Autor: JULIETA GARAGAY RAMOS.
JOSEFA QUEZADA LA MEDICA ATLETA QUE ROMPIÓ UN RECORD EN LA PANDEMIA
Otorrinolaringóloga y atleta de medio fondo, batió un récord nacional en atletismo de hace más de treinta años. Durante 2020, Josefa Quezada trabajó en el Hospital Regional de Concepción en la rehabilitación de personas post covid-19 y hoy continúa atendiendo en el Hospital de Castro. Josefa Quezada empezó en el atletismo competitivo hace tres años.
La atleta de medio fondo de 30 años y médico cirujano con especialidad en otorrinolaringología de la Universidad de Santiago evita las preguntas sobre qué habría pasado si empezaba antes. —No sé si hubiera sido la misma persona. El 17 de marzo la deportista participó en el Campeonato Nacional de Fondo y Medio Fondo en el Estadio Municipal de Concepción. Ese día batió el récord nacional femenino en 3.000 metros plano: tardó 9 minutos, 13 segundos y 73 décimas en llegar a la meta, superando la marca que estaba vigente desde 1992. Era la primera vez que corría esta distancia en una competencia. —Nunca pensé que iba a hacer un récord nacional, me parecía imposible. Mi entrenador sí lo creía, Cuando corrí por primera vez en un entrenamiento en 2021, él me dijo “tú harás el récord”, y yo solo lo miraba. Después pasó el tiempo y a finales de año estuve muy cerca. Traté de hacer bien las cosas, mi idea es creer en los procesos. Para llegar al récord, Josefa Quezada cambió su rutina. Aumentó los volúmenes semanales de kilómetros y empezó a correr todos los días. La atleta entrena en las tardes, durante al menos una hora, después de su turno en el Hospital de Castro, en Chiloé, donde trabaja desde agosto de 2021. En Castro no hay pista de atletismo.
Los sábados asiste a una pista en Ancud, pero durante la semana corre en un camino de ripio que le queda cerca de su casa. —Es un poco peligroso porque a veces los autos pasan muy rápido y tiran piedras, y ahora que se oscurece más temprano, tengo que andar con luces para no tener accidentes. Igual al comienzo de la pandemia cerraron las pistas, y eso fue una aproximación de lo que se me venía —dice desde su hogar, donde vive con su perro dálmata Filipo. Dos días después, el 19 de marzo, la atleta corrió la prueba de 1.500 metros en el mismo campeonato. Mejoró su marca a 4 minutos, 18 segundos y 97 décimas, la segunda mejor marca histórica en el país.
Ganó el primer lugar en 1.500 y 5.000 metros. — El récord me dio confianza y dije: “Ya, estoy bien encaminada, puedo mucho más”. LA ATLETA EN LA PANDEMIA Josefa Quezada terminó su especialidad en otorrinolaringología el año pasado en el Hospital Regional de Concepción. Fue en este hospital donde atendió la mayoría de los casos de rehabilitación de pacientes que estuvieron hospitalizados por covid-19. —Estaba pasando a tercer año de mi especialidad cuando llegó la pandemia. Fue una gran sacudida.
A algunos nos pusieron a cargo de otorrinolaringología y los otros tuvieron que atender medicina interna Eran solo dos —la atleta junto a un compañero, los únicos que estaban en el curso mayor— atendiendo el área médica de la especialidad.
Ambos se dedicaron a atención terciaria, es decir, la rehabilitación de pacientes que pasaron por traqueotomía mientras estaban siendo ventilados por covid-19 y de aquellos que sufrieron complicaciones de la vía aérea por estar mucho tiempo intubados u hospitalizados. —Teníamos más trabajo porque éramos solo dos y el resto estaba cubriendo otras áreas. Estábamos asustados, pero nos dimos cuenta de que si nos cuidábamos bien, la probabilidad de infectarnos era baja. La atleta sufre de asma moderada desde que era niña. El temor a contagiarse de covid-19 se intensificó cuando empezó a tener más petencias.
Hasta hoy mantiene las medidas de precaución como el uso de mascarilla y evita reuniones sociales, —No tengo miedo de que me ocurra algo grave, pero sí de perderme algún evento importante por el que he trabajado mucho. Sus colegas de los hospitales de Concepción y de Castro la felicitan por sus logros deportivos. Algunas veces los pacientes llegan contándole que la vieron en el diario local. —Todos se muestran orgullosos, incluso he recibido mensajes de mis jefes antiguos. LOS PRIMEROS PASOS Josefa Quezada nació en Santiago el 30 de abril de 1992, pero vivió en varias ciudades del sur por el trabajo de su padre, Mauricio Quezada. Ella practica deporte desde que estaba en el colegio en Chillán. Primero jugó básquetbol, handball y luego “El entrenamiento me ayuda, independiente de si sale mal o no. Es como una terapia”, dice la doctora. practicó atletismo. Pero dejó de correr a los 16 años por una depresión, y lo retomó, de forma recreativa, cuando ingres ocho años después. —Sentía que me faltaba algo. Cuando volví a correr me di cuenta de que eso era lo que necesitaba. La deportista cuenta que nunca fue una opción dedicarse por completo al deporte o a los estudios. Cree que se estresaría más si solo fuera médica o atleta. —Siento que hay que ser una persona integral, porque cuando una está dedicada 100% a algo, la salud mental empieza a afectarse. Me daría mucha ansiedad estar todo el día pensando en el entrenamiento o en el trabajo. A estudiar Medicina en la Usach, La médico cirujano partió atletismo en su tercer año de carrera con la entrenadora Roxana Silva. Repartía sus días entre entrenar, estudiar y hacer turnos de noche. Intentaba organizarse para no faltar a cumpleaños de amigos y descansar. Ningún compañero de Medicina corría con ella. —Me decían que era imposible estudiar Medicina y hacer deporte, y mucho menos hacer la especialidad, casi que estaba loca. Muchas veces llegué cansada y llorando a la pista. El entrenamiento me ayuda, independiente de si sale mal o no. Es como una terapia. Roxana Silva ha sido la única entrenadora que ha tenido la atleta.
Josefa Quezada cree que el período que estuvo con ella le permitió sanar heridas emocionales y fortalecerse físicamente. —Ella sabía que tenía problemas de inseguridad y siempre estuvo preocupada de esa área, no solo de la parte física, Le debo gran parte de lo que he logrado a ella —dice, y agrega: —Roxana confiaba mucho en mí y hasta el día de hoy somos amigas. Cuando tuve que pasar de ella a mi entrenador actual, fue muy triste, pero él me estaba ofreciendo atletismo competitivo y eso era algo que ella no hacía. En 2019 conoció a su entrenador actual, Jorge Grosser, exatleta chileno que compitió en los Juegos Olímpicos. Aquí empezó su camino en el deporte competitivo. —Estamos trabajando a distancia ahora, pero hablamos todos los días.
Ha planificado los Juegos Panamericanos 2023 desde que me cono: EL FUTURO Desde que fue nominada el año pasado al Campeonato Sudamericano de Atletismo realizado en la ciudad de Guayaquil, Ecuador, Josefa Quezada es parte de la Selección Nacional de la Federación Atlética de Chile (Fedachi). Esta es la prueba más importante en el atletismo de Sudamérica y fue la primera instancia internacional en la que ha participado. El viaje de la selección fue financiado por la Fedachi, y en otras competencias a las que ha asistido Quezada, como los Grand Prix, ha ido con ayuda del Gobierno Regional del Biobío.
La médico cirujana sabe que no todos los atletas tienen las mismas oportunidades que ella, —Gracias a que tuve el privilegio de estudiar y tener una profesión no he tenido problemas econó- “Me decían que era imposible estudiar Medicina y hacer deporte, y mucho menos hacer la especialidad, casi que estaba loca”. micos, pero no es igual para todos. Es frustrante porque no estamos en las mismas condiciones. El 4 de abril de este año, cuando ió al Grand Prix de Argentina, la atleta cuenta que sintió mucha ansiedad. No estaba acostumbrada a correr con otras competidoras.
Esto terminó afectando, según ella, su rendimiento en la carrera. —Iba con muchas expectativas, en teoría cuando una corre con personas que son de mejor nivel, le debería ir mucho mejor, pero me fue mucho peor. No sabía qué hacer, ni dónde posicionarme. Nunca me conecté en la carrera. Mi entrenador me dijo: “No eras tú, no estabas corriendo”. Alos dos días, cuando tuvo que correr de nuevo, se concentró más en disfrutar que en hacer marcas. También fue vital el acompañamiento de otra competidora, Fedra Luna, una atleta argentina que la motivó para seguir en el campeonato. Ahí mejoró su rendimiento. —Una se va conociendo a medida que pasan las carreras, sobre todo yo que no tengo tanta experiencia en el deporte competitivo.
Entre las metas de Josefa Quezada están ir al Campeonato Iberoamericano de Atletismo en España en mayo de este año, a los XIX Juegos Bolivarianos en julio y a los Juegos Suramericanos de 2022 en Paraguay en octubre. —Pero mi gran objetivo son los Juegos Panamericanos de Chile 2023. Tengo en stand by seguir creciendo en la parte académica, pretendo seguir trabajando como otorrino, siempre en el servicio público. Siento que estoy en mi mejor momento deportivo, físico y mental.