Autor: JEAN PALOU EGOAGUIRRE
En la campaña presidencial de Bolivia, los candidatos buscan “pasar la página” con Chile
En la campaña presidencial de Bolivia, los candidatos buscan “pasar la página” con Chile La actual campaña para las elecciones presidenciales de Bolivia, que se celebrarán el 17 de agosto, ha reflejado el nuevo clima de las relaciones bilaterales entre ese país y Chile.
A diferencia de otras ocasiones, en las que los candidatos solían apelar a la “carta del mar” como parte de su oferta política, el tema de la reivindicación marítima ha estado casi ausente del debate, mientras que en un escenario de una grave crisis económica los principales aspirantes han señalado su intención de avanzar pragmáticamente en un proceso de integración regional y de normalización de las relaciones comerciales.
Después de muchos años de tensión bilateral, marcada por la demanda que impulsó en 2013 el gobierno de Evo Morales ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya para obligar negociar un “acceso soberano” al mar que se resolvió en 2018 con un fallo favorable a Chile y el recurso que presentó en 2016 el Estado chileno por las aguas del Silala, la actual administración de Luis Arce ha priorizado un enfoque diferente.
En marzo pasado, el Presidente E S S E R P E C N A R F tamos todos locos? Hay un candidato chileno que propone construir un muro entre la frontera entre Bolivia y Chile. José Antonio Kast desconoce que esa frontera es de 850 km, pero lo más grave es que no conoce la gran relación comercial entre ambos países”, dijo. Segundo en los sondeos, el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga (Libre) no ha comentado públicamente sobre la agenda bilateral en su actual campaña.
Pero aún se recuerda que hace diez años tuvo un rol importante en la demanda boliviana en La Haya, cuando formó parte del equipo a cargo de la difusión de la causa, entregando, por ejemplo, copias de “El Libro del Mar”. “Por el mar todo, por el MAS nada”, decía por entonces, buscando distanciarse del partido del gobierno de Morales. El único candidato que ha sido más explícito es Andrónico Rodríguez, tercero en las encuestas.
Ante seguidores, el senador izquierdista aseguró que “no hay que renunciar a nuestra salida soberana a mar”, e incluso señaló que en una conversación con el presidente del Senado chileno, Manuel José Ossandón supuestamente le manifestó la posibilidad de que Chile le cediera a Bolivia “en concesión por 30,40, 50 años el puerto de Tocopilla” si es que se reanudaban las relaciones diplomáticas.
Pero Ossandón lo desmintió, y aclaró que “en ningún momento, ni en forma oficial ni extraoficial, le he planteado la idea de ceder un puerto chileno”. Y Rodríguez debió rectificar: “Ante la repercusión de mis declaraciones, debo manifestar y aclarar que, en el marco de la diplomacia parlamentaria, me reuní con autoridades legislativas de Chile, con quienes conversamos sobre temas enmarcados estrictamente en nuestras competencias”. Otras prioridades “La mención que hizo Andrónico fue un intento desde su candidatura de tratar de medir qué repercusión tenía esto a nivel de votantes, pero no ha tenido la repercusión que esperaban. Y los otros candidatos se han mantenido muy prudentes en hacer cualquier declaración, porque entienden que el país internamente está en un trabajo de replanteamiento de su estrategia”, sostiene Céspedes. “En esta campaña, el tema marítimo ha estado notablemente ausente del debate público y de los discursos de los principales candidatos. A diferencia de elecciones pasadas, hoy las prioridades han cambiado”, señala Burgoa.
“Bolivia atraviesa una de las crisis económicas más profundas de las últimas décadas, y es la agenda económica la que domina el escenario electoral () La agenda bilateral con Chile está siendo abordada con cautela, en un contexto donde las urgencias internas han desplazado momentáneamente los temas históricos del centro del debate, pero sin que ello signifique que hayan sido abandonados”. anunció la disolución de la Dirección Estratégica de Reivindicación Marítima, creada en 2011, y propuso iniciar una “nueva etapa en la relación con Chile” y “tender puentes de diálogo” para iniciar una “agenda positiva” y “abordar temas de interés mutuo”, entre los que mencionó agilizar acuerdos sobre comercio exterior, el libre tránsito de personas y mercancías, la cooperación en turismo y la lucha contra el crimen organizado. “Es una etapa que genera mucha expectación y que se ha visto con muy buenos ojos por parte de la sociedad boliviana.
El fallo de La Haya nos ha obligado, desde Bolivia, a tratar de dar una mirada diferente a nuestro relacionamiento con Chile”, comenta el cientista político y diplomático Boris Céspedes, coordinador de Proyectos Especiales en la Universidad Católica Boliviana, quien destaca que no solo el gobierno, sino también el mundo empresarial y el académico están replanteándose cómo vincularse mejor con sus contrapartes chilenas.
“En ese sentido, Arce ha podido interpretar muy bien este sentido de gran parte de los actores sociales en Bolivia”. El impulso ha sido bien recibido por el Presidente Gabriel Boric, quien tras reunirse con Arce durante el último cambio de mando en Uruguay, señaló que “es hora de avanzar en mayor integración” con Bolivia. El mandatario chileno incluso fue invitado esta semana a Sucre para las celebraciones del Bicentenario del país, pero tuvo que cancelar su viaje por la tragedia minera en El Teniente. Sin embargo, hay expertos que sostienen que no ha sido suficiente.
Según el economista y diplomático Rodrigo Burgoa, autor de varias publicaciones sobre el impacto de la mediterraneidad en la economía boliviana, la estrategia de Arce para abrir una nueva etapa con Chile “tuvo escasa repercusión nacional e internacional”, y su hoja de ruta para reinsertar a Bolivia en el Pacífico “no fue acompañada de una política exterior estructurada como para generar acercamientos”. Si bien destaca “avances puntuales” como los acuerdos de seguridad fronteriza con Chile, en temas de crimen organizado, contrabando y migración, señala que no tuvo éxito en propuestas como la de conformar junto a Chile y Argentina un símil de la OPEP para el litio. “Es cierto que la tensión bilateral ha disminuido notablemente, en parte porque ambas partes han optado por moderar las declaraciones públicas en torno al tema marítimo. Sin embargo, esta distensión no implica una normalización plena de las relaciones diplomáticas. La cuestión del acceso soberano al océano Pacífico sigue siendo un tema profundamente sensible en la política boliviana, lo que limita avances más estructurales. Pero es posible que el próximo gobierno boliviano mantenga una disposición más pragmática hacia Chile”, comenta Burgoa. Entre la cautela y la “oferta” de Andrónico En la actual campaña presidencial, el tema no ha sido protagónico en los debates.
El candidato favorito, el empresario Samuel Doria Medina (Alianza Unidad), ha sido muy cuidadoso de opinar, señalando que no será una prioridad inmediata la reanudación de las relaciones diplomáticas con Chile, cortadas desde 1979, aunque defendiendo una mayor integración reg i o n a l.
E l a ñ o p a s a d o, s i n embargo, reaccionó a una propuesta de José Antonio Kast: “¿ EsGustavo Jáuregui, director del Consejo Empresarial Binacional Bolivia-Chile, dice que en el gobierno de Luis Arce se dio un “giro estratégico” en las relaciones bilaterales que “representó un cambio de tono diplomático, privilegiando el diálogo sobre la confrontación, lo que permitió retomar canales de comunicación oficiales que estuvieron prácticamente cerrados durante varios años”. En ese marco resalta se reactivaron espacios como el Mecanismo de Consultas Políticas, el Comité de Frontera y reuniones técnicas sectoriales. “Se privilegió la apertura a una diplomacia pragmática, donde se separó temporalmente la discusión marítima de otras áreas de colaboración, sin renunciar al reclamo histórico, pero evitando que sea un obstáculo permanente”, dice.
Jáuregui menciona avances como una mayor coordinación fronteriza y logística, con mejoras en procesos aduaneros en los pasos Tambo Quemado y Pisiga; la cooperación en recursos hídricos, con un mejor manejo de las cuencas de los ríos Lauca y el Silala “en un contexto de menor tensión”; la integración energética y de transporte, con el debate sobre “potenciales acuerdos en suministro de gas y proyectos ferroviarios bioceánicos”; y una “mayor coordinación en la lucha contra el contrabando y delitos transnacionales”. “Sin embargo, los avances han sido graduales y más visibles en la esfera técnica que en la política, con resultados concretos, pero aún limitados en impacto económico y social”, señala. Es optimista del escenario que se abre. “Vemos que las relaciones comerciales entre Bolivia y Chile se encuentran en una etapa de renovada apertura y búsqueda de complementariedades”, dice. “Existe un amplio margen para ampliar el intercambio en sectores como minería, energías renovables, agroindustria, litio, servicios tecnológicos y turismo binacional.
Así como en temas de integración logística y multimodal, como el Corredor Ferroviario Bioceánico y la modernización de pasos fronterizos, que podrían transformar la competitividad de ambos países”, asegura Jáuregui, quien destaca que los puertos de Arica, Antofagasta e Iquique son claves para el comercio exterior boliviano y representan hoy más del 70% de la carga boliviana hacia Asia y Norteamérica.
“Vemos un escenario de oportunidad y expansión, siempre que se mantenga el clima de diálogo político y se materialicen las inversiones en infraestructura y facilitación de comercio () El próximo gobierno boliviano deberá diseñar e implementar una política exterior económica donde será indispensable asumir una mirada pragmática”. ARCE PRESIDIÓ la celebración del Bicentenario junto al vicepresidente David Choquehuanca y el presidente del Senado y candidato Andrónico Rodríguez. JÁUREGUI es optimista sobre la creciente cooperación.
Gustavo Jáuregui, director del Consejo Empresarial Binacional Bolivia-Chile: La “agenda positiva” de Luis Arce “El próximo gobierno deberá asumir una mirada pragmática”. “Las prioridades han cambiado”, dicen los expertos, que recalcan que en los últimos años ha disminuido la tensión, hay un ánimo de avanzar en la cooperación y el tema de la reivindicación marítima ha estado casi ausente del debate público. Nuevo clima en las relaciones bilaterales: ARCE PRESIDIÓ la celebración del Bicentenario junto al vicepresidente David Choquehuanca y el presidente del Senado y candidato Andrónico Rodríguez. JÁUREGUI es optimista sobre la creciente cooperación.