Humanidades en crisis
Humanidades en crisis Felipe Edwards del Río uando uno piensa en el pregrado de una universidad estadounidense imagina en un centro de investigación lleno de laboratorios, con académicos que producen artículos sobre conocimiento nuevo que son revisados por sus pares. O bien, una pequeña institución decimonónica, idílica y lejos del ruido mundano, donde estudiantes leen a Shakespeare bajo árboles añosos.
Esta segunda visión es la de un college de artes liberales que no aspiran enseñar una carrera sino cultivar la mente, donde no preparan alumnos para un trabajo específico sino que los incentivan a pensar para poder manejarse y comunicar sus ideas en cualquier empleo. Esta última institución, sin embargo, hoy lucha por su sobrevivencia, puesto que los estudiantes las están abandonando por manadas.
La crisis llegó en forma repentina, como relata Nathan Heller, del New Yorker, en "El fin del "major'en Inglés". Heller cita datos de Robert Townsend, de la Academia Norteamericana de Artes y Ciencias, según los cuales las concentraciones de estudiantes de pregrado en facultades de las humanidades han caído en forma drástica: en Ohio State bajó cuarenta y seis por ciento; en Tufts, casi cincuenta por ciento; en Notre Dame, casi cincuenta por ciento. En Vassar y Bates, ambos prototipos de college de artes liberales, el m mero de alumnos en ramos de humanidades se redujo a casi la mitad. A nivel nacional, la merma de estudiantes de Inglés e Historia es de un tercio. En todas las humanidades ha bajado en un diecisiete por ciento. No es un fenómeno sólo norteamericano. Cuatro quintos de los países de la OCDE han sufrido bajas en la cantidad de estudiantes de las humanidades. Por supuesto que existen excepciones ala regla.
Sarah Blackwood, decana de Inglés de Pace University, institución regional de tamaño medio en Nueva York, respondió a Heller que en su facultad la cantidad de majors ha subido cuarenta por ciento en los últimos dos años. Su experiencia se replica en otras universidades regionales y comunitarias que no forman parte de la élite de la educación superior.
Sin embargo, Blackwood afirma que la falta de inversión de las instituciones en sus facultades de las humanidades pone en riesgo su futura existencia, a pesar de en riesgo su futura existencia, a pesar de su popularidad entre los estudiantes.
En Pace, no obstante el incremento de recursos generados por la colegiatura de sus alumnos, en su facultad el total de profesores de carrera asegurada (teUna teoría detrás del ocaso de las humanidades es nure, según la jerga anen concentrarse en las glosajona) se ha redu el alto costo de ciencias debido a la cido de veinte a diez la educación deuda de treinta mil dóacadémicos. Sus puestos han sido encargados a "instructores adjuntos", sin puestos permanentes, que no cuentan con oficinas propias, computadores o beneficios laborales, pero sí tienen a su cargo el ochenta por ciento de la malla curricular. A ellos se les paga un salario fijo que gira en torno al salario mínimo. Una teoría detrás del ocaso de las humanidades es el alto costo de la educación universitaria en Estados Unidos. Desde hace décadas, el valor de las colegiaturas se ha ido incrementando en términos reales. Estudiantes que tal vez en otras épocas habrían elegido Inglés como "major" han optado por ciencias para tener mejores oportunidades laborales. Es el caso varios estudiantes de Arizona State University (ASU), un ejemplo de las universidades estatales como una vía de desarrollo personal. ASUacepta al ochenta y ocho por ciento de los postulantes, la mitad de ellos de minorías raciales, con un tercio de estudiantes que son los primeros de sus familias en asistir a una universidad. Justin Kovach, alumno de Estados universitaria en Unidos". Unidos". cuarto año, ha estudiado ciencias de la computación, matemáticas y astrofísica, aunque ninguno de ellos lo motivó mayormente. Pero, aun cuando lee "Don quijote" y otros clásicos por placer, nunca dudó lares que deberá pagar tras su graduación.
Eso no es un problema para los estudiantes de Harvard, que acepta sólo al tres por ciento de sus postulantes y beca a todos aquellos cuyos padres tienen salarios inferiores a cinco millones y medio de pesos mensuales. En 2022, sólo el siete por ciento de los alumnos de primer año pensaban concentrarse en las humanidades, comparado con el veinte por ciento en 2012. El cambio sorprende a los humanistas de Harvard.
Amanda Claybaugh, profesora de Inglés y decana de Educación de Pregrado, señala que "los jóvenes están muy, muy preocupados sobre la ética de representación, sobre la interacción cultural, todos temas sobre los cuales nosotros pensamos mucho". Henry Haimo, un alumno de tercer año que optó por concentrarse en Historia luego de considerar Filosofía, explicó que todas las disciplinas tienen una enorme preocupación por la ética, como. las de inteligencia artificial y biología, sin embargo "todos los estudiantes de ciencias tienen una actitud de que las humanidades son un chiste"..