La cruzada de Nube Lab: Arte y juego como motores del aprendizaje
A prendieron creando cosas propias, no copiando un modelo. Hace dos fines de semana, niños y niñas confeccionaron máscaras con cajas de cartón, hicieron plumones con frascos de yogures chamyto y se expresaron desde la absoluta libertad en lienzos gigantes de papel kraft. Jugaron y lo pasaron bien, y mientras todo eso ocurría adquirieron conocimientos explorando. En las sesiones abiertas que la fundación Nube Lab realiza el arte está al centro, tal como en todo su quehacer. Pero no solo desde la contemplación o del disfrute, sino que, sobre todo, viéndolo como una herramienta fundamental y valiosa para la enseñanza. Es un disparador de la creatividad, una puerta a múltiples posibilidades, una instancia de vínculo social. "Queremos que el arte sea más cercano a partir de la experiencia del juego. Hemos comprobado que las personas se sienten muy felices. En las sesiones de los sábados vemos a familias empoderadas, cerca del arte, completándolo. Son instancias que no existen mucho en la escena chilena. Nosotros lo hemos defendido para que la gente se familiarice y cuando vaya al museo tenga una experiencia distinta", dice, con entusiasmo, la artista y académica UC Paula de Solminihac, quien conduce la fundación. La integran 15 personas y en la dirección de contenidos está Elena Loson. Ya llevan 10 años de trabajo sostenido y más de 225 proyectos.
Comenzaron --en su sede del Parque Padre Hurtado-con talleres de arte para los quintos básicos de establecimientos municipales de Las Condes, pero hoy, entre otras cosas, se vinculan a colegios de más localidades, emprenden proyectos en regiones, tienen un programa de formación docente, dan charlas, desarrollan investigaciones y han organizado cinco sesiones abiertas y gratuitas de fin de semana. También crearon un programa de residencias para la innovación social. Su fin es aproximar el arte a comunidades que no necesariamente tengan conocimientos.
Lo han conseguido desde la creación de proyectos de arte público, y este semestre inauguraron otra residencia: "De un arte para mirar, a un arte para jugar". Seis artistas formados en la Universidad Católica --Javiera Álvarez, Ana Castillo, Felipe Pineda, Mariana Robert, Diego Silva y Florencia Varela-aceptaron la invitación a tomar una obra suya y convertirla en una escultura-juego de materiales simples o de reciclaje. Ya comenzaron su trabajo. Han tenido jornadas de presentación y análisis de obras, de conversación y capacitación.
El plan es que la residencia finalice en diciembre con un festival de obras interactivas al aire libre, que tendrá entrada gratuita y convocará ampliamente a la comunidad, junto con amigos de Nube Lab, como las fundaciones Olivo y Mustakis. "Uno se pregunta qué pasa cuando el artista empieza a diseñar, o incluso codiseña, con personas que vienen de otros sitios. El impacto es sumamente positivo. Los residentes trajeron varios prototipos hechos con papel y cartón, entre otros materiales, para mostrarnos cómo se imaginan sus obras.
Ahora esas pequeñas maquetas seguirán afinándose con el apoyo de la arquitecta Francisca Cortínez, del Museo de Bellas Artes, para ver criterios de sistemas constructivos, y el equipo de Nube Lab les da retroalimentación desde el arte", explica De Solminihac, a quien le encantaría que estas obras-juegos itineraran después por Chile: "Esto no es arte por el arte. Es arte al servicio". Nube Lab quedó entre los finalistas del Premio Avonni 2023, cuyos ganadores se darán a conocer en noviembre. Y en 2021 fueron distinguidos por la organización finlandesa HundrED, como una de las 15 iniciativas educativas de América Latina y el Caribe reconocidas por innovar, liderar e impactar. La cruzada de Nube Lab: Arte y juego como motores del aprendizaje La fundación acaba de inaugurar un programa de residencias para artistas, que dotará de esculturas lúdicas al espacio público. Junto con eso, hacen talleres con escolares, capacitaciones docentes e investigación. "Esto no es arte por el arte. Es arte al servicio", dice la directora Paula de Solminihac. DANIELA SILVA ASTORGA Una jornada de taller y conversación en Nube Lab. Al centro de la mesa y a la izquierda en la fotografía, la artista Paula de Solminihac. ARCHIVO NUBE LAB Más de 15 colegios han trabajado con el método Nube. Algunos van a la sede del Parque Padre Hurtado, otros trabajan desde sus aulas. ARCHIVO NUBE LAB La cruzada de Nube Lab: Arte y juego como motores del aprendizaje.