Autor: BERNARDO LARRAÍN Pivotes
“Trabajo y papas”
Señor Director: En su columna del martes, Eugenio Tironi sostenía que quienes sugeríamos desplazar el foco de la agenda laboral hacia quienes no acceden a tener un trabajo o solo pueden optar a uno informal y precario, confundíamos el mercado del trabajo con el de las papas. En su carta de ayer, en cambio, el columnista reconoce que esas realidades sí son llagas del mercado laboral chileno que es imperativo enfrentar, lo que es un avance.
Sin embargo, al separar como otra llaga distinta el que "muchos compatriotas no tengan un salario que les permite vivir dignamente”, ignora que la principal explicación de tal realidad es precisamente que el salario promedio de un trabajador informal es la mitad del de un trabajador formal, y que un 36% de las personas en edad de trabajar acceden a un trabajo formal. Este porcentaje baja a solo un 10% en la población de más bajos ingresos.
Por otra parte, prefiere no referirse a que, dentro del trabajo formal, los más bajos salarios se concentran en las pymes, que experimentan grandes dificultades para crecer, aumentar su productividad y ofrecer trabajos formales con protección social y salarios crecientes. Toda esta evidencia parece no servirle a su propósito de atribuir las brechas laborales a una cuestión de falta de voluntad empresarial.
Sorprende que Eugenio Tironi no sepa que la gran mayoría de las grandes empresas pagan salarios muy por sobre el nivel de 500 mil pesos que menciona en su columna del martes. ¿0 acaso su reproche moral está dirigido a las pymes que hacen un enorme esfuerzo por pagar mejores sueldos y competir con las más grandes? ¿ Por qué no mejor debatimos sobre cómo el marco regulatorio laboral dificulta la formalización, el crecimiento y la productividad de las pymes? Ojalá que la templanza (moderación, sobriedad, mesura, según la RAE) que Tironi menciona, inspire a quienes participamos del debate público a hacerlo con menos voluntarismo y más evidencia y propuestas.