DESAFÍOS DEL SISTEMA DE INNOVACIÓN CHILENO
E OPINION + 1 Global Innovation Index 2023 (GI123), al igual que el del año anterior, se pregunta por qué la inversión en investigación y desarrollo y el avance tecnológico han tenido un impacto socioeconómico “débil”, dando como ejemplo el estancamiento global en la productividad de factores, así como las dificultades para enfrentar la crisis climática. Chile pierde el liderazgo de la región en el G1123, siendo por primera vez superado por Brasil y ya no está entre los mejores 50 países. Chile baja significativamente en los indicadores de resultados de innovación, tanto la producción de bienes y servicios basados en tecnología y conocimiento, como aquellos de carácter creativo. No obstante, los indicadores que muestran un mayor deterioro son la calidad de las instituciones y la infraestructura.
Respecto al deterioro institucional, la incertidumbre constitucional y las dificultades de la política para construir acuerdos en temas fundamentales afectan la economía y la cohesión social y, por ende, el clima para el desarrollo de negocios. Respecto a la infraestructura, el aspecto que más cae es el desempeño logístico, en donde Chile retrocede 30 lugares, aspecto que influye significativamente en la productividad.
La difusión e impacto del conocimiento y la tecnología en la sociedad también caen de forma significativa, por lo que el buen posicionamiento en publicaciones científicas y en conectividad digital no se traduce en una buena posición en la difusión de conocimiento. La reducción del financiamiento público a la investigación con propósito y al I+D empresarial afectan la posibilidad de que la sociedad se beneficie del conocimiento y la tecnología. La buena productividad científica por sí sola no basta para impactar en el crecimiento de la productividad y la calidad de vida de la población.
Se requiere que los países consoliden Sistemas Nacionales de Innovación, en los que se genere significativa interacción y colaboración entre los diferentes actores del sistema, y que permitan transferir y difundir el conocimiento y la adopción de las nuevas tecnologías.
Un aspecto clave que se enfatiza por el es la necesidad de promover la “traslación y adopción” de los resultados de la investigación, no solo a través de impulsar desde la oferta la transferencia de tecnología, sino también políticas públicas orientadas a la generación de demanda sofisticada en áreas específicas.
La incorporación de tecnologías disruptivas que desafían los “modelos de los incumbentes” no puede inhibirse por la carencia de algún “ingrediente esencial”. No obstante, Chile ha progresado en el desarrollo de una industria de capital de riesgo impulsada desde la CORFO, con la creación de un ecosistema de emprendimiento dinámico, que luego de más de quince años de apoyo público empieza a mostrar resultados interesantes, con los primeros unicornios y startups, especialmente en el ámbito digital con soluciones digitales y de inteligencia artificial, que se proyectan internacionalmente. Se han generado las bases de un ecosistema de transferencia tecnológica, con capacidad y masa crítica de capital humano. Chile ocupa el primer lugar en el índice latinoamericano de inteligencia artificial, lo que genera un potencial de aplicación empresarial que puede impactar muy positivamente en la productividad de la economía. Director de Innovación de la Facultad de Ingeniería y Ciencias UAI y presidente del Hub APT.