Un unicornio en medio del Bosque
Un unicornio en medio del Bosque Por_ Ignacio Szmulewicz R. Son Son los refugios para todo tipo de criaturas misteriosas. Cuando el ser humano tomó consciencia consciencia de sí, reconoció en esas zonas frondosas, el hábitat natural de animales salvajes como lobos o jaguares; y seres mitológicos, como los unicornios. Seres que rápidamente mutaron en alegorías de lo que la sociedad había expulsado al extrarradio. Gnomos, brujas y espíritus. Incluso, en un claro de luz se podían encontrar espejos de agua vigilados por ninfas, efebos y emisarios de los dioses. Ir al Bosque es ir en dirección al peligro de la muerte o la transmutación. La cultura cultura de masas abraza estas referencias en series como «Stranger 7hings», «Dark», o en video c1zs como «Roar de Katy Perry. El mundo moderno se ha preocupado de desmontar el velo de enigma que cubría a la foresta.
La suspicacia suspicacia de la Ciencia ha propuesto preguntas fenomenológicas fenomenológicas del tipo: ¿ Si un árbol cae en medio del bosque y nadie lo escucha, emite ruido alguno? Al desvanecerse esa aura, ha emergido el voraz apetito apetito de la Industria, talando sin límite lo que por milenios milenios estuvo protegido tras la espesura. Los ecosistemas ecosistemas que se han moldeado durante eones de tiempo, se vieron interrumpidos por el hacha y la motosierra. Su ruido metálico ha logrado acallar la algarabía de la fauna de esos antiguos reductos de libertad. Escena de caza En los albores del siglo XVI, mientras llegaban las primeras primeras noticias del llamado Nuevo Mundo al Viejo Continente, Continente, aparece uno de los tapices más icónicos del Arte Occidental.
Conservado por el Met Cloisters el único museo de los Estados Unidos dedicado exclusivamente al Arte y la Arquitectura de la Edad Media en Nueva York, la pieza lleva por título «Unicorn Tapestries» (una serie de 7 tapices tejidos en lana, hilos metálicos y seda, entre 1495 y 1505), y narra las peripecias de una comunidad del Medioevo Medioevo que sale en busca del animal mitológico que yace libremente en un Edén. Cual escena de caza, personajes ataviados con lanzas, estoques y armaduras descubren al corcel blanco viviendo pacíficamente junto a ciervos, leones y zorros. En los bordados del MET, la Humanidad no espera ni un segundo para capturar, encerrar y torturar al glorioso rey del bosque.
En el centro de Italia hay otro tipo de bosque Este fue proyectado por Pier Francesco Orsini (1523-1583), a mediados del siglo XVI, con la esperanza de escapar de la mundanidad y abrir un portal hacia la magia y la fantasía.
Es el Bosque Sagrado de Bomarzo, también conocido como el “Parque de los Monstruos”. En su interior, se pueden encontrar enormes esculturas de piedra que representan tortugas, elefantes, sirenas y gigantes, además de construcciones, entre ellas, una casa inclinada, inclinada, un pozo o una cueva con forma de rostro exorbitado. Especie de proto-parque de diversiones o set cinematográfico para películas películas como «Pobres criaturas» (2023), se trata de un portal hacia una de las mayores proyecciones de Occidente con el bosque.
Cuando parece que toda esta nutritiva fantasmagoría ha sido consumida por incontrolables incendios ante la amenaza del Cambio Climático: ¿ Qué imaginarios futuros se pueden construir cuando el paisaje se encuentra al borde de la desaparición?. «The Unicorn Rests in a Garden» (Serie «Unicorn Tapestries», 1495-1 505, figura entre las obras de arte más espectaculares que se conservan de finales de la Edad Media).. Un unicornio en medio del Bosque RES EJEMPLOS DE ARTE CONTEMPORÁNEO PERMITEN RESPONDER A ESTA PREGUNTA Paisajes bucólicos El octogenario británico David Hockney (1937) se ha entregado en los últimos años a retomar el género del paisaje.
Se empeñó en recobrar la tradición del plein air, pero en vez de la atmósfera vaporosa de la ciudad que inmortalizaron inmortalizaron los impresionistas en el siglo XIX, ahora el pintor presenta con ternura los paisajes bucólicos de su Yorkshire natal, al norte de Inglaterra. Inglaterra. Al iniciar el nuevo Milenio, sorprendió al público con una serie de conjuntos pictóricos que formaban visiones de la estación otoñal o primaveral.
En «Bigger Trees near Water or/ou Peinture sur le Motfpour le NouvelAge PostPhotograpbique» PostPhotograpbique» (2007), un total de 50 cuadros de 91 x 122 centímetros formaron una imagen de 12 metros de ancho por 4y medio de alto. Verdaderos árboles de la vida extendiéndose desde sus troncos hacia la punta de cada una de sus ramas.
El amor que entregaban hacia el momento menos dulce del ciclo arbóreo era un recordatorio de la belleza de ese ecosistema donde, con la llegada de la Primavera, brotaban miles y millones de hojas, flores y frutos.
La deforestación de la selva La colombiana Nohemí Pérez (1962) ha desarrollado una exploración del territorio con dibujos al carboncillo y grafito de troncos, hojas y flores en su serie «Panorama Catatumbo» (2012-2016). Su entrega hacia cada detalle, cada rama y follaje, va un paso más allá de la pléyade de naturalistas que viajaron por América durante el siglo XIX empujados por la curiosidad científica. La artista creció en el municipio de Tibú, en la región del Catatumbo, en la frontera entre Colombia y Venezuela, escuchando el cántico de pájaros, el rugido de jaguares, o el croar de las ranas. Su obra vibra en el registro de un saber ancestral impreso en su epidermis, aunque reconociendo los cambios sociales que han ocurrido en su zona: la deforestación de la selva para las plantaciones de coca. En algunas de sus piezas como «Saltamontes salta» (2022), ella ha tejido pequeños bordados de insectos y aves con hilos de color como emblemas de la vida por venir. Un bosque de quilas En la obra de Seba Calfuqueo (1991), todas las formas del reino vegetal están imbricadas con lo humano en una ftisión permanente. Esta es una de las visiones más desafiantes para pensar la foresta en un presente globalizado. globalizado. Lo ancestral de su imaginario desdobla los géneros, las disciplinas y las tecnologías hacia un tiempo antes de la gran división de la Ciencia. En uno de sus videos más poéticos, «Las quilas» (2021), un ser hermafrodita hermafrodita aparece y desaparece en la oscuridad confundiendo su propio cuerpo con la resiliente planta propia del sur de Chile. La respiración intensa del personaje induce un ritmo en el espectador, al son del instrumento mapuche del trompe.
Y así, el bosque vuelve a ser un refugio de misterio donde lo humano se libera de las ataduras de la modernidad, y se entrega a los sueños de un pasado ancestral, con unicornios y quilas. l El artista británico David Hockney pasa para los fotógrafos junto a su obra de 2007, «Bigger Trees Near Water» (izq. ), en la Tate Cailery, de Londres. Foto: Carl Court / AFP T.