Autor: POR ARTURO GALARCE
“PARECE QUE MOLESTA MÁS MI PERSONAJE QUE UN PASTOR ABUSIVO DE VERDAD”
“PARECE QUE MOLESTA MÁS MI PERSONAJE QUE UN PASTOR ABUSIVO DE VERDAD” RABORTAETOMRELAP : SOTNEIMICEDARGA / ZEPÓLOSNOFLAOIGRES mine, fracasa cuando yo me equivoque. Por eso nos enfocamos en construir relaciones saludables. En desafiar lo que creemos. En acompañarnos. ¿Y el humor?, ¿también cumple un rol en esa comunidad? A mí me gusta mucho el humor. ¿Te gusta el humor? Ja, ja, ja, la dejé dando bote. Los Atletas de la Risa. Pero sí, el humor me ha gustado harto, porque es una forma de desarmar tensiones. De bajar el ego. También en la iglesia necesitamos reírnos de nosotros mismos. Y eso genera confianza. ¿Has sentido rechazo por parte del mundo evangélico por esta forma distinta de hacer iglesia? Sí. Antes yo iba mucho a predicar a otras iglesias. Ya no. Porque el mensaje lo encuentran peligroso. Todo esto lo encuentran peligroso. Me han dicho hereje, comunista. Pero no estoy en contra de la gente de la iglesia. Estoy en contra de las estructuras de poder, de los institucionalismos religiosos. Amo la iglesia. Y porque la amo, no quiero que siga igual. ¿Qué crees que más molesta de tu propuesta? Parece que molesta más mi personaje que un pastor abusivo de verdad. A mí me critican por burlarme, pero se callan frente a los que manipulan, roban o promueven discursos violentos desde el púlpito. Pareciera que en la iglesia lo único que sabemos hacer con las malas prácticas es callarlas, esconderlas. Pero cuando alguien las evidencia con humor, ahí sí se ofenden. Dicen que me burlo del evangelio, pero lo que yo estoy mostrando es lo que está mal en sus prácticas. Y eso les molesta. ¿Y cómo reaccionan quienes llegan a La Casa desde otros dogmas o del ateísmo? Muchos se sorprenden. Vienen por turismo eclesiástico, como les digo yo. A ver de qué se trata. Y después se quedan. Y no por mí. Se quedan porque encuentran otra forma de vivir la espiritualidad. Y eso es lo que me interesa. Que se cuestionen lo que creen.
Que vean si su fe los hace más libres o más culpables. ¿Por qué crees que hay personas que, sin identificarse con ninguna religión, terminan acercándose a tu comunidad? Santiago Endara (35) aparece en su departamento en Santiago, sentado frente a la cámara. A sus espaldas, un letrero de neón encendido dice “Es de canuto”, el nombre de su perfil en Instagram. Fue ahí donde empezó a dar forma al Pastor Rocha: un personaje de ficción nacido durante el encierro del 2019, y que parodia códigos y mañas del mundo evangélico. Pero la historia del Pastor Rocha no empezó con la pandemia. Comenzó años antes, en 2016, con una página de memes que apuntaba a un público evangélico. Primero fueron chistes internos; luego, durante la emergencia sanitaria, sátira abierta. En sus videos, se burlaba de pastores que exigían diezmos por transferencia, predicaban sobre el apocalipsis con las vacunas o aparecían en Zoom desde púlpitos improvisados.
No fue rápido, dice, pero en algún momento su popularidad lo sacó del nicho cristiano: hoy acumula más de 482 mil seguidores, es invitado a programas de streaming, lo entrevistan en medios y llena los mismos teatros con su show de standup donde antes miraba a sus referentes: Felipe Avello, Pedro Ruminot y Edo Caroe. Nacido en Bahía de Caráquez, Ecuador, Santiago es hijo de madre chilena y padre ecuatoriano, pero ha pasado la mayor parte de su vida en Chile. Creció entre cultos y el miedo a quedarse abajo cuando ocurriera “el gran rapto”. Fue su padre, dice, pintor y exalcohólico, el primero en convertirse y en acercar a toda la familia a la iglesia. La fe, explica Santiago, irrumpió en su casa como promesa de orden, pero pronto tomó otra forma: un nuevo sistema de control, sin excesos ni sus consecuencias, pero cargado de culpa y temor a Dios. “Cambiamos el miedo a mi papá por el miedo al infierno”, dirá más tarde Santiago. Años después, y luego de transitar lo que denomina su propio infierno por el consumo de drogas y alcohol, una crisis de fe lo llevó a estudiar teología. No lo hizo por vocación, dice, sino para entender si todo se reducía a vivir con culpa y miedo. Lo que encontró, cuenta, fue peor: una religiosidad llena de fórmulas. No una forma de vida espiritual que lo sacara de donde estaba. Con toda esa experiencia, Santiago, ¿no era mejor volverse ateo? Es que lo que pasó fue que la figura de Jesús se hizo muy significativa para mí. Entonces, la espiritualidad que representa Jesús para mí era algo que de verdad marcó mi vida. Me encanta que Jesús no muestra un mensaje escapista. Por eso la oración más importante de Jesús es el Padre Nuestro que dice “venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo”. Es aquí y ahora. Por eso yo me ponía a pensar y decía, este Jesús no está domesticado por la religión Los ojos de Santiago se entrecierran más lento. Y sigue: Este Jesús que es subversivo, que confronta los poderes. Ese Jesús para mí no vino a salvarnos del infierno, sino que vino a sacarnos del miedo Inclina su rostro hacia la cámara.
Y el infierno también está en los barrios marginales, los barrios que son olvidados de acá, en las iglesias que condenan, en los cuerpos que no abrazan, en las personas que viven en guerra, en conflicto... Empuña una de sus manos. Esa espiritualidad subversiva me hizo dejar atrás esta religión con olor a culpa. Me hizo abrazar una fe que más que a culpa huele a pan, a tierra mojada, a esperanza Me convenciste, Santiago.
Ja, ja, ja, ¿estaba predicando? Bueno, eso es lo que me pasa con Jesús. ¿Cómo respondes a quienes dicen que lucras con la fe que criticas? Entonces, cuenta Santiago, fundó La Casa, una iglesia interdenominacional; es decir, abierta a personas de distintas denominaciones cristianas, donde no se exige el diezmo y que se reúne de forma online y una vez al mes de manera presencial. Su apuesta pastoral, dice, busca ofrecer un espacio donde dudar no sea pecado y donde nadie deba disfrazar su vida para ser aceptado. Pero ese gesto también le valió críticas y rechazos dentro del mundo evangélico más tradicional. Pero no tienen de dónde tomarme dice Santiago. No tienen económicamente de dónde tomarme, denominacionalmente de dónde tomarme. Y es por eso que no me han podido silenciar, porque si no, créeme que hace rato lo hubieran hecho. A La Casa llegan cada mes cerca de 200 personas. Algunas lo hacen desde regiones, otras desde el extranjero, muchas por simple curiosidad después de ver sus shows. No son cristianos dice. Y eso me gusta. Son personas que vienen a cuestionarse. No a convertirse. Lo importante es hacerle bien a la gente mientras estén. Sin sentirnos dueños de nadie. Hay gente que llega que eran mormones, que son testigos. Me preguntan: “Yo soy católica, ¿me puedo conectar igual?”. ¡Por favor! Quédate el tiempo que quieras. Y si después te vas, todo bien. ¿Cómo se sostiene económicamente una iglesia que no cobra el diezmo? Yo no percibo ni un peso de la iglesia que tenemos. No creemos en los diezmos. No adherimos a la teología del diezmo. ¿Creemos en el dar? Sí. A veces nos juntamos, hacemos fondos comunes para poder ayudar a las personas de la misma iglesia o a personas de afuera. Hemos apadrinado a varias en cosas sociales. ¿Y qué pasa con las personas que quieren dar dinero igual? Me han preguntado: “Pero yo quiero entregar el diezmo”. Y le decimos que no. Que nosotros no adherimos a la teología del diezmo. No consideramos que sea algo que se deba pedir o exigir. ¿Y en quién recae entonces el liderazgo de la iglesia? La iglesia descansa en la comunidad. Si descansara en mi figura como pastor, va a fracasar. Porque fracasa cuando yo terPorque hay una necesidad de pertenencia. Todas las personas tienen como esta necesidad de querer pertenecer a algo. Y es por eso mismo que muchos caen en espacios que después los abusan. Esa necesidad es humana. No solamente religiosa. Es colectiva. El ser humano no vive, convive. Con otros seres humanos, con la naturaleza. Y necesitamos estar también en conexión con otros. Además, hay una gran necesidad de creer. Por eso hay tanto auge de estas nuevas terapias místicas que tienen que ver con la emocionalidad. No sé si has visto estos videos en Instagram de locos que parecen que tuvieran orgasmos sanando gente. La diferencia nuestra es que nosotros le decimos a la gente: cuestiónenme, cuestionémonos si no estamos de acuerdo. Si usted no está de acuerdo con la iglesia, bacán, si no está de acuerdo con lo que estoy diciendo, por favor, pregunte. Y esa discusión se ha dado, por suerte. Santiago Endara encarna una figura incómoda: señala las prácticas abusivas del mundo evangélico desde el escenario, pero también construye su carrera sobre esas mismas referencias. No cobra el diezmo en su iglesia, pero llena teatros con rutinas que se nutren de la cultura canuta que cuestiona. Su personaje, el Pastor Rocha, se ha convertido en un fenómeno de redes sociales, aunque para algunos no es más que una parodia funcional, incluso, al mismo sistema que denuncia. Me han hecho esa crítica. Me han dicho: “Oye, pero este lucra con la fe”. Y a mí me parecía absurda esa crítica, porque digo: yo hago humor. Yo no voy a predicarle a la gente en un show. Ese no es el objetivo. Hago humor. Y al final, cuando doy un mensaje, es solo para explicar por qué nace mi crítica. No pido ofrendas, no manipulo a nadie. ¿Pero no hay un conflicto entre ser pastor y, al mismo tiempo, comediante? No. Para mí, en lo personal, no considero que haya un conflicto. Porque vuelvo a decir: es mi trabajo. El humor es mi trabajo. Y no solamente el humor religioso. El humor en sí. Yo hago eso. No pedimos diezmos, no pedimos ofrendas. No obligo a nadie. No manipulo a nadie para que dé nada, para que vaya a mi show. La gente va y sabe que va a un bar, a tomarse algo y escuchar humor, como cualquier otro trabajo. Luego, la gente que va a mi iglesia, no va solamente por el comediante. Quizá en un inicio, sí. Pero se queda por otra cosa. Otra cosa que no tiene ningún costo. Lo comunitario no tiene costo. ¿Qué es lo que el Pastor Rocha critica? Critico estos abusos de poder. El liderazgo autoritario. El control sobre la vida, la economía, la sexualidad de las personas. También el nepotismo. Y claramente, el oscuro interés económico que hay en muchas iglesias. No todos los pastores son malos, para nada. Pero esto existe. Y el humor sirve para sacar las caretas. ¿Y crees que lograste instalar esa crítica más allá del nicho evangélico? Sí. Me pasa mucho que los canutos se enojan, y la gente que no es de iglesia lo entiende. Me dicen: “Yo soy ateo, pero me interesa esto”. Porque quizá son ateos del mismo Dios del que yo también soy ateo. Ese Dios de juicio, de control, que nos han enseñado en tantas iglesias. ¿Te preocupa que desde el mundo evangélico intenten apropiarse de tu imagen sin hacer cambios reales? Hasta ahora, no ha pasado. Y si pasara sin cambios reales, es como que no entendieran de qué estoy hablando. Pero si lo entendieran y compartieran, maravilloso. Yo estoy al lado de la iglesia. Y porque la amo, no quiero que siga igual. Pero preferiría una iglesia que deje de controlar. Que suelten el poder. Que dejen de usar el miedo como herramienta. “El humor me ha gustado harto, porque es una forma de desarmar tensiones. De bajar el ego. También en la iglesia necesitamos reírnos de nosotros mismos. Y eso genera confianza”.. Teólogo, pastor y comediante, Santiago Endara creó el personaje del Pastor Rocha para burlarse de los abusos del mundo evangélico. Desde Instagram y los escenarios, parodia a pastores autoritarios, sermones apocalípticos y cultos centrados en el dinero y el éxito personal. Aunque no cobra diezmo en su iglesia, ha sido criticado por vender libros, llenar teatros y convertir su sátira en un fenómeno popular que, con el tiempo, se ha convertido en su fuente de ingresos. “La gente que va a mi iglesia no va solamente por el comediante. Quizá en un inicio, sí. Pero se queda por otra cosa. Otra cosa que no tiene ningún costo”. Santiago Endara: “El humor me ha gustado harto, porque es una forma de desarmar tensiones. De bajar el ego. También en la iglesia necesitamos reírnos de nosotros mismos. Y eso genera confianza”. “Hay una gran necesidad de creer. Por eso hay tanto auge de estas nuevas terapias místicas que tienen que ver con la emocionalidad”.