Editorial: La riesgosa lógica del precipicio
E Editorial EE. UU bombardea a Irán y tensiona al mundo entero. El riesgo de una escalada es hoy una amenaza mucho más cercana. Editorial: La riesgosa lógica del precipicio L a Operación Martillo de Medianoche marca un antes y un después en la geopolítica contemporánea.
La decisión del presidente Donald Trump de ordenar el bombardeo de las instalaciones nucleares iranies no solo representa una ofensiva militar sin precedentes desde 1979, sino también un inquietante punto de inflexión en la arquitectura global de seguridad. En nombre de la sorpresa estratégica y la defensa preventiva, Estados Unidos desplegó una maquinaria de guerra letal y altamente tecnificada, mientras el mundo era deliberadamente mantenido en la oscuridad. Las cifras impactan: 125 aeronaves, 75 proyectiles, 14 bombas GBU-57 de más de 13.000 kilos, todo en menos de 30 minutos. El secretismo fue absoluto. Ni el Congreso fue informado plenamente ni los aliados fueron parte de la ofensiva.
La unilateralidad del ataque -que excluyó formalmente a Israel, aunque se beneficio de sus ataques previosrevela una diplopólvora reemplaza al macia guiada por la fuerza diálogo, el abismo se bruta y el cálculo electoral mas que por la estabilidad regional. El daño a las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahán es aún materia de lógica que la justifica. evaluación, pero el golpe ya es político y diplomático. Naciones como China y Rusia condenaron el ataque, mientras Europa llama a la contención. Irán, por su parte, habla de legitima defensa. La ONU, con razón, teme un "giro peligroso en una región que ya se tambalea". Y mientras tanto, los mercados tiemblan. Una eventual clausura del estrecho de Ormuz o la destrucción de infraestructura energética podría disparar el precio del petróleo y relanzar la inflación global. Estados Unidos dice no querer la guerra. Pero cuando la pólvora reemplaza al diálogo, el abismo se vuelve más próximo. Lo inquietante no es solo la destrucción infligida, sino la lógica que la justifica. Una lógica que, como la bomba que cae en silencio, puede estallar mucho después. EE.UU. dice no querer la guerra. Pero cuando la vuelve mas proximo. Lo inquietante no es solo la destrucción infligida, sino la.