Las nuevas soluciones hídricas que impulsan la ciencia y la tecnología
Las nuevas soluciones hídricas que impulsan la ciencia y la tecnología PARA RIEGO Y CONSUMO HUMANO: Los efectos del cambio climático han acelerado la búsqueda de nuevas fuentes de agua que son, especialmente, necesarias entre comunidades rurales alejadas de los servicios regulados de suministro y distribución de agua potable. Las nuevas soluciones hídricas que impulsan la ciencia y la tecnología Los atrapanieblas permiten recoger agua tanto para riego como para consumo humano. Jacques Dumais, académico de la Universidad Adolfo Ibáñez. cadena formal de abastecimiento de agua potable.
Por eso, buscan replicar el proyecto en otras zonas, para beneficiar a más personas. "Las nieblas son nubes que se producen entre los 500 y 1.000 metros de altura, que no logran caer en forma de lluvia al suelo. Pero sí es posible capturar dichas aguas mediante esta tecnología, y ya hemos identificado más de 30 lugares compatibles con niebla todo el año. Evaluamos la posibilidad de próximos proyectos en Valparaíso y Pichidangui, entre otros", puntualiza el director del proyecto, Jacques Dumais.
IA PARA PREDECIR SEQUÍA El Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA) del Ministerio de Agricultura desarrolló una herramienta que promete anticipar con tres meses de antelación las condiciones de la vegetación entre las regiones de O'Higgins y La Araucanía.
Con algoritmos e imágenes satelitales, el sistema logró alcanzar un 95% de asertividad. "Mediante el análisis de estas imágenes y su correspondiente índice de vegetación, entrenamos una red neuronal para predecir tendencias futuras en la vegetación. Esta red utiliza inteligencia artificial e integra conocimientos de agronomía, matemáticas, ingeniería e informática. Con datos históricos, la red aprende y mejora su capacidad predictiva para asistir en la toma de decisiones agrícolas", detalló el investigador de INIA y director del proyecto, Marcel Fuentes. A fines de noviembre, el Senado aprobó el proyecto de ley que le da el pase al Ministerio de Obras Públicas para construir obras hídricas con fines distintos al riego. Esto significa, por ejemplo, que la infraestructura hídrica que desarrolle el Estado --ya sea de manera directa o a través de concesiones-podrá destinarse a proyectos asociados al consumo humano.
Según el informe "Seguridad Hídrica en Chile: Caracterización y Perspectivas de Futuro" --elaborado por el Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2)--, en Chile continental la disponibilidad superficial de agua sería de aproximadamente 770 mm por año. Esto significa que, comparativamente, el promedio de Chile supera la media global en zonas continentales, donde se alcanza unos 300 mm por año.
Sin embargo, las realidades son muy dispares entre las regiones del país. "En las zonas híper áridas de Atacama, prácticamente, no precipita, mientras que en los Andes australes se pueden acumular más de tres metros de precipitaciones en un año", afirman los investigadores del CR2, Juan Pablo Boisier y Camila Álvarez.
Precisamente, para responder a la escasez hídrica que enfrentan algunas comunidades del norte de Chile, un grupo de científicos desarrolló un proyecto que logró recoger agua niebla que, en vez de perderse, ahora se aprovecha --tanto para riego como para consumo humano-en la Región de Coquimbo.
Gracias a la combinación de osmosis inversa y luz ultravioleta, calidad establecidos en la Norma Oficial Chilena 409. "Los análisis realizados al agua de niebla indicaron que el amonio era el único compuesto que excedía el límite establecido en la normativa. De entre las posibles tecnologías empleadas para eliminar amonio, nos decidimos por la ósmosis inversa", añadió José Luis Campos, investigador del proyecto Atrapanieblas y académico UAI. De esta forma, se logró una adecuada remoción de dicho compuesto y, al mismo tiempo, una operación sencilla y segura. Finalmente, el agua, una vez filtrada en la membrana de ósmosis inversa, se somete a luz ultravioleta para evitar la proliferación de microorganismos durante su almacenamiento.
Según los investigadores, en Chile, el 4,7% de la población rural no puede acceder a una los académicos Jacques Dumais, Luis Caminos y José Luis Campos, de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), en colaboración con María Josefina Torres, investigadora de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), obtuvieron agua de niebla a un costo de 5 dólares por metro cúbico. Con el aporte del Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondef), los científicos crearon un sistema recolector de niebla eficiente y de bajo costo. Dicha innovación ahora beneficia a pequeñas comunidades del norte del Chile. No obstante, podría replicarse en otras localidades. POTABILIZACIÓN "Usando condiciones en terreno realísticas, el sistema de captación de niebla y potabilización del agua logró producir 1 metro cúbico de agua potable (1.000 litros)", explica Jacques Dumais, director del proyecto Atrapanieblas UAI. Junto con aprovechar las propiedades aerodinámicas optimizadas para mejorar el rendimiento promedio de la tecnología tradicional, los investigadores optaron por materiales textiles de bajo costo. Adicionalmente, el agua debió someterse a diversos procesos para cumplir con los criterios de.