Autor: Por Francisco Guerra y Camilo Castellanos
Responsabilidad fiscal y gradualidad: Certezas que debe dar Boric
El respeto al presupuesto aprobado, tener un plan de convergencia fiscal y dividir la reforma tributaria son recomendaciones de expertos. A incertidumbre ha marcado las expectativas de economistas e inversionistas en el último tiempo. Y el triunfo de Gabriel Boric en las elecciones presidenciales, menos que calmarla, dejó puntos abiertos. Por esto, para que el presidente electo pueda tranquilizar al mercado, tiene que dar señales desde sus primeros días en La Moneda. Respetar el presupuesto aprobado para este año, entregar una estrategia para alcanzar el equilibrio fiscal y definiciones sobre la gradualidad de las reformas son algunas de las que más preocupan a los economistas. Boric tendrá que manejar un delicado balance entre cumplir sus promesas de campaña y cuidar que la economía siga creciendo y creando empleos. El gesto más obvio será el nombramiento del ministro de Hacienda. Para Joseph Ramos, académico de la FEN de la U.
De Chile, dependiendo de cuál sea el nombre, se dará una “fuerte señal de si será el Boric de la primera o de la segunda vuelta”. Ramos cree que inclinarse por algún integrante del Consejo Asesor Económico que lo apoyó en la segunda vuelta, “daría tranquilidad porque han abogado por res- (En la transición española) El desafío fue juntar a distintos actores, a empresarios, a movimientos sociales, para llegar a grandes acuerdos”, María José Becerra, Chile21 Para disminuir incertidumbre en el mercado Dividir la reforma tributaria y dejar medidas polémicas para más adelante. Eso reduciría la incertidumbre”, Joseph Ramos, FEN U.
De Chile ponsabilidad fiscal”. Pero, si nombra a alguien más cercano al Frente Amplio, “probablemente se mantenga la incertidumbre porque se vería como volver al Boric de primera vuelta”. Ya en La Moneda, será tarea del nuevo ministro dar señales claras de cómo se buscará restaurar el equilibrio fiscal, dice Rodrigo Fuentes, académico del Instituto de Economía de la UC. “No es solamente pensar en aumentar impuestos”, advierte y agrega otros elementos como mejorar los gastos y transferencias del gobierno. Déficit, gradualidad y reformas El presupuesto aprobado para este año marcó un hito, con una rebaja histórica de 22% comparado con el gasto de 2021. Esto, principalmente, por el retiro de los estímulos usados para contener los efectos de la pandemia. Respetar este presupuesto es clave a juicio de expertos. Hay que comprometerse a no gastar más, advierte Sergio Lehmann, economista jefe de BCI. “Si bien hubo señales bien claras en esa línea durante segunda vuelta, tiene que estar reafirmándolo de manera muy potente una vez que asuma”, explica. Y agrega que es importante “ir dando ciertas garantías” de que se va air convergiendo gradualmente hacia una deuda pública sobre PIB sostenible. “Que no genere preocupación o riesgos de una rebaja en nuestra nota crediticia”, dice. El equilibrio en las cuentas fiscales es un desafío crucial, sostiene Fuentes. “Un país sin espacio para hacer política fiscal por sus altos niveles de deuda genera problemas serios al hacer políticas sociales y afecta su capacidad de respuesta ante eventos imprevistos. El desequilibrio fiscal tiene que ser desde el primer día una prioridad y debe mostrar cómo lo va a arreglar”, añade. Y es ahí dónde entran a jugar propuestas de campaña que generarán mayor gasto público y otras que pondrán un freno a la economía.
Por ende, las señales en torno a la prioridad y al contenido de reformas como la tributaria, la reducción de la jornada laboral y el alza del sueldo mínimo también son claves para dar mayor certeza al mercado. “Hay que definir la gradualidad en esos proyectos una vez en el gobierno y, mientras antes se haga, mejor para reducir la incertidumbre”, aconseja Ramos. Algo que debe hacer la administración entrante es “anunciar que todas las reformas que desea ir implementando sean de manera consensuadas y gradual. Esto no va a ser fácil porque sus socios (en la coalición de Apruebo Dignidad) no están en la misma línea”, prevé Fuentes. Y esas diferencias no solo estarán en La Moneda sino que tam. Bién en Valparaíso donde la agenda del presidente electo deberá enfrentar a un Congreso en minoría y con alta dispersión. “Es importante ir buscando puntos de encuentro y que enfatice en eso una vez que asuma el nuevo gobierno”, dice Lehmann. Para alcanzar acuerdos, Ramos hace énfasis en la que sería, a su juicio, la reforma más importante: la tributaria. “Dividir la reforma definitivamente puede ser una buena jugada. Dejar medidas más polémicas, como impuesto a los súper ricos, para más adelante y entrarse en exenciones y evasión donde hay más consenso”, dice.
“Eso reduciría bastante la incertidumbre”. Balance delicado Desde Londres Andrés Abadía, economista jefe de Pantheon Macroeconomics, cree que “es fundamental que haga hincapié en que se van a respetar las reglas de juego, y que resalte que se va a respetar la libre empresa, el emprendimiento, la inversión internacional, la propiedad privada y que el libre mercado va a tener cabida en su modelo económico”. Pero, explica que en paralelo a esos mensajes que serán bien recibidos por los inversionistas, la administración Boric debe responder a las demandas por mayor desarrollo social que los chilenos piden. “Estos dos factores, el de libre mercado con progreso social, no son excluyentes”, dice. María José Becerra, vicepresidenta de la Fundación Chile21, advierte que las certezas no solo pueden ser con el mundo privado. “El gran desafío que va a tener el nuevo gobierno es también generar certezas a las grandes mayorías que votaron por él”, dice. Para mostrar preocupación por el crecimiento a largo plazo, se requiere un trabajo conectado entre el sector público y el privado, dice Fuentes. “Muchas de las medidas que se anunciaron en primera vuelta van en contra de la inversión, por lo tanto, temas como impuestos en la minería, deben ser cuidadosamente discutidas con todos los sectores”, agrega.
Becerra también resalta la necesidad de acuerdos y recuerda lo que se hizo en España en 1977: “En una profunda crisis económica y una transición, el desafío fue juntar a distintos actores de la sociedad, a empresarios, a movimientos sociales, para llegar a grandes acuerdos”.