Autor: Texto, Jimena Silva Cubillos. Fotografías, José Luis Rissetti.
Indicio de cludad
A Alameda, con un trazado de casi 8 kilómetros de largo, entre el sector de Las Rejas y Plaza Baquedano, está poblada de edificios que, independientemente de sus rasgos estéticos y estado de conservación, son bienes de incuestionable valor histórico y patrimonial. Desde la Estación Central, pasando por el Palacio Elguín o la Biblioteca Nacional, hasta el Colegio de Arquitectos.
Claro que ninguna de esas obras involucra tanta superficie edificada ni complejidad a nivelde escala o alcance urbano como la Remodelación San Borja, encuadrada en un área triangular y de límites difusos entre Alameda, Vicuña Mackenna y un poco más al sur de la entonces recién creada Diagonal Paraguay.
Compuesto por 18 torres habitacionales de entre 20 y 22 pisos, cada una con seis departamentos de 70 m?* aproximadamente para la clase media, más tres torres de oficinas, este conjunto desarrollado entre 1967 y 1976 por la Corporación de Mejoramiento Urbano (Cormu) -un departamento del Minvu concebido para afrontar la problemática del crecimiento periférico, el deterioro de la zona céntrica de Santiago e impulsar su densificación mediante la regeneración urbana-, hoy cuenta con sobre 150.000 m?* edificados y ocupa un área de casi 20 hectáreas muy bien ubicadas.
Tal como señala el libro Vamos p'arriba: la Remodelación San Borja y la vivienda vertical en Chile, publicado a mediados de diciembre por Ediciones ARA y realizado a partir de un Fondart por los arquitectos y académicos Francisco Díaz, Amarí Peliowski y Gonzalo Carrasco, esta es una obra monumental y emblemática, sin embargo no ha sido tan estudiada ni difundida como otras históricas y de envergadura similar, como la famosa Unidad Vecinal Portales o las Torres de Tajamar, ; o casos de viviendas colectivas impulsadas por la misma Cormu, como la Villa San Luis; o realizados en esta zona, como el edificio de la Unctad, que también se considera parte de este proyecto que hacia el norte aspiró conectarse con el Parque Forestal.
El conjunto se concretó con locales comerciales, plazas y áreas libres entre los edificios para darle vida al nuevo barrio y promover las actividades sociales, además de una secuencia de circulaciones a nivel del segundo piso, tipo pasarelas, que potencian y diversifican los espacios públicos, y un parque de tamaño importante, todo materializado tras la compra de los enormes terrenos que ocuparon el exhospital San Borja y el antiguo Hace unos 50 años, la Cormu lanzó un innovador proyecto de viviendas en altura en pleno centro de Santiago, integrando arquitectura y urbanismo, modelo en torno al cual hoy investigadores de Ediciones ARQ reflexionan y ponen en valor a través del libro Vamos p'arriba: la Remodelación San Borja y la vivienda vertical en Chile. Articuladas en torno a un parque jerárquico, varias torres están orientadas hacia ese lugar.
Pasos bajo nivel, plazas, pasarelas y nuevas calles permiten la viabilidad de este conjunto permeable y de acceso público. hospicio de Santiago, además producto de la expropiación de 300 pequeños inmuebles privados que permitieron conectar ambos sitios.
Factiblemente inspirado en las ideas de Le Corbusier y en la arquitectura moderna, el plan original contempló sumar también el paño del exmercado Juan Antonio Ríos, que hoy ocupa la FAU de la Universidad de Chile, y construir un total de 28 torres, diseñadas y edificadas por distintas oficinas y equipos de Abajo, registro del proceso de demolición previo ala construcción de la Remodelación San Borja, recopilado por Patricio Gross (c. 1968). arquitectos, ingenieros y constructoras, en una época en que Santiago solo tenía una decena de inmuebles habitacionales de más de 15 pisos (y escasas grúas para levantar proyectos de magnitud similar). -San Borja no fue uno más; le dio un sentido a la labor de la Cormu... Fuera de sus atributos generales, lo que me parece más notable es su rol en la estrategia de densificación del centro, evitando que la ciudad siguiera expandiéndose hacia la periferia. El cómo ayudó a renovar el lugar, ofreciendo vistas, ventilación, luz, aire, etc., a gente que, por lo general, vivía en casas bajas y lejos de sus trabajos y de los servicios.
Su estrategia también incide en un montón de temas, como reducir la contaminación o proteger los mejores suelos para cultivos, entre otros aspectos significativos, como que el Estado decidiera levantar tal cantidad de torres, forzando a la industria de la construcción a dar un gran salto y generar una capacidad de desarrollo inédita -señala Francisco Díaz, quien lideró esta investigación y es editor general de Oedicionesarg. VD Para concretar esta macroobra hubo que expropiar y demoler cuadras completas. Imagen parcial del conjunto y la Casa Central UC, desde el cerro Santa Lucía.