Ex director médico de CLC explica su salida de la clínica: “La querella (contra el ex gerente general) fue el empujón final, porque eso habla de una desconexión con lo que sucede en el entorno país”
Doctor Luis Herrada dejó este lunes la institución La querella (a Fredy Jacial) me puso en una situación incómoda respecto de querer seguir participando de este proyecto, de ponerme el delantal y salir frente a una cámara diciendo que yo era el director de una empresa donde no hay una sintonía fina con las personas”. As polémicas al interior de CLC no paran. Esta vez se trata de la salida del doctor Luis Herrada, quien fuera hasta el lunes 31 de mayo el director médico de la institución. El médico cirujano dela Universidad de los Andes y especialista en medicina de urgencia de la Universidad de Chile, se había unido a la entidad en 2013 como médico de urgencias.
Tras nueve años desempeñándose en la clínica —como jefe de rescate y luego jefe de urgencia—, Herrada fue testigo de una infinidad de si tuaciones en las que se ha visto involucrada CLC, las que han contado con amplia difusión mediática, y que comenzaron en enero de 2017, cuando la empresa reconoció errores contables por $10 mil millones, los que se arrastraban hace 10 años. A raíz del escándalo financiero, en abril el empresario Andrés Navarro volvió a la presidencia de la entidad, tras haber permanecido alejado por cinco años, y trajo consigo a Jaime Mañalich como gerente general.
El capítulo siguiente de este “melodrama” serían las eternas disputas al interior del directorio; la toma de control por parte del Grupo Auguri, de propiedad de Cecilia Karlezi, mediante una OPA donde logró el 50,05 % a fines de 2019, y el inmediato aterrizaje de su marido, Alejandro Gil, a la cabeza de la institución. “Alejandro Gil tiene buenas intenciones de llevar a la compañía hacia un lugar mejor. Sin embargo, le cuesta mucho confiar en las personas. No tuve mala relación con él y no le guardo ningún rencor ni mal sentimiento, pero sí siento que fallamos en la confianza que nos pudimos tener en nuestra relación laboral.
Yo tenía la mejor intención para la clínica, con un proyecto que venía armando y que buscaba humanizar la atención y centrarse realmente enel paciente y sus familiares, de ejecutar y manejar equipos desde lo positivo, generar modelos de eficiencia, con proyectos de innovación y excelencia.
Pero además de esta crisis de confianzas, meses de pandemia y la salud mental de los equipos está en el suelo, las licencias abundan, y seguimos en un conflicto médico interno donde cada cierto tiempo explota una bomba personal”, reflexiona el médico. Con Gil como presidente del directorio, la administración aplicó una serie de medidas para ahorrar costos y los problemas con el cuerpo médico —que escalaron hasta los tribunales de justicia— no tardaron en llegar.
Publicaciones en la prensa, cuatro gerentes generales en menos de 18 meses, salidas de médicos emblemáticos, causas laborales; enfrentamientos con el Ministerio de Salud y Fonasa por problemas de gestión y pagos, y el último sablazo: la querella “por administración desleal” presentada en contra del ex gerente general Fredy Jacial —quien estuvosolo tres meses en la institución y salió en agosto de 2020—, el pasado 24 de mayo.
En su escrito, la compañía acusa al ex hombre de confianza de Alejandro Gil de aceptar pacientes Fonasa, “por sobre el lfmite impuesto por la autoridad sanitaria”, sin informar al directorio, en una omisión que califica de “dolosa o deliberada”. Lo anterior, plantea el directorio, provocó un perjul el patrimonio de CLC “estimado en al menos $8.598 millones”. Herrada —38 años, casado y padre de cuatro hijos— habla en exclusiva, y reconoce que en abril ya había puesto su cargo a disposición y lo que gatilló su salida definitiva fue lo ocurrido con Jacial. “La querella fue el empujón final para tomar la decisión, porque eso habla de una desconexión con lo que sucede en el entorno país y también hacia adentro.
Me puso en una situación incómoda respecto de querer seguir participando de este proyecto, de ponerme el delantal y salir frente a una cámara diciendo que yo era el director de una empresa donde no hay una sintonía fina con las personas. Yo puedo comprender que existan medidas administrativas de cara a la toma de control que implementar, pero tienen que estar en sintonía con lo que sucede con el país y en el mundo. La Clínica Las Condes en su imagen reputacional es primero una empresa que entrega salud y tiene la obligación de entregar salud de excelencia, y luego es una empresa”, aclara.
El doctor cuenta que durante esta semana recibió algunas ofertas laborales, pero finalmente el viernes 4 de junio cerró el acuerdo para volver al sector público, lo que hará efectivo el próximo lunes 14 de junio, aunque declina entregar más detalles Luis Herrada permaneció cinco años en lasalud pública —en el servicio de urgencia del Hospital de la Universidad de Chile y como médico regulador del SAMU Metropolitano—antes de unirse a CLC como médico de urgencias, en 2013.
Cuenta que al poco andar, con 28 años, le ofrecieron hacerse cargo de la Unidad de Rescate de la Clínica y ahí estuvo hasta que, en julio de lo ecoEl médico, que estuvo casi una década ligado a la institución, asumirá este 14 de junio un cargo de responsabilidad en el área de la salud pública. En exclusiva se refiere a la situación que vive CLC desde la llegada de Alejandro Gil a la presidencia del directorio: “Alejandro es un tipo que tiene visión.
Su tema personal tiene relación de cómo genera confianzas y en su proceso de toma de control ha tenido una forma de proceder a la que nadie estaba acostumbrado”. + CONSTANZA CAPDEVILA DE LA CERDA. 2018, lo nombraron jefe de Urgencia, bajo la gerencia general de Mañalich. Estuvo en esa posición hasta que asumió la subdirección médica en plena pandemia y en enero pasado lo designaron director médico. “El primer mes fue muy interesante, porhacer andar este Ferrari. Mijefe directo era el actual gerente general, Jerónimo García, con quien la relación inicial fue de pares, somos de la misma edad. Pero al poco tiempo, su forma de trabajo y trato hicieron que nos distanciáramos.
Todoesto implicó queel 26 de abril yo terminé poniendo mi cargo a disposición, y el proceso termina con mi desvinculación el 31 de mayo recién pasado”, precisa —¿ Le pidieron en algún momento dejar de recibir pacientes Fonasa? “A mí, no directamente, y si me lo hubiesen dicho habría salido en ese momento de la clínica, porque jamás hubiese estado de acuerdo con eso.
Nunca rechazamos un paciente Fonasa y ninguna clínica con un servicio de urgencia abierto a la comunidad puede rechazar un enfermo en riesgo, estás obligado a atenderlo”. “Les deseo la mejor de las suertes en su discusión, colegas, pero yo estoy trabajando por una emergencia sanitaria nacional” —¿ Cómo cambió la situación interna con la llegada de Alejandro Gil a la presidencia del directorio? “Yoestaba enel servicio de urgencia y ahí pasó muy poco. El servicio funcionaba, peroel problema que teníamos en esa época, y que lo manifesté varias veces, era mayormente administrativo y no clínico. Estos temas administrativos se van a solucionar porque el controlador busca mejorar los procesos como foco principal de gestión. La primera ola de covid y durante todo 2020 hicimos un trabajo que miro hacia atrás y me siento orgulloso. Recibimos enfermos sin parar y nunca tuvimos el servicio de urgencia desbordado”. —Pero al mismo tiempo, CLC hacía noticia por la pugna con los médicos por el alza en el valor de los arriendos. “Eran dos caminos. Están por una parte los médicos contratados, jefes de servicios, de urgencia, de intensivo, que tienen un sueldo. Yo era un técnico contratado para las urgencias y para definir los destinos del servicio.
Y por el otro lado, estaba la discusión de los médicos del stafíde CLC coneste Más allá de que yo haya salido por una diferencia con el gerente general, la ausencia de sensibilidad social y por cómo se maneja la situación hoy, sin la pandemia, CLC estaría en una situación más ordenada”. controlador nuevo.
Nosotros pudimos trabajar bastante tranquilos mientras se daba esa pugna y yo personalmente les dije “les deseo la mejor de las suertes en su discusión, colegas, pero yo estoy trabajando por una emergencia sanitaria nacional”. Eso fue mal visto, pero yo en la mitad de una emergencia mundial no me ¡ ba a meter en un conflicto entre privados”. ¿ Cómo afectó el hecho de que la administración hiciera públicos los sueldos de los médicos, en septiembre de 2020? “Diría que ahí empezó el dolor. Fui contrario atoda esa maniobra mediática, porque perjudicaba a todos quienes trabajábamos y que estábamos haciendo una pega fenomenal en medio de la pandemia. Estos temas se resuelven entre privados en una oficina, conversando. Yo creo que muchos médicos no comprendieron nunca que aquí llegó un dueño que compró la clínica y puede administrarla a su antojo.
Aquí se quiso dar una pelea donde se involucró a más médicos de los que se debiera haber involucrado”. “La clínica debiera ser noticia por os pacientes que salva y no por los temas administrativos” —¿ La clínica está mejor o peor con Alejandro Gil a la cabeza? “Difícil dar una respuesta. Sin la pandemia de por medio y las atenciones covid, creo que habría estado mejor. Se hubiese ordenado en lo administrativo; lo que están haciendo es un orden administrativo, están poniendo reglas.
Más allá de que yo haya salido por una diferencia con el gerente general, la ausencia de sensibilidad social y por cómo se maneja la situación hoy, sin la pandemia, CLC estaría en una situación más ordenada. Si él logra recomponer confianza con los equipos, ordenarla en lo administrativo, y después hacer crecer de nuevo la parte clínica, la clínica debería terminar bien.
Hay segmentos que se desarmaron, pero los profesionales que ahí quedan son muy buenos” —¿ Cuál es su interpretación de que CLC leve años haciendo noticia por temas no médicos y envuelta en polémicas? “Por la configuración administrativa que tiene. Es una empresa que ha sido manejada porlos médicos y hoy el proceso de toma de control busca un cambio. La clínica debiera ser noticia por los pacientes que salva y no por los temas administrativos, que no deben ser noticia en una organización de salud.
Las conversaciones no tienen que ser por la prensa ni por los medios”. —¿ Cómo evalúa la época de la dupla Navarro - Mañalich? “También fueron tiempos difíciles, se desvinculó mucha gente, hubo recortes de personal, se empezó a tomar control de algunas cosas que eran técnicas de cara a tener un gerente general técnico. Pero en urgencia tocaron poco el sistema, entendían que la máquina funcionaba bien. Yo tenía que dar explicaciones de lo que hacíamos y lo lograba hacer bastante bien.
Con Mañalich tuvimos una relación bastante cordial, 'nunca tuvimos un impasse mayor”. —¿ Qué futuro tiene CLC? “Sise logran recomponer las confianzas y se trabaja en equipo, la clínica podría avanzar y ser el Ferrari que tiene que ser.
Si las confianzas siguen cayendo y sigue apareciendo en la prensa por temas administrativos y no médicos, y sino se potencia el estamento médico y de enfermería, CLC podría tener un mal destino y caer en desmedro de la atención clínica”. —¿ Puede lograr este desafío con Alejandro Gil a la cabeza? “Alejandro es un tipo que tiene visión. Su tema personal tiene relación con cómo genera confianzas, y en su proceso de toma de control ha tenido una forma de proceder a la que nadie estaba acostumbrado. Pero si él logra tomar control de la clínica, ordenarla administrativamente, y no pierde este activo tan preciado que son los nicos, va a ser capaz de llevar a CLC a un buen lugar.
Soy de los que creen que las instituciones están por sobre las personas y puede ser que esta sea una época difícil de la clínica, pero una vez que esto pase la institución se va a recomponer”.