Autor: CSJ.
La intensa exgerenta de Coca-Cola que enfrenta la guerra arancelaria desde AmCham
La intensa exgerenta de Coca-Cola que enfrenta la guerra arancelaria desde AmCham Intensidad es la palabra que define con mayor precisión a Roberta Valenca. Es brasileña, oriunda de Recife. Hace poco más de un año pasó de ser la vicepresidenta de la categoría de Alcohol para Brasil y Conosur en The Coca-Cola Company a presidenta de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio, AmCham Chile. Su llegada al gremio, que representa a firmas estadounidenses en Chile y a chilenas en ese país, no es casual. Ella quería salir del micromundo que significaba estar en una multinacional, exigida día y noche por los compromisos que ello implica, en un circuito más cerrado.
En esta reflexión, señala que su mentor quien la impulsó a tomar la decisión de hacer algo distinto fue el empresario Gonzalo Said, miembro del grupo controlador de Andina, la mayor embotelladora del sistema Coca-Cola en el país. En AmCham conviven 32 sectores económicos y es una plataforma para entender los negocios a nivel país. Se relaciona con los distintos stakeholders y poder impulsar, de manera más amplia, los temas de sustentabilidad que tanto le apasionan a esta ejecutiva. Es tanta su intensidad, cuenta, que en su vida tiene dos rituales que la ayudan a enfocarse y bajar los decibeles: Primero, sale a correr cinco veces a la semana, cuando encuentra el momento. Su otro cable a tierra es la dimensión social: salir a fiestas, reuniones, recibir gente en su casa, celebrar todo lo que sea celebrable. A sus 15 años ocurrió un hito. Impulsada por su madre, se fue a un intercambio a Alemania a estudiar el idioma. Viajó sola por toda Europa, adquirió autonomía. Estaba en Alemania cuando cayó el Muro de Berlín. A los 17 años ya tenía otra visión. “Recife es muy lindo, me encanta, lo amo, pero ya no podía vivir ahí. Tenía ganas de comerme el mundo”, señala. La pelota al piso El mundo ha estado difícil por estos días. Con una guerra comercial desatada por Donald Trump, y con empresas chilenas que operan en EE.UU. ahora con aranceles, su mayor aprendizaje ha sido “la precaución. Como parar la pelota, que es en contra de mi naturaleza más impulsiva, porque yo soy de la pelota rodando, como el conejito Duracell. Yo soy una persona muy activa, muy energética, y este año ha sido un ejercicio de respira hondo, no quedar con un titular.
A veces se dice que es un tema comercial, pero hay temas políticos mezclados con los comerciales”. C e r c a n o s cuentan que a esta ingeniera comercial por la Universidad Federal d e P e r n a m b u c o d e Brasil, de 51 años (casada con un médico chileno), cuesta seguirle el ritmo. Pero aclaran “que eso lo compensa con simpatía y cordialidad”. En Brasil primero estudió una carrera relacionada con ciencias informáticas, en una época en que Apple y Microsoft estaban emergiendo. Luego se dio cuenta de que su alma era más “marketinera”, y fue por Ingeniería Comercial. Entró a Mars, la multinacional de los M&M y Snickers, pues en Recife tenían una fábrica.
De Brasil a México, de Argentina a Chile Partió a Unilever, que a poco andar se fusionó a nivel global y local también, incluyendo fuertes reestructuraSÉDLAVOGIRDOR : NÓICARTSULI de papas fritas de la zona, que regalaba las papas, para las promociones que ella organizaba, conectando ese producto con Hellmanns. Así, Valenca fue promovida a Sao Paulo, la capital de los negocios. En 2004 la enviaron a una posición regional en Chile, conoció a su marido y padre de sus dos hijos, Allegra y Andrés. A poco andar se fue a México, donde terminó liderando un área de bebidas. Por entonces, un jefe argentino que había tenido en Brasil la recomendó con el presidente de Coca-Cola Argentina, firma donde buscaban desde hace tiempo, y sin buenos resultados, mujeres para preparar en posiciones de liderazgo. Así, en 2008 partió a Argentina, donde quedó más cerca de su pareja, Andrés. En 2010 nació su hija Allegra y se trasladó a Chile. Justo un año antes, la multinacional la había mandado a Harvard. “Tenía que desarrollar el área comercial y el área de negocios. Fue como un sueño ir a Harvard”, señala Valenca.
Hoy dice sentirse muy chilena, “muy arraigada y agradecida en este país”. Su nuevo emprendimiento En 2019 se convirtió en la primera gerenta general para Chile, Bolivia y Paraguay de Coca-Cola, encabezando un proceso de crecimiento de la marca. En enero del año pasado dejó la multinacional y asumió la presidencia de AmCham, tras participar de la mesa de la cámara por dos años, liderando el comité de sustentabilidad. Cumplió 50 años en 2024, y se puso el objetivo de dedicarse a directorios y ayudar a otras mujeres a hacerse un camino en el mundo de los negocios. Y también ser emprendedora, lo que concretó trayendo la representación de la brasileña Sierra Muebles a Chile. “Eso siempre me apasionó. Era como mi lado b. Tener la casa hermosa, los muebles lindos, la mesa puesta. Ese lado mío de una gran anfitriona siempre estuvo ahí. Abrí Sierra Muebles con una tienda en Nueva Costanera”, indica sobre su nuevo negocio. Oriunda de Recife, a Roberta Valenca le gusta ser anfitriona. Dice que la vida social (reuniones, fiestas, encuentros) la recarga de energía. ciones y despidos, con cierre de oficina en Recife incluido. Fue el minuto para demostrar su pericia en marketing organizando distintas acciones agresivas. Llamaba a proveedores locales de papas fritas, haciendo promociones con mayonesa y ketchup, que eran los productos que tenía a cargo como gerenta. Las ventas en el nordeste de Brasil se elevaron 40%, y en Sao Paulo se preguntaron qué sucedía por allá. Pensó que la iban a echar cuando la llamaron y tuvo que contar de la alianza que había armado con un gran productor. Asumió en 2024 a la cabeza de la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio. En medio de su desbordante energía, señala que este ha sido un año de aprendizaje. Ha sido “como parar la pelota, que es en contra de mi naturaleza más impulsiva”. ROBERTA VALENCA: