Comunidad médica aseguró que probablemente se necesitarán dosis anuales de la vacuna contra el COVID-19
Tras la llegada del Coronavirus a nuestras vidas no sólo forzó a la población a refugiarse en sus hogares como medida desesperada para frenar el avance del virus, sino también movilizó a la ciencia y sus expertos a buscar alguna vacuna que permitiera poner fin a la, que según muchos, es la peor crisis de salubridad pública en los últimos 100 años. Ante esto, los desafíos para la comunidad médica eran gigantescos. En esa línea, y una vez que las diversas vacunas candidatas cumplieran con los protocolos exigidos por la Organización Mundial de la Salud, comenzó una carrera contra el tiempo. Se debían fabricar millones de vacunas, transportarlas con las medidas requeridas de mantención y conservación.
Pero saltó una duda que mantuvo ocupado a los científicos: ¿ cuántas dosis eran necesarias en cada vacuna? Desde el inicio de la campaña de vacunación en todo el mundo, diversos estudios han intentado determinar cada cuánto tiempo es necesaria una “tercera dosis”, o bien si la vacuna será anual, considerando la proliferación de las más de 4 mil variantes del coronavirus que circulan por el mundo, y la capacidad de mutación del patógeno. La India y Brasil son los casos que más preocupan a los expertos.
Ante ello, algunos expertos ya habían manifestado la necesidad de estas dosis “de refuerzo”, teniendo en cuenta el tipo de vacuna, el tipo de inmunidad que genera y la circulación del virus o bacteria contra la que protege. Pero una tercera dosis no es algo nuevo en estas circunstancias.
En el caso de la vacuna que protege a los niños contra la difteria, el tétanos y la tos ferina, Chile tiene un esquema primario de 3 dosis de vacuna hexavalente (en la que se incluyen estas tres vacunas) a los dos, a los cuatro y a los seis meses y luego se agregan dos dosis de refuerzo en primero y octavo básico.
Lo mismo ocurre con el virus de la hepatitis B y la del neumococo, sin olvidar la vacuna contra la influenza, en respuesta a las nuevas cepas de virus que circulan y que se convirtió en una dosis anual para los grupos de mayores riesgos en la población.
“La idea de la aplicación de una tercera dosis para las vacuna contra Covid-19 ha sido planteada ya desde hace algún tiempo por algunos investigadores como una manera de, primero, promover respuestas inmunes más robustas en individuos que responden débilmente a la vacunación; segundo, prolongar la inmunidad contra este virus en el tiempo, incrementando la intensidad de la respuesta inmune generada contra Sars-Co V-2 luego de la vacunación con dos dosis”, indicó el académico de la Universidad Católica, director del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia, y director del ensayo clínico con la vacuna de Sinovac realizada en Chile, Alexis Kalergis.
Además, el experto agregó que “en tercer lugar, complementar o intensificar la protección conferida por las dosis anteriores para neutralizar posibles nuevas variantes del virus que están circulando mundialmente (lo que podría implicar actualizaciones en la formulación de las vacunas en consideración de las variantes existentes)”. Lo mismo ya había dejado entrever el el CEO del gigante farmacéutico estadounidense Pfizer a mediados de abril, señalando que personas que han recibido nuestra vacuna “probablemente” necesitarán una tercera dosis en un plazo de seis meses a un año, y luego probablemente una inyección cada año: “Una hipótesis probable es que se necesite una tercera dosis, entre los seis y los 12 meses, y a partir de ahí habrá que volvera vacunar cada año, pero todo eso tiene que confirmarse”, dijo Albert Bourla, agregando que a propósito de ello se iniciaron algunas investigaciones en EE.UU.
Y es que la pandemia del Coronavirus no solo significó la muerte y el contagio de millones de personas en el planeta, sino que también es la primera pandemia que se vive en tiempos los cuales la circulación de cargas y personas es incomparable con otras épocas, haciendo más fácil la proliferación y exportación de nuevas variantes. Con esto el virus va mutando y generando resistencia con las nuevas formas que tiene de adaptarse al cuerpo humano. Es por esto, y otras razones más, que se hace una necesidad poder inocular a la población varias veces. Por lo menos hasta que la pandemia vaya dando mayores espacios de conocer en profundidad al virus, sostienen expertos.
Por ello no llama la atención lo mencionado por Ugur Sahin, cofundador de la empresa farmacéutica alemana Bio NTech, quien confirmó a medios alemanes que la protección de la vacuna se va haciendo menor con el tiempo, pasando del 95 al 91% de eficacia a los seis meses, por lo que se necesitará una dosis de refuerzo, entre los nueve meses y un año de ser inoculada para volver a alcanzar cifras cercanas al 100 por ciento de protección. Es decir, aquellas personas que hayan recibido la vacuna alemana tendrán que recibir una tercera dosis en 2022. Además, el médico alemán, agregó que después, “probablemente cada año o quizá cada 18 meses” hará falta un nuevo pinchazo, como con la gripe estacional. Flavio Salazar, vicerrector de Investigación Universidad de Chile y director alterno del Instituto Milenio de Inmunología e inmunoterapia (IMID), señala que este anuncio es necesario analizarlo en contexto. “Se trata de un anuncio del laboratorio que hace la vacuna y la vende.
No se trata de una decisión consensuada, no lo dice la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. ) La empresa se está adelantando y advierte que en un futuro, se podría necesitar una tercera dosis”.