Peregrinación religiosa en Chile, un caso de religión como espacio de memoria
Peregrinación religiosa en Chile, un caso de religión como espacio de memoria como espacio de memoria HUMANITAS HUMANITAS POR MAUREEN NECKELMANN La peregrinación religiosa es una de las formas primordiales que asume el catolicismo popular en el Chile contemporáneo, especialmente aquella que se produce como manera de retribuir un favor o de pagar una manda, en general en torno a santua-rios dedicados a la devoción mariana.
A partir de entrevistas realizadas a peregrinos en la fiesta religiosa del Santuario de la Virgen de lo Vásquez, la autora --socióloga UC y doctora en estudios socioculturales indaga en las motivaciones, experiencias ehistoria peregrina de hombres y mujeres, de distintas edades y ocupaciones, que llegaron caminando al lugar de culto. El artículo completo y todas las notas de referencia están disponibles en www.humanitas.cl.
La peregrinación religiosa es una de las formas primordiales que asume el catolicismo popular en el Chile contemporáneo, especialmente aquella que se produce como forma de retribuir un favor o de pagar una manda, en general en torno a santuarios dedicados a la devoción mariana.
Como muestran los datos de la Encuesta Nacional Bicentenario, se trata de una práctica que se ha mantenido estable en el tiempo, con cerca de un 24% de la población que declara tener la costumbre de realizar mandas a la Virgen que luego paga con oraciones, homenajes o peregrinaciones*. Esta estabilidad contrasta tanto con el declive de la autoidentificación con el catolicismo y de la observancia expresada en la asistencia semanal a misa, es decir, con los indicadores propios de la religiosidad institucional.
La peregrinación, a pesar de tener puntos de vinculación significativos con la institucionalidad a través del santuario, se distingue de aquellas prácticas propias de una religiosidad de templo o parroquial, como lo son la observancia semanal o el cumplimiento de obligaciones sacramentales.
Peregrinar consiste primariamente en un acto que depende de la iniciativa voluntaria del individuo, en una expresión fuertemente marcada además por una relación personal con la Virgen, elementos centrales que en principio quedan fuera de mediaciones institucionales significativas. Sin embargo, este artículo propone que la peregrina ción contiene una capacidad simbólica y cultural que nos hace suponer que su sentido no se agota en la expresión individual de una conciencia religiosa subjetiva.
Desde la religiosidad popular, que en este caso remite especialmente al trabajo de Pedro Morandé, la individualización de la experiencia religiosa tiene límites en términos de su pertinencia cultural, ya que se constituye desde un ethos y forma común de habitar el mundo.
La peregrinación no es ejemplo de individualización religiosa en el sentido moderno del término: no se rechaza a través de esta práctica la tradición heredada y tampoco se orienta a la búsqueda dela perfección individual, sino que en general se remonta fuertemente a la tradición familiar y se realiza en principio por una manda ofrecida para otros.
La combinación de un sentido afín con la modernidad cultural centrada en el individuo y de una fuerte capacidad de generar pertenencia le da fundamento a la indagación sobre la naturaleza de la creencia, de su apego a una tradición y las obligaciones que produce la peregrinación religiosa.
Indagando en la experiencia peregrina A partir de entrevistas en profundidad realizadas a peregrinos en la fiesta religiosa del Santuario de la Virgen de lo Vásquez en diciembre de 2022*, indagamos en las motivaciones, experiencias e historia peregrina de veinte peregrinos, hombres y mujeres, de distintas edades y ocupaciones, que llegaron caminando al Santuario. Lo Vásquez es la peregrinación más masiva de Chile, donde se estima que anualmente llegan alrededor de 800.000 personas. Se trata de una caminata en general de larga distancia, con peregrinos que llegan principalmente desde Santiago y también desde otras ciudades y comunas de las regiones Metropolitana y de Valparaíso. La caminata se realiza normalmente durante las noches del 6 y 7 de diciembre, para llegar al Santuario el día 8, para la celebración de la Inmaculada Concepción.
En la llegada al Santuario se observan diversos rituales de devoción a la Virgen, como encender velas, aportar dinero al santuario, pedir la bendición del sacerdote, y también prácticas de mortificación religiosa, como entrar al santuario de rodillas o arrastrando todo el cuerpo, o llevando peso en la espalda. En este contexto conversamos con Pamela. Ella tenía 25 años en el momento de la entrevista, vivía en Quilicura con su hija y trabajaba atendiendo un local de comida rápida. El 8 de diciembre es para ella el día más importante del año, lo espera con ansias. Ese día, cada año, peregrina al Santuario de lo Vásquez.
Lo hace desde muy pequeña, tanto que se considera devota de la Virgen "desde que nació". Fue su padre quien le inculcó la práctica, a ella y a sus her manos: ""... es que de chicos, siempre mi papá nos motivó, siempre lo vimos que venía... En esa época él caminaba y nosotros veníamos en bus". Como es tradición, este año ella también peregrina en familia: con su papá, su hermana, su hija, sus sobrinos y primos. Su hija, que ahora tiene cinco años, la acompaña desde que nació, Pamela la lleva al santuario igual como la llevaban a ella cuando era niña. A Pamela le gusta enseñarle esta tradición de fe, que para ella consiste en una manera particular de creer, distinta a la participación institucional: ""... le estoy enseñando.. La Virgen. Dios también. Pero le estoy enseñando a mi manera, no como que sea necesario ir a una iglesia. Como dije, no me gusta mucho eso. Le enseño a ella a creer con fe". Lo más importante del día para Pamela es cumplir con la manda, la que ha ido renovando a lo largo del tiempo. El contenido ha cambiado a lo largo de su ciclo de vida: desde pasar de curso cuando era niña hasta la salud de su hija actualmente. Hacer esta manda es para Pamela algo que en principio es voluntario, pero a la vez siente que debe hacerlo todos los años, ya que se ha transformado en una especie de necesidad vital. La experiencia peregrina relatada por Pamela incluye una serie de significados e interpretaciones que hacen de la peregrinación religiosa un caso tremendamente interesante de una religiosidad relativamente autónoma respecto del orden institucional.
Por un lado, la peregrinación podría describirse fácilmente como una expresión religiosa altamente individualizada, que depende de un acto voluntario que no responde a las obligaciones impuestas desde la institución*. Desde este punto de vista, la peregrinación podría interpretarse como un fenómeno compatible con las descripciones actuales del panorama religioso a nivel global, que muestran que, más que un proceso de secularización que muestran que, más que un proceso de secularización que muestran que, más que un proceso de secularización que muestran que, más que un proceso de secularización.
Peregrinación religiosa en Chile, un caso de religión como espacio de memoria VIERNES 15 DE MARZO DE 2024 / DIARIO FINANCIERO en el sentido original del término, lo que se observa es un fuerte proceso de desinstitucionalización de la experiencia religiosa y de las creencias.
Desde este marco, es posible suponer que esta forma de expresión religiosa se ajusta a las características culturales de las sociedades contemporáneas, donde la individualización del sentido encuentra un lugar preponderante, y donde la creencia persiste a pesar de no estar ordenada por criterios institucionales. Sin embargo, la peregrinación aparece al mismo tiempo como capaz de producir obligaciones que se fundamentan en una memoria familiar. Aparecen en este y otros testimonios rasgos afines entre una religión que se individualiza y que se expresa religiosa expresada en la peregrinación se experimenta como compromiso, lo que permite su apropiación individual. En segundo término, veremos que se trata de un compromiso que hace referencia a una tradición familiar, experimentándose como memoria y permitiendo su transmisión. En tercer lugar, explicaremos cómo la manda permite que la obligación se perpetúe, en un círculo de reciprocidad que incluye siempre a otros. La experiencia de la obligación como compromiso Pedro tiene 31 años, vive en Peñaflor y trabaja como guardia de seguridad. Es soltero, pero vive en pareja y tiene una hija. Se declara y tiene una hija. Se declara y tiene una hija.
Se declara en estos relatos algo que ya suponíamos, y es que el peregrino por lo general es alguien que no combina su piedad popular con prácticas institucionales: la peregrinación constituye muchas veces la única forma de expresar su devoción religiosa, por lo que no demuestra una valoración de las obligaciones institucionales, las que considera menos genuinas al depender de un mandato externo a la propia convicción. Así, al menos desde la experiencia relatada, peregrinar no constituye una obligación sancionada institucionalmente, sino una decisión autónoma del creyente, quien motivado primordialmente por la fe decide expresar su devoción de esta forma.
Esta distinción entre las prácticas obligatorias, mandatadas desde "La peregrinación constituye muchas veces la única forma de expresar su devoción religiosa, por lo que no demuestra una valoración de las obligaciones institucionales, las que considera menos genuinas al depender de un mandato externo a la propia convicción". fuera de las obligaciones institucionales, y una religiosidad fuertemente vinculada con la tradición. Como intentaré mostrar en las siguientes páginas, la creencia expresada en la peregrinación, en contraste con otras creencias o preferencias individuales, sigue exigiendo la referencia a la memoria como confirmación para su afirmación.
El testimonio de Pamela, y los otros que pudimos recoger, permiten identificar tres ejes que en general estructuran la experiencia peregrina en este contexto, los cuales expresan las afinidades y contrastes entre una religiosidad desinstitucionalizada y centrada en la experiencia autónoma del individuo, y la afirmación de un sentido específico de la obligación religiosa en referencia a una tradición y memoria familiar que opera como el fundamento del sentido vinculante y colectivo de esta expresión de la religiosidad popular. En primer lugar, observamos que la obligación católico por herencia de sus padres y abuelos, de quienes también dice haber heredado la devoción a la Virgen de Lo Vásquez. Peregrinó por primera veza los 13 años con su padre, en bicicleta. El año 2010 peregrinó para pagar una manda por la salud de su madre, y desde ese momento lo hace todos los años. Ha renovado la manda y piensa seguir asistiendo al santuario, caminando hasta que pueda, sino en bus.
No asiste regularmente a misa ni reza todoslos días, pero en ocasiones especiales va a la iglesia con su pareja y su hija, a quien le gustaría inculcarle la religión y que en un futuro peregrinara con él. Para él, la fe se demuestra peregrinando, no tanto yendo a la iglesia, que no exige mucho sacrificio. Elcaso de Pedro muestra una forma particular de interpretar la motivación peregrina, que permite distinguir con claridad la religiosidad de santuario de la religiosidad propiamente institucional, o de templo.
Pudimos constatar fuera, y la propia voluntad e interioridad de la fe expresada en la peregrinación, sirve también para reforzar el carácter especialmente valioso del esfuerzo del peregrino, quien no se acomoda a las directrices dictadas "desde arriba", sino que expresa su devoción ofreciendo su esfuerzo extraordinario, es decir, no ordenado por reglas exteriores a la propia convicción o fe.
De hecho, Pedro valora más la exigencia física de la peregrinación que la obligación constante de la asistencia a misa: "Con el peregrinaje tú demostrai" más la fe hacia la Virgen, porque a la iglesia, cualquier persona Puede ir a la iglesia. Tú con esto demuestras realmente que eres devoto de la.. . Como en este caso, de la Virgen de Lo Vásquez". "... porqueirala iglesia... Uno selevanta temprano y va. Es como ir a trabajar.
Pero acá, hay que caminar, hay que sacrificarse, pasar la noche... Durmiendo adonde te pille el sueño nomás". 31 "Más que una imposición heterónoma, la obligación que impone la religiosidad de santuario se internaliza desde una lógica individual que, sin embargo, responde siempre a un compromiso con otros, que son los que en general dan sentido a la manda religiosa y al círculo de reciprocidad que se pone en marcha a través de ella". pone en marcha a través de ella". Pedro contrasta la obligación del templo con el valor religioso de la peregrinación: "Es algo mío, propio, de que tengo que hacerlo todos los años porque me nace a mí. Nadie me obliga y nadie me va a obligar a venir. Yo vengo por las mías". Si bien peregrinar es en principio siempre una práctica voluntaria, el compromiso que produce esconde un fuerte sentido de obligación, aunque no sea explícito. La voluntariedad y autonomía expresadas esconden una experiencia de obligatoriedad, en la forma específica del compromiso libremente asumido.
Más que una imposición heterónoma, la obligación que impone la religiosidad de santuario se internaliza desde una lógica individual que, sin embargo, responde siempre a un compromiso con otros, que son los que en general dan sentido a la manda religiosa y al círculo de reciprocidad que se pone en marcha a través de ella.
La tensión paradojal entre voluntariedad y obligación hacen del compromiso religioso peregrino un mecanismo altamente potente de mantención de una memoria religiosa, cuyo contenido es principalmente el de una tradición familiar que se hereda y se transmite, y que se traduce en un compromiso fuertemente internalizado. La tradición se reinventa, haciéndose compatible con la expre sión religiosa crecientemente individualizada propia de las sociedades contemporáneas. El caso de Boris ilustra esta reinterpretación de la tradición familiar, donde hay cabida para una "elección". (... )* * Continúe leyendo en www.humanitas.cl. IS IS Veintiséis años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura www.humanitas.cl www.humanitas.cl www.humanitas.cl www.humanitas.cl.