Mundial de startups de impacto puso foco en el reto de la sostenibilidad económica de estos emprendimientos
Mundial de startups de impacto puso foco en el reto de la sostenibilidad económica de estos emprendimientos José Manuel Moller Verónica Binder Marcus East Tara Roberts Matías Moya biar la industria que colaborando con ellas, porque tienen volumen. Hay que tender ese puente, aunque te toque lidiar con ejecutivos que no empaticen con tu propuesta. En mi caso, nunca entro con el discurso ambiental, porque rebotaría. Trato de entender cuáles son sus preguntas y problemas, y cómo nos podemos insertar en ese contexto", afirma. Una lógica a la que adhiere Matías Moya, cofundador de Photio: "Somos empresas, no fundaciones. Eso no le quita el altruismo a lo que hacemos". A su juicio parte del trabajo de una startup de impacto ambiental es vincularse con industrias contaminantes, porque solo ahí se puede hacer la diferencia. Y considera que es parte de su trabajo mostrar que los negocios sostenibles pueden ser atractivos y generan ingresos.
Eso, a fin de cuentas, muestra que "estamos resolviendo problemas reales que interesan a las personas; por eso hay un potencial mercado". CARO Y DIFÍCIL Otra dificultad compleja de resolver es la de medir el impacto. Bernardita Pantoja, gerenta de Activos Alternativos de LarrainT ara Roberts, la primera investigadora afroamericana cuyo trabajo llegó a la tapa de la revista National Geographic expone con pasión y sensibilidad su trabajo. En los últimos años, su vida se ha enfocado en develar un episodio desconocido de la historia del tráfico de esclavos entre África y América. Uno que resume en un dato impactante: se estima que un millón 800 mil africanos murieron en el Atlántico siendo llevados entre ambos continentes. De hecho, a veces piensa que la turbulencia del océano puede originarse en el dolor de esas almas cuya vida se esfumó entre las olas. Mostrar esa historia y generar reflexión en torno a ella ha sido su pasión, como exploradora, podcaster y ahora, como líder de un proyecto de National Geographic que la hará recorrer la ruta del esclavismo. Pero antes de ser una exploradora, Tara Roberts fue una emprendedora. En 2012 incluso estuvo en Start-Up Chile intentando construir una empresa que ayudara a mujeres jóvenes de todo el mundo a ser agentes de cambio. "Fue muy difícil de financiar. Accedimos a algunos recursos, pero nos costó mucho dar con un modelo de negocios. Y no diría que tuvimos éxito, porque ese emprendimiento duró seis años y durante ese período tuve que conseguir un segundo empleo. No tenía el dinero para pagarle al equipo", recuerda. Ahora, al menos en lo económico, navega aguas más tranquilas: sus proyectos, en gran medida, los financia National Geographic. "Sin ellos, mi trabajo no sería posible", reconoce. Roberts fue una de las invitadas estelares del WSA Global Congress 2024. El mundial de startups de impacto que organiza anualmente la organización austríaca WSA para promover emprendiemientos que usen la tecnología para generar mejoras sociales y ambientales.
Y su historia caló hondo en los más de 400 asistentes, que viajaron de más de 30 países a la Región de Los Lagos para presentar sus proyectos y también reflexionar sobre los desafíos de este ecosistema.
En ese sentido, la historia de Tara Roberts resumía a la perfección una de las mayores preocupaciones de los presentes entre el 14 y e 17 de abril en el Teatro del Lago (Frutillar): ¿ Es realmente posible cuadrar el círculo y convertir el impacto en un negocio sostenible financieramente? HABLAR OTRO IDIOMA El tema fue intensamente debatido en los paneles. De hecho, el emprendedor local José Manuel Moller, fundador de Algramo, lo resumió en una frase: "Emprender es complejo y emprender en temas ambientales es más complejo aún.
Hemos sufrido mucho financieramente para hacer lo que hacemos". Verónica Binder, líder de Impacto y Sostenibilidad de Sudamerik y parte de GSG, dice que hay varios temas que son especialmente difíciles para una startup de impacto. Uno de ellos es el acceso a capital. Aunque a las empresas cada vez les preocupan más sus externalidades, "en la última línea, todo termina siendo un número, una potencial utilidad, un ahorro o un beneficio. Ese es el lenguaje". Una lección que Moller reconoce haber aprendido. "Era un gran enemigo de las grandes empresas y ahora son mis grandes amigos. Porque no hay otra forma de camVial, afirma que se "necesita que esta inversión no sea una caja negra para los inversionistas. Ellos demandan saber cuál es el impacto de lo que están haciendo. Y eso no es fácil de medir". No es fácil ni barato, acota Binder. "Es importante la claridad sobre el impacto que generas. El problema es que la medición puede absorber muchos recursos, ser costosa y eso es complejo para emprendimientos en fase temprana", argumenta. Pero la experta también alerta sobre una complejidad de la que se habla poco: "La escalabilidad. Muchas veces los proyectos tienen un foco muy arraigado a un territorio.
Eso, a diferencia de un software, los hace difíciles de escalar y eso no atrae a las inversiones". Una posible explicación a esto la ofrece Renuka Sena, de la aceleradora Proficeo (Malasia). En su mirada, los aportantes tradicionales de este tipo de proyectos han sido las fundaciones y la forma que tienen de operar no siempre estimula la generación de soluciones con un modelo de negocios. "Mucha inversión social va a proyectos que le enseñen a pescar a una comunidad. Pero esa lógica no es la de una empresa de impacto social, que debería estar pensando en cómo le enseñamos a esa gente a encontrar un mercado que compre ese pescado", afirma. LA FÁBULA DE NATGEO Pese a estas dificultades, lo que demostró el debate en el WSA Congress es que este tipo de emprendimientos son más necesarios que nunca.
De hecho, el inversionista y fundador de VentureForge, Marcus East, asegura que esta década "tiene que ser la década de los emprendedores de impacto". Su empresa busca movilizar recursos desde los gigantes tecnológicos a compañías emergentes que solucionen problemas sociales o ambientales.
Un concepto que nació de ver cómo en Estados Unidos la concentración de riqueza y la desigualdad de ingresos se vuelven cada vez mayores. "La mejor forma de romper eso es estimular el espíritu de emprendimiento de impacto", asegura. Este tipo de inversionistas puede ser un catalizador de cambios.
Sena explica que en Malasia, la decisión de mirar el impacto de parte del fondo soberano de ese país ha motivado a aquellas startups que antes "solo se fijaban en su tecnología y escalabilidad, ahora también se preocupen de la sostenibilidad, en generar impacto y en medirlo". Pero quizás la mayor lección, cree Marcus East, anida en la misma experiencia de Tara Roberts. Este es el relato de East: "National Geographic es una de las marcas más famosas del mundo. Pero a comienzos de siglo, estuvo a punto de desaparecer. La razón es que la filantropía ya no funcionaba y ellos se sostenían en donaciones. Había que buscar nuevos modelos de negocio innovadores que sí funcionaran y los líderes de National Geographic hicieron algo increíble. Se dieron cuenta de que necesitaban convertirse en una empresa social, y así incorporar las capacidades de negocio que se necesitan para sobrevivir en el mundo. Y encontraron al socio más improbable: Fox Group. Sí, la misma gente que hace Fox News. Ellos compraron el 73% de la compañía y crearon una nueva entidad llamada National Geographic Fund. Eso implicó una inyección de dinero de más de mil millones de dólares.
Y ese fondo es el que financia actividades como las que hace hoy Tara". Mundial de startups de impacto puso foco en el reto de la sostenibilidad económica de estos emprendimientos Desde el domingo y hasta anoche, líderes de compañías tecnológicas emergentes que buscan generar beneficios sociales y ambientales se reunieron en torno al lago Llanquihue.
Provenientes de más de 30 países de los cinco continentes, no solo expusieron sus proyectos para ganar las categorías en competencia, también reflexionaron sobre lo complejo de lograr que sus propuestas, más allá de las buenas intenciones, se vuelvan atractivas para inversionistas y clientes.
MANUEL FERNÁNDEZ BOLVARÁN, DESDE PUERTO VARAS LA VERSIÓN 2024 DEL WORLD SUMMIT AWARDS CONGRESS SE REALIZÓ EN PUERTO VARAS Y FRUTILLAR: El escenario del Teatro del Lago, en Frutillar, fue el centro principal del WSA Global Congress 2024, que además incluyó actividades en Punta Larga y en Puerto Varas. MANUEL FERNÁNDEZ Un total, 466 postulaciones de 90 países recibieron los World Summit Awards. Tras una selección, mundial accedieron 40 de 31 países. La próxima edición será en India en 2025. MANUEL FERNÁNDEZ "Nunca entro con el discurso ambiental a una gran empresa, porque así rebotaría.
Trato de entender cuáles son sus preguntas o problemas y veo cómo nos podemos insertar en ese contexto". JOSÉ MANUEL MOLLER Fundador de Algramo. "Muchas veces los proyectos tienen un foco muy arraigado a un territorio. Eso los hace difíciles de escalar y eso no atrae a las inversiones". VERÓNICA BINDER Líder de Impacto y Sostenibilidad de Sudamerik. "Tenemos la tecnología y un movimiento de inversionistas de impacto. Esta deberá ser la década de los emprendimientos de impacto". MARCUS EAST Fundador de ForgeVentures. Paneles con perspectivas variadas, tanto en formaciones profesionales como en origen geográfico, fueron la tónica del evento.
MANUEL FERNÁNDEZ "Tratar de cambiar el mundo y, al mismo tiempo, hacer que ese impacto ocurra de manera tal que además genere ingresos y tenga un modelo de negocios, es algo realmente difícil". TARA ROBERTS Exploradora de National Geographic y exemprendedora social. "Somos empresas, no fundaciones. Eso no le quita el altruismo a lo que hacemos". MATÍAS MOYA Cofundador de Photio..