Autor: VALENTINA GONZÁLEZ
Tras no llenar sus cupos, el Instituto Nacional y el INBA serán opciones de última instancia
Este verano, padres sin matrícula para sus hijos podrán acudir a estos colegios para inscribirlos.
El académico Sergio Urzúa advierte que es la culminación de “la muerte lenta de los liceos emblemáticos”. Lejos parecen haber quedado los días en que las familias aguardaban, con ilusión y nerviosismo, saber si su hijo había conseguido uno de los codiciados cupos en liceos tan emblemáticos como el Instituto Nacional (IN) y el Internado Nacional Barros Arana (INBA). Raquel Guerra, apoderada de 2” medio de este último liceo, los alcanzó a vivir. “Era todo un ritual ir y ver la lista de niños que quedaban. Habían lista de espera y llamado a viva voz.
Una llegaba con orgullo y con ansiedad de saber si tu hijo quedó”, recuerda. ¿Qué ocurrió este año? El Sistema de Admisión Escolar (SAE) —cuyos resultados finales se conocieron ayer— arrojó cifras que revelan una situación opuesta: los cupos sobraron. En el Instituto quedaron 58 vacantes para 7” básico y una para 1? medio. En el INBA fueron 16 y 74, respectivamente.
Es decir, los apoderados no coparon las vacantes en la primera fase de postulación, ni tampoco en la segunda, abierta para quienes no quedaron satisfechos con el colegio que les asignó el SAE o no habían postulado a tiempo.
La ministra de Educación, Marcela Cubillos, afirma que “el hecho de que colegios que contaban con prestigio histórico no hayan sido ni siquiera capaces de completar sus vacantes, solo confirma el daño que la violencia y pérdida de clases generan a la educación”. Esto afecta, añade, a “miles de familias que antes veían en estos establecimientos un motor de movilidad social, y hoy prefieren no postular”. Bárbara Manríquez, asesora del Mineduc encargada del SAE, explica que las vacantes podrían ser ocupadas en el verano, ya que “quienes aún no tengan colegio o hayan quedado disconformes con el resultado del SAE pueden ir y matricularse presencialmente en cualquier establecimiento con cupos”. Sin embargo, esto podría no ocurrir y que, simplemente, queden vacías. Las señales Había señales de que el interés venía a la baja. Por ejemplo, en 201, el IN tuvo 1.928 interesados, y en el proceso de postulación pasado hubo 809 inscritos. “No creo que existan registros de este tipo”, evalúa Sergio Urzúa, profesor de la U. De Maryland e investigador de Clapes UC, sobre el panorama actual.
A juicio de Urzúa, esto es “la culminación de lo que ha sido la muerte lenta de los liceos emblemáticos”. Para quienes estudiaron en uno, dice, y “vieron en primera persona lo que significa el mérito, es una pena inmensa”. “Para quienes creen que el progreso individual y colectivo depende de la suerte o del contexto, la situación genera indiferencia. Personas que nacieron entre privilegios no tienen por qué entender lo que significaba el INo lo que pierde el país con su derrumbe. Quizás esto explique la tibia defensa de la élite nacional de los principios que representaban estas instituciones”, añade el también exalumno del liceo.
Arturo Fontaine, académico y coautor junto a Urzúa del libro “Educación con Patines”, cree que en este “se transformó en algo habitual perder clases por A, Bo C motivos; y eso, ahora se ve que tiene un costo”. Lo ocurrido con el IN y el INBA, señala, “le quita prestigio a la educación pública y tiende a cerrar todavía más la capa dirigente (... ). Estos “ascensores” dejan de funcionar”. Pero acota que, con todo, “sigue habiendo buenos liceos, de excelencia, como el Augusto D' Halmar. El Estado puede ofrecer educación pública de calidad (... ). Si este espacio no lo ocupan los emblemáticos, lo harán otros”. Entre padres, la situación preocupa. Sonja del Río, vocera de Emblemáticos Unidos, afirma que “el perfil (de familias) va a cambiar. El apoderado que antes quería entrar, era porque tenía una expectativa de movilidad social y excelencia.
Hoy lo están buscando en otras alternativas”. Raquel Guerra, quien también preside la Asociación de Padres, Socios y Apoderados del INBA, cree que “están optando por un Bicentenario o esforzándose por un (colegio) particular”. El exrector del IN Fernando Soto —quien ocupó el cargo entre 2014 y agosto pasado— atribuye lo ocurrido a la violencia, que tuvo su punto más álgido durante su período al mando. Acota, eso sí, que “lo que queda claro es que la situación del Instituto en el año no era del liceo, era de Chile.
Cuando pude Opinar, di cuenta de mi preocupación porque la juventud estaba frente a una sociedad donde las grandes instituciones estaban todas desacreditadas”. Lo que está en juego Para el Instituto, además, está en juego la posibilidad de seleccionar a una fracción de sus alumnos. Solo 21 recintos de la Región Metropolitana son considerados “de alta exigencia”, por lo que pueden admitir a parte de sus postulantes usando una prueba de admisión. Pero uno de los requisitos es tener sobredemanda. La autorización dura cuatro años. “Si no revierten su baja cantidad de postulantes, no podrán renovarla”, advierte Bárbara Manríquez. A quién le tocará enfrentar este escenario en el Instituto aún está en duda. El interinato de la rectora Lilí Orell debería culminar en marzo, cuando asuma el nuevo director. Sin embargo, el proceso por Alta Dirección Pública fue declarado desierto.
Ete Que colegios que contaban con prestigio histórico no hayan sido ni siquiera capaces de completar sus vacantes, solo confirma el daño que la violencia y la pérdida de clases generan”. MARCELA CUBILLOS MINISTRA DE EDUCACIÓN Ambos suman 149 vacantes que quedaron libres luego de todas las etapas del Sistema de Admisión Escolar: Hr Siempre había más demanda que matrícula disponible.
Todos conocemos lo que sucedió todo el año en el IN, los niveles de violencia; por supuesto que eso repercute”. FERNANDO SOTO EXRECTOR DEL INSTITUTO NACIONAL 75,5 % es el Índice de Vulnerabilidad Escolar del [. Nacional en enseñanza media. En 2015 era de 43,9 %. 87 mil postulantes participaron en el proceso complementario del SAE.