe señalándola como «algo así como un deber», no un deber en sí mismo, cuidando siempre no parecer presuntuoso ni un elegido para cumplir ciertas funciones.
Y, como académico, columnista incesante y prolífico escritor, Squella nos tiene acostumbrados a no ser protagonista y a dejar ahí sus reflexiones para el diálogo social e intelectual, o simplemente como crónicas de humanidad que reflejan su vida citadina, que podríamos aventurarnos a señalar como una vida de repliegue, sin aspavientos, sin protagonismos orquestados ni estridencias. Por eso es que la reflexión de Agustín Squella es valiosa como semblanza de su experiencia en la Convención Constitucional.
Cumplió una función en favor de la República, más allá de nuestra calificación y, desde luego, más allá de su calificación del proceso que, desde luego, desliza en las páginas de esta publicación, con el detalle cada vez menos usual de no hacer una crítica cómoda desde la distancia, sino asumiendo como propios los errores de la comunidad de la que formó parte.
La lealtad con ese grupo humano e institución, para quien fue un crítico permanente en el modo en que sucedieron las cosas, lo retratan en su decidido cuidado del lenguaje, que no es sino expresión de sí mismo.
El libro está construido sobre la base de acápites, es decir, de breves o más extensas notas, sobre asuntos del anecdotario cotidiano, de experiencias e historias con numerosos y numerosas constituyentes, dejuicios críticos hacia formas y circunstancias que se iban sucediendo y, también, de reflexiones sobre las temáticas de fondo que fueron abordadas. ¿Grafómano?, enhorabuena. Este ejemplar, como todas las cosas, lo debió obligar a sintetizar, a priorizar y dejar fuera, a dar lugar y forma a las reflexiones y a un cierto sentido cronológico en la narración.
Porque Squella adolece de lo que él mismo describe como una cierta enfermedad, es decir, este impulso interno de escribir cada día, como si fuera la razón de la existencia y el deseo de explicar su presencia en el mundo. Apuntes de un constituyente se lee con agilidad.
Tiene la facilidad balsámica que ofrece quien tiene buena pluma y sabe alternar el comentario y la opinión de fondo con la anécdota que lo relaciona, develando ese sentido del humor que el autor sabe llevar a su veta literaria.
De su poligamia urbana hace comentarios diversos sobre sus desplazamientos por Santiago, como quien está abriendo un nuevo cauce de cronista, ahora, de su tercera ciudad, la misma que se ha ocupado de habitar como lo ha hecho siempre en Valparaiso y Viña del Mar, esto es, a través del transporte público, la bicicleta y las largas caminatas que lo llevan a sus lugares sagrados que comenzó a distinguir a cien kilómetros de distancia de sus vocaciones más conocidas.
Si lo que el lector desea es conocer opiniones sobre el Estado Social y Democrático de Derecho, plurinacionalidad, derechos fundamentales, principios constitucionales, sistema político y, en fin, sobre los asuntos de fondo que nos inquietan como ciudadanía, va a encontrar en este libro respuestas, reflexiones y críticas. Si además ese mismo lector quisiera una reflexión sobre cómo se desenvolvió este artefacto de nuestra institucionalidad y sus integrantes, en clave de anécdota, historias o narraciones, también podrá encontrarlo. Ahora, si ese mismo u otro lector o lectora, quiere encontrar en estas páginas las reflexiones a que nos tiene acostumbrado Squella en sus libros y columnas de opinión, también las encontrará. El libro es generoso en destacar los pensamientos cotidianos que el autor iba atesorando para bien o para mal durante los últimos doce meses. Q)