Diana Sanz “Prefiero el teatro que emociona”
IAE NANO] ] Í Í ACTRIZ Diana Sanz "Prefiero el teatro que emociona" PREMIADA POR EL CÍRCULO DE CRÍTICOS DE ARTE COMO LA ACTRIZ DE MEJOR ACTUACIÓN EN 2022 POR "EL TRAJE DEL NOVIO", OBRA CON LA QUE REGRESA EN JULIO AL GAM, SANZ ESTARÁ EN MAYO EN LA FINIS TERRAE CON "LA TEMPESTAD". CON SEIS DECADAS DE CARRERA, RESUME AQUÍ, A SUS 83, LOS DOLORES Y ALEGRIAS DE ELEGIR EL TEATRO COMO PASIÓN. POR María Cristina Jurado. FOTOGRAFÍAS: Sergio Alfonso López 16 1 ya MAN MAN egendaria, de verbo humilde y vibrante, Diana Sanz Fernández se acomoda en la extensión de madera de su cocina americana en su departamento de Providencia. Sonríe y los ojos se le achinan. Con su pelo albo y su top de lino, a sus 83 años se la siente de veinte menos. Alguna vez tuvo una casa más grande en Bellavista: se redujo para cumplir su principal sueño, además de la actuación, viajar por el mundo.
Y Sanz, quien brilló en escena en 2022 como la hábil costurera que protagoniza "El traje del novio", una de las obras que ganó la XX Muestra de Dramaturgia y que tendrá nueva temporada en julio en el GAM, ha viajado. Por el mundo entero y casi siempre sola porque, dice, viajar en compañía interrumpe su necesidad vital de independencia. Desde Marruecos a Tailandia y desde Turquía a China, ha recorrido lo que sus sueños le marcaron. En estos días, la artista sonríe, además, por otros motivos.
El Círculo de Críticos de Arte la eligió como la teatrista nacional de mejor actuación en 2022 por su rol de la costurera Olivia en "El traje del novio". El primer premio oficial en su carrera, dice, aunque en 58 años de trabajo perdió la cuenta de sus nominaciones y medallas. Partiendo por el premio de Revelación del Año que la destacó como la debutante más talentosa de 1964 por su rol en "Romeo y Julieta" de William Shakespeare en la adaptación de Pablo Neruda. Diana Sanz trabajó, en sus seis décadas de carrera, con casi todos los directores nacionales de envergadura. De Eugenio Guzmán --su maestro, con quien hizo once piezasa Guillermo Calderón, y de Andrés Pérez a Pedro Mortheiru, pasando por Jaime Celedón, Gustavo Meza y Raúl Osorio. En total, 63 obras: --Ochenta y tres años es una buena edad para mirar para atrás y ver mi vida. Lo familiar es lo único que me faltó, pero no lo eché de menos. Me tocó esa carencia, pero lo compensé muy bien con los viajes, con mi carrera, con las amistades, con mi hijo. Sobre todo, me siento satisfecha de haber vivido siempre del teatro o de una disciplina relacionada con él, no todos los colegas pueden decir lo mismo. Durante ocho años y antes del 2000, en que me jubilé, hice clases en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Enseñaba tres ramos: Educación de la Voz, Dicción y Verso. Lo disfruté, pero extrañaba la actuación.
En contraste con su trayectoria profesional, su vida familiar fue con dolores y ausencias, Hija de dos republicanos españoles que jamás se casaron y que emigraron a México, Diana nació en Ciudad de México en 1940 y, a los siete años, voló a Chile con su padre, Germán Sanz. Su madre, enamorada de otro hombre, quedó en México, ella volvió a verla cuando ya era una actriz formada. Su papá inmigrante, técnico en pintura a la laca, llegó a tener su empresa propia y, sin embargo, nunca pudo construir un nido para su hija: vivieron casi siempre en residenciales. Y, cuando la niña cumplió 13 años, fue internada en un liceo de Recoleta, mientras su padre partía a trabajar a Arica en la industria automotriz. Setenta años después, la teatrista no guarda resentimientos: --Llegué a Chile a los siete años, pero no recuerdo casi nada de esa época. Mi papá tenía una media hermana en Chile, que se había venido también por la guerra. Y esa media hermana lo entusiasmó. Yo sospecho que mi papá quería alejarse de mi mamá, porque seguramente él la quería todavía. Aquí llegamos a vivir con mi tía y su familia española, pero por poco tiempo. Después nos fuimos a una residencial: costó para que llegáramos a tener departamento con mi papá. Él era técnico en pintura, pero nunca compró casa. Y yo entré como interna al Liceo 4, en Recoleta, frente al Valentín Letelier.
Germán Sanz murió en 1977 y el único hogar propio que conoció Germán Sanz murió en 1977 y el único hogar propio que conoció Diana Sanz “Prefiero el teatro que emociona”. Neruda, el director Eugenio Guzmán, Diana y Marcelo Romo en 1964. Ella empezaba. 1964. Ella empezaba.
En1973 hizo "Molto vivace", café concert con Patricio Achurra en calle Londres, bajo la dirección de Alicia Quiroga En "Romeo y Julieta" con Marcelo Romo, en 1964.1964. en Chile fue el departamento que su hija arrendó al entrar a la Universidad de Chile y comenzar a trabajar. --Yo fui más independiente que él porque pude estudiar en la universidad. Los momentos más negativos de mi vida se dieron al fallecer mi papá. Fue muy triste, él era mi familia. Diana se hizo mujer independiente y, al casarse con un econom chileno-alemán en 1969, se fue a vivir a Berlín, pero no se adaptó. Su necesidad de autonomía y libertad pudo más. Después de tres años y con su hijo Daniel nacido, la actriz regresó a Chile. Atrás quedó su matrimonio: nunca más se casó. Recuerda: --A él lo conocí cuando yo hacía teatro, él trabajaba en una óptica y nos ofreció regalarnos unos anteojos para una obra. Yo fui a probarme y empezamos un romance. Cuando nos casamos, nos fuimos a vivir a Alemania y tuvimos un hijo. Pero no me sentí bien allá y quise volver a Chile. Entonces le ofrecí a mi marido, Bodo Schwarz, que nos volviéramos juntos, pero él no quiso. Él había nacido aquí porque sus padres habían viajado a Chile por la guerra. Nunca me acostumbré en Alemania. Es que en Berlín le faltaba el teatro. Allá era dueña de casa y Sanz quería más. "Yo veía que no tenía futuro artístico.
Nunca iba a poder actuar como una nativa porque siempre iba a tener acento, entonces si algún día llegaba a hacer algún papel, iba a ser el de la extranjera, la latina". --¿ Pesó más su vocación? --Sí. El amor tiene que ser muy fuerte, pienso yo, para dejar todo botado. Y las circunstancias, que no contribuían a que este amor se reforzara, fueron las razones que me empujaron a volver. Nunca se arrepintió. "Como nos casamos allá, cuando dije que no volvía, mi exesposo hizo los trámites altiro para la anulación. Tuve varias parejas importantes después que volví a Chile, ninguna del ambiente artístico. Siempre me entusiasmaron las personas de otros ámbitos". El desarraigo de su infancia no solo alcanzó su matrimonio, también la vida con su hijo. En 1972 la actriz regresó a Chile con Daniel de dos años, pero sin medios para pagarle un buen colegio. Tuvo que decidir. "Mi papá vivía en una residencial, no tenía casa. Y yo no podía llegar a vivir en una residencial, entonces una amiga me recibió con mi hijo, momentáneamente. Y llamo a los abuelos paternos de mi hijo para contarles que tenían un nieto y lo quisieron conocer. Fue tan emocionante, que la abuela se escondió detrás de la puerta y se puso a llorar; ella era muy tierna, él era parco como buen alemán. Como no tenían más hijos y vivían en una casa con tres piezas y con jardín, quisieron tenerlo". --¿ Le costó tomar esa decisión? --No, porque me ayudaban para yo poder trabajar. Encontré un departamento en la calle Tenderini y los domingos y días libres lo iba a buscar. Daniel estuvo con sus abuelos hasta sus doce o trece años y, cuando me cambié al barrio Bellavista, se vino conmigo. El niño no olvidó y, al fallecer el abuelo, Daniel volvió a vivir con su abuela. La cuidó hasta el día de su muerte. Diana Sanz no volvió a convivir. Diana Sanz no volvió a convivir. Diana Sanz no volvió a convivir. Diana Sanz no volvió a convivir. Diana Sanz no volvió a convivir. Diana Sanz no volvió a convivir. Diana Sanz no volvió a convivir.
Está en tres obras en el primer semestre de 2023. "A estas alturas de mi vida siempre digo: "Esta va a ser la última porque no me van a llamar más'. Pero me llaman". llaman". llaman". 17 Diana Sanz “Prefiero el teatro que emociona”. sus 7 años. sus 7 años. sus 7 años. Ha viajado por el mundo. En los 90 hizo un tour por Egipto. 18 ya 18 ya Con su madre, la andaluza Isabel Fernández en Ciudad de México.
Solo la vio hasta Pablo Neruda tradujo y adaptó la obra que la lanzó al estrellato. --Empecé a sentir que la soledad --entre comillas, porque nunca me he sentido solay la independencia, la autonomía de ser yo misma, me daban una satisfacción que no me daban las parejas.
Y me dediqué a realizar uno de mis sueños postergados, porque yo, en mi autobiografía, que estoy escribiendo en el taller de Chileactores bajo la dirección de Marco Antonio de la Parra, digo que he tenido tres pasiones: la actuación, los festivales internacionales de teatro y los viajes de placer. A sus 83 dice que ha recorrido varias veces Europa, el sudeste iático, y otros países de Asia y América. --Me quedan muy pocas partes del mundo que no conozco, en serio. En pandemia tuve que suspender, fue el único período. Yo, cada vez que estaba cesante --porque ya en los últimos años de mi carrera me llamaban una vez por año--, viajaba. Entonces cuando yo veía que se presentaban tres o cuatro meses sin que me hubieran llamado, empezaba a organizar un viaje. Como ya estaba jubilada, tenía una base mínima para mis gastos y, todas las cositas que hacía por fuera, las metía en mis via Después de 60 años, Diana Sanz hace su arqueo.
Como actriz con experiencia, a sus ojos el teatro se ha empobrecido. con experiencia, a sus ojos el teatro se ha empobrecido. con experiencia, a sus ojos el teatro se ha empobrecido. con experiencia, a sus ojos el teatro se ha empobrecido. con experiencia, a sus ojos el teatro se ha empobrecido. --Yo creo que los directores chilenos que viajaron a Europa después de la gran época del teatro llegaron imbuidos de nuevas corrientes, de nuevos estilos. Y está bien, tienen que haber piezas para todo público: comedia musical, drama, tragedia. Por suerte, todavía quedan obras que emocionan. Yo siempre digo que prefiero el teatro que emociona y no el teatro raro, contemporáneo, simbólico, y con todos esos apellidos que le ponen hoy. Dice que --comparada con los grandes montajes luminosos de antañola puesta en escena es hoy rala y, a veces, falta de estética y contenido. No critica, entiende que los tiempos han cambiado.
Y no solo en Chile. "Fíjate que yo voy mucho a Buenos Aires y los teatros off hacen a las 6 una obra, a las 8 otra obra, a las 10 otra distinta y a las 12 otra.
Y con funciones solo viernes y sábado. ¡Entonces el viernes tú tienes cuatro obras desde las 6 de la tarde hasta las 12 de la noche! ¡Y el sábado igual, y a veces, las del viernes no son las mismas que las del sábado! Entran y salen, entran y salen.
Es un teatro al que le falta visualidad". Extraña la época del Teatro Experimental de la Universidad de Chile y del de Ensayo de la Universidad Católica --entre los años 40 y los 70, considerada la época dorada de este arte--, pero mira el futuro con altura de miras. "Yo veo mucho teatro en Europa y todavía hay compañías que hacen grandes montajes. En los últimos 15 años he visto en Londres y en Madrid obras y comedias musicales con unos montajes exquisitos; los cambios de escenografía te deslumbran. Eso aquí se perdió". Y hablando de El traje del novio", dice: --Nunca creí de su lectura que podía ser una obra tan rica de actuación, de detalles, de subtexto, de evolución del personaje. El mío especialmente, porque el otro personaje es más parejo. El mío empieza de una manera y termina de otra, con una emotividad que hacía tiempo no me tocaba vivir en teatro.
Habla de sus proyectos. --Estoy ensayando una obra en el Antonio Varas, el teatro de la Universidad de Chile, que se llama "Cómo volver al futuro". Dirige Andreína Olivarí, la que dirige a los Bonobos y quien tiene una forma muy particular de escribir. Y ahora en mayo tengo ocho funciones en la Finis Terrae con "La tempestad" en un ciclo del Fitam. Después de eso, en julio, "El traje del novio" en su nueva temporada.
A estas alturas de mi vida siempre digo: "Esta va a ser la última porque no me van a llamar más". Pero me llaman. 1 la última porque no me van a llamar más". Pero me llaman. 1 Diana Sanz “Prefiero el teatro que emociona”.