Autor: ARTURO GALARCE
EN LA CABEZA DE UN PROVOCADOR
“¿Tengo alguna condena? ¿ He estado preso? Hay mucha gente que cuando escucha cuentos le agrega de más. Es mucho mejor decir una mentira. Las mentiras Siempre van a ser más entretenidas que las verdades. Y eso pasa mucho”. “Sin pecar de soberbia, debo ser del 10% de los parlamentarios con más formación que llega al Congreso”. —Soy hiperquinético. Gonzalo de la Carrera, mueve los ojos de un lado a otro. Es un día caluroso de enero y el diputado, ex-Republicano, ex-Evopoli, excasado, se para a buscar un vaso de Coca Cola. Es mediodía. Está al interior de su departamento en Providencia, descalzo, y contesta esta entrevista al mismo tiempo que responde mensajes de Whats App. Después de un trago de bebida, sigue: —... Eso me generó muchos problemas en el colegio, porque una vez que yo captaba lo que pasaba, me dedicaba a molestar. Entonces me echaban de la sala.
Un repaso abreviado de la historia de Gonzalo de la Carrera diría que fue un exitoso empresario, que trabajó en la de cosméticos Oriflame, donde lideró las labores de más de cien mil mujeres, y que pasó por Mega, Bethia, Isapre Colmena y ENAP.
Que en medio de esa carrera vertiginosa por el éxito sufrió uno de los embates más duros de su vida: la muerte de Trinidad, en un accidente en Putre, durante su gira de estudi que ese accidente lo distanció de su fami ca, y que según amigos suyos, como el empresario informático Carlos Guerra, todo aquello culminó por desinhibirlo y convertirlo en el personaje que es hoy en día. De ahí que para sus cercanos su tránsito hacia los medios y luego a la política haya sido tan orgánico. Rodrigo Loren: amigo de infancia, dice que el Gonzalo que conoce a sus 60, es el mismo que el de los 14 años: impulsivo, directo, capaz de envolverse en polémicas sin medir consecuencias. El listado es largo: tuitear noticias falsas, comentarios inapropiados y salidas de libreto como cuando reconoció la derrota del candidato presidencial José Antonio Kast, por televisión, antes que el mismo candidato. Sus cercanos lo saben: su personalidad es complicada. Deben lidiar con ello. Pero más les preocupa que él mismo, elegido diputado, sea capaz de mantener el control. El elegido —En su generación no se usaba el Ritalin. —No. Se aplicaba el coscorrón, la tirada de patillas y los varillazos. De esos probé bastante. La casa o en el colegio? —Enambas partes. En el colegio con apoyo y visto bueno de mi padre.
Gonzalo es hijo de Jaime de la Carrera, un ingeniero civil duro, hecho a sí mismo, nacido en Concepción, y de María Isabel CoUUIZALU UE ld Larrera su diputado en marzo de este año bajo la lupa de su sector y de quienes rechazan su manera de hacer política.
Pero, ¿quién es realmente este hombre que fuera un empresario exitoso, criticado por retuitear información falsa, primera mayoría en el distrito 11, y capaz de adelantarse a su candidato para reconocer una derrota presidencial? A continuación, amigos, cercanos y el mismo ingeniero dan más luces de su vida, marcada por un carácter ingobernable. rea, una dueña de casa dedicada al cuidado de los cuatro hijos del matrimonio, En una mundo conservador, de derecha y cató ca, Gonzalo creció en Chile hasta que, en 1970, tras el triunfo en las elecciones de Salvador Allende, su padre decidió subirlos todos a un avión y marcharse a Estados Unidos. Allá vivieron s años. Dice que allá lo discriminaron, que lo llamaban “sudaca” y lo apodaban “chilibeans”, y que incluso un día intentaron acuchillarlo “en un barrio de negros” mientras trabajaba repartiendo promociones junto a uno de sus hermanos.
Cuando regresaron, en plena dictadura militar, y preocupados de que mantuviera su nivel de inglés y una educación estricta, su padre lo matriculó en el Craighouse School. —Llegó en primero o segundo medio su compañeto de entonces, el ingeniero informático Rodrigo Lorenzini (60)—. Y se notaba que venía de afuera. Era muy rebelde, muy problemático. Su cuaderno eran jeroglíficos de garabatos. En un colegio británico donde la disciplina era estricta, él era desencajado, espontáneo. Por lo mismo, dice Rodrigo, muchos no querían a Gonzalo.
Era común verlo caminar porel patio del colegio cumpliendo los castigos que el rector, Willy Pérez, im= ponía en esos años: dando vueltas haciendo sonido de ovejas, atrapando moscas con la mano, recogiendo boletos de micro los días sábados, o buscando pelotas de golf imaginarias que el rector golpeaba 'con un palo imaginario. La última vez que Rodrigo vio a Gonzalo en el colegio, fue precisamente buscando. Una pelota de golf. —Yo llevaba meses recogiendo boletos los sábados —dice Gonzalo—. Estaba aburrido de los castigos. Poreso no seguí buscando la pelota e inventé que el rector había quebrado el vidrio del quiosco con la pelota y que no se la iban a devolver si no lo pas ba. Le dije eso, en muy buen inglés británico. El rector se enoj conmigo y ahí mismo me echó del colegio. “¡Fuera, De la Carregritaba. —A mi papálle gustaban las cosas con rectitud —dice su hermana, Marisa de la Carrera—. Era tan conservador y no entendía que este niñito hiciera tanta tontera. Por eso lo retaba. Lo que pasaba es que Gonzalo se aburría en clases porque era muy intera ligente. Siempre lo he dicho: a los cabros inteligentes debiesen pasarles más tareas para que no molesten. Entonces lo matricularon en el Liceo 11 de Las Condes, donde iban a dar los alumnos expulsados de otros colegios privados del sector oriente.
Allá se hizo famoso por una rutina de maldades que incluía quitarles las bisagras a las puertas para que se desplo'maran al primer contacto, soltar una pata a la mesa del profesor para que se cayera al apoyarse, y otras como meter una gallina dentro de un piano o pedirles dinero a sus compañeros a cambio de quitarle el bisoñé a la vicerrectora del liceo. —Hicimos una puesta en escena —recuerda Gonzalo—. Nos juntamos a reclamar alrededor de ella porque nos había puesto muchas pruebas. Era una farsa. Ahí aproveché que estuviera bloqueada para ir por detrás y se lo saqué. Salí corriendo y lo tiré por el excusado. No me siento orgulloso de eso. Expulsado, fue adar al Redland School, donde terminó su etapa escolar. Allá, dice, recapacitó sobre su conducta. Se cortó el pelo y decidió estudiar Ingeniería. Probó la marihuana por única vez, y fiesta, cuenta, vio a un grupo de compañeros consumiendo cocaína. No la probó, dice, después de preguntarse: “Y si me gusta, ¿qué hago?”. A pesar de su comportamiento, y gracias a sus buenas notas, De la Carrera ingresó a Ingeniería Comercial en la Universidad Católica.
Fue el único de los hermanos que pasó por la universidad, en una época en que la crisis de los 80 había afectado duramente a la familia: su hermano Jaime estudió Administración en Inacap y su hermana Marisa tuvo que abandonar la carrera de Hotelería en el Incacea para trabajar y ayudar a la familia. Todos los esfuerzos se volcaron hacia Gonzalo por petición expresa de su padre. —Yo trabajaba con un abogado —recuerda Marisa—. Me ganaba 27 mil pesos, para pagar la micro y el resto para la casa.
Enla universidad fue elegido rey feo dos veces, Se hizo conc do por su pelo largo, por sus bromas, por vender versiones piratas de poleras Lacoste y por contar chistes y animar los veranos en el Hotel Pucón.
Orgulloso de sus logros, su padre le entregó unantiguo cronómetro que ha pasado de generación en generación entre los hombres con mayor grado académico de la familia y que Gonzalo mantiene en una caja fuerte en su departamento sin saber todavía quién de sus hijos lo va a heredar. —Ninguna mujer ha tenido el cronómetro —dice Marisa, hermana de Gonzalo—. En esa época los hombres eran los que tenían que dedicarse a mantener una familia, Las mujeres en cierto modo teníamos que hacer queques, Ser dueñas de casa Cuando su padre falleció, Marisa recuerda que Gonzalo le entregó una carta a la familiar —Ahínos dijo que nuncale ¡ baaa faltar nada a ninguno porqueél había tenido el don dela inteligencia. Y así Hasta el día de hoy se hace cargo de mi mamá. Más tarde, Gonzalo de la Carrera dirá que para él existen dos tipos de personas en el mundo: los que lideran y los que son liderados. —Y creo que innatamente soy un líder. —Por supuesto. “Saco de plomo” Este departamento estaba vacío, dice Gonzalo de la Carrera, mirando a su alrededor: hay fotos de sus cinco hijos, incluida Trinidad, fallecida el año 2008. Ese golpe fue el más fuerte que le ha tocado vivir. —Estuve 3 años sin energía vital —dice Gonzalo—. Me concentré en la fe y después me enojé con Dios. Me apoyaban mucho los Legionarios de Cristo, pero por otro lado veía lo que pasaba dentro: estudié las demandas contra el padre Marcial Maciel y me di cuenta de que había sido un abusador. Eso me desmoralizó y me distanció de mi exseñora y de mis hijos, que de alguna manera vieron de nuevo en mí una rebeldía. También hay fotos de su hijo mayor, Gonzalo, con quien no habla desde hace un año, según él, producto de la separación con su exesposa, María Angélica Bezanilla.
Enunrincón de la cocina, apunta, hay un cooler rojo: es lo único que se trajo, cuenta, después de irse de la casa hace dos años, en plena campaña del Rechazo y el comienzo de las cuarentenas —La mayoría de los hostales habían pasado a ser residencias sanitarias, así que me vine a este departamento que todavía no estaba entregado —cuenta Gonzalo—. Ese coolerme acompañaba todos los días porque no tenía refrigerador. Tampoco tenía agua caliente, niluzeléctrica. Me conectaba con un cable largo al generador que daba energía al departamento piloto.
De pronto se para y abre una despensa: saca cajas de porotos rojos, lentejas, garbanzos y una crema de zapallo, Dice que se alimenta casi exclusivamente de conservas que calienta en el microondas, Dos amigas lo ayudaron a decorar el espacio que durante meses fue un espacio vacío, blanco, con apenas un sillón y un computador. —Es muy duro separarse —explica Gonzalo—. Riencia recomendable para nadie.
Su separación coincidió con la campaña del “Rechazo”, que lideró junto al exdirector de Codelco Gerardo Jofré, desde una casa en Vitacura bautizada como “La casa del No”. Mientras algunos sufrieron con su estilo severo para coordinar equipos, otros, como el abogado Alejandro Marambio, que participó de la campaña, creen que el verdadero propósito de Gonzalo era posicionarse como futuro candidato para la alcaldía de Las Condes y después como diputado. —Había “palomas” con su cara en las calles y mascarillas consu nombre —dice Alejandro Marambio—. Todavía tengo una. Alejandro agrega que miembros de la campaña también sufricronel carácter de Dela Carrera cuando las cosas no salían como él quería. Cercanos que trabajaron con él dicen que Gonzalo tiende a perder la paciencia ante la ineficiencia.
En algunos círculos, renciaesbienvista: “Si trabajaste con él significa que eres una máquina y que tienes un gran aguante emocional”, dice uno de sus empleados que prefiere no dar su nombre, —Tiene un carácter especial al que no estamos acostumbrados —dice su amigo y exmiembro de esa campaña, Rafael Marambio—. Si le dices que vas a hacer A, no le hagas B. Yo conozco su carácter, sé que es de mierda, pero me llevo bien con él.
En los tiempos de Oriflame, su amigo y hoy gerente de un cementerio, Rodolfo Vargas, lo recuerda dejándose caer de la silla en medio de una reunión cuando algún empleado cometía alguna equivocación. ¡Ay, Arturoooo, Arturooo!, cuántas veces te lo tengo que decir”, gritaba, por ejemplo —recuerda Vargas—. Era histriónico, Lo decían “Saco de Plomo”. Quizá se le pasó un poco la mano, pero eran otras épocas. Hoy día eso es considerado “bullying”, o te pueden acusar que estás manchando la dignidad de la persona. Antes uno era cuero de chancho. No era un gallo quete ponía el pie encima. Era exigente pero desordenado, divertido. La pasábamos bien.
Y entonces Rodolfo recuerda algunas anécdotas juntos, como esa vezen un hotel en Estados Unidos, cuando Gonzalo amarró la puerta dela habitación de un gerente de Finanzas con la manguera para incendios del pasillo, para que no pudiera salir. —“Apuesto que eres tú, Gonzalo”, le decía el gerente —recuerda Rodolio—. “Voy a llamar a recepción para acusarte”, Pero no hablaba inglés y Gonzalo le preguntaba: “A ver, ¿y cómo le vai a explicar? ¿ Cómo se dice manguera de incendios' en inglés”? No es una expe- “Kast me citó algunos días después de la elección, pero inmediatamente me dijo me quería fuera del partido. Me sentí muy adolorido”. Gonzalo es hijo de Jaime de la Carrera, un ingeniero civil duro, hecho a sí mismo, nacido en Concepción, y de María Isabel Correa, dueña de casa. Ingresó a Ingeniería Comercial en la Católica, Fue el único de los hermanos que pasó por la universidad, en una época en que la crisis de los 80 había afectado duramente a la familia. Vivió de chico seis años en Estados Unidos. “Llegó en primero o segundo medio”, recuerda su compañero de entonces, Rodrigo Lorenzini. "Y se notaba que venía de afuera. Era muy rebelde, muy problemático.
En un colegio británico donde la disciplina era estricta, él era desencajado, espontáneo”. o esa que Gonzalo, cuenta Rodolfo, le pidió a un funcionario del área de sistemas que creara un mail a nombre de otro gerente de la empresa. —Y desde ese correo le comenzó a mandar mails amorosos a una secretaria —dice Rodolfo—. La secretaria enganchó y le respondió que ella también lo miraba con otros ojos. No recuerdo si la secretaria renunció cuando se destapó el asunto, pero estuvo declarándose como dos o tres semanas.
El 1 noviembre del 2021, Gonzalo no estuvo para bromas: ese día se hizo pública una demanda por pensión alimenticia que su esposa interpuso meses antes, cuando era candidato a alcalde por Las Condes, motivada, según el documento, por “su carácter explosivo y falto de control de impulsos”, “necesidad de control”, “incapacidad de tolerar el disenso “insultos y reacciones desproporcionadas” y que un día le tomó la cara para decirle que “nuncale sería fiel”. De la Carrera sostiene lo mismo que dijo en aquella oportunidad: que todo se trató de un chantaje electoral de su señora, que ella no tiene pruebas de esas acusaciones, y ques millonaria en dólares, que vive en una mansión con pi na, cancha de tenis, gimnasio y dormitorio principal de más de 250 metros cuadrados, Consultada por “Sábado”; María Angélica Bezanilla descartó participar de este reportaje. —Gonzalo ¿ qué dice sobre la violencia que ella denuncia? ¿ Descarta haberlo sido? creo que tuve desavenencias bruscas como tienen muchos, aunque brusca no es la palabra: desavenencias fuertes cotienen la mayoría de matrimonios. Jamás hubo violencia física y la violencia psicológica corre para ambos lados, El sentirse no visto, la carencia de afecto, yo creo que corría para ambos lados.
Marambio, compañero suyo en la campaña del Rechazo, relata que usted golpeó a su jefe de campaña y miembro del partido Republicano, Ignacio Dúlger, cuando era candidato a alcalde. —Con Ignacio teníamos una relación de bastante hueveo. Y en sos juegos de brusquedad un día me chorié y le pegué una chuleta en la raja. Pero no pasó a mayores. Estábamos en una reunión estratégica y él no abandonaba nunca la sala, Se daba vueltas y vueltas, Se iba yendo y se devolvía. Cuando lo veo le digo: “Ya po', huevón, hasta cuando!". Y le pegué una chuleta, Partiste ala calle”, Contactado por De salida ¡ Gonzalo de la Carrera dice que no hubo mala intención. Que no la tuvo cuando compartió la noticia de un sitio de español sobre Camila Vallejo y una falsa reivindicación de la pedofilia —según él, no sabía que era un sitio de fakenews—, ni cuando. Publicó en plena campaña presidencial una foto trucada del Presidente electo, Gabriel Boric, en su cuenta de Twitter, y que luego. Declaró haber recibido desde el comando de Kast. Tampoco, dice, cuando al minuto de los conteos declaró ala prensa que la ventaja de Boric era irreversible para el candidato republicano. —FFui sorprendido —dice Gonzalo—. Yo salí a buscar una persona. Quizás me debería haber arrancado, pero no supe cómo reaccionar.
Me equivoqué, no me di cuenta de que se transformaría en punto de prensa, pero yo no pretendía haci ría que no me correspondía. —¿ Qué pasó cuando regresó al comando después de declarar? No entré de nuevo, porque me agredió verbalmente Julio ábado”, Ignacio declinó participar.
Runa voceferes (jefe de la campaña de Kast) —¿ Qué le dijo? —Se me acercó muy violento al oído y me dijo muchos garabatos, Julio Feres contesta su celular desde Melipil —No me voy a referir si fue con insultos o no —dice Feres, ingeniero comercial—. Lo lógico era que el propio candidato liera a reconocer la derrota, como se hace normalmente, Uno espera que las polillas, cuando persiguen las cámaras, funcionen, pero poco. Él no es un aparecido. Es alguien que debiera manejarse en los timing políticos.
Su amiga y exdirectora del Sename en el gobierno del Presidente Ricardo Lagos, Delia del Gatto, cree que Gonzalo es inoente: que a veces se ataranta y por eso comete errores de los que después debe excusarse.
Su amigo de infancia, Rodrigo Lorenzini, cree que lo que le hace falta es eso: calmarse y después dispa- —Pero cuando le digo eso él me responde: es ahora o nunca —dice Rodrigo—. Y tiene razón. Si le disparan ahora, para qué hacerlo dos días después, Por eso creo que lo mejor es que esté independiente.
En un partido político tienes que salvaguardar lo que dices, y Gonzalo no es para eso. exmiembros de sus comandos electorales, creen que en las polémicas en las que se ha visto envuelto De la Carrera no opera una estrategia detrás, ni un ánimo de difundir información falsa.
Creen que todo radica en un “deseo constante e impulsivo de validación, de sentirse querido y ovacionado”. El abogado Alejandro Marambio, compañero en el Rechazo, cree que su personalidad no es compatible con el cargo que ejercerá desde marzo. De la Carrera, en cambio, cree que son sus propios colegas los que le reconocen sus cualidades y habilidades.
Y también sus electores: fue elegido con la primera mayoría del distrito 1, el más competitivo de la derecha. —Y sin pecar de soberbia —dice el diputado— debo ser del 10% delos parlamentarios con más formación que llega al Congreso. —¿ Qué le gustaría aprobar en el Congreso? —Que las grandes empresas no puedan saltarse la ley de pronto pago, con multa a los directores de las empresas por cada factura pagada a Pymes sobre 30 días. Mi tema central será investi gar el mercado de laboratorios y farmacias. Lograr generar las condiciones de competencia que permitan que los precios puedan bajar drásticamente.
No más holdings «on propiedad en isapres y clínicas, Un único arancel por isapre para hacer planes comparables, Y tengo muchos más. —¿ Qué hizo después de la derrota de Kast? ¿ Después de abandonar el comando? —Me casa de una amiga y después a la mía. Días después intenté conversar con José Antonio Kast, Él me citó algunos días después de la elección, pero inmediatamen= te me dijo que me quería fuera del partido. Me sentí muy adolorido, Yo fui fundador del partido, leditribunaa las ideas republicanas cuando nadie le daba tribuna, y por lo tanto sentí que era muy duro el castigo. Justo el día de esta entrevista, Gonzalo cuenta que recuperó su Clave Única para desafiliarse definitivamente del partido Republicano. Dice que está tranquilo, preparándose para marzo con unas vacaciones junto a sus hijos en su casa del lago Colico, enla Novena Región, aprovechando su tiempo libre, conociendo personas, tratando de recomponerse emocionalmente. Desde allá, dice que no teme que su carácter le juegue una mala pasada en la Cámara de Diputados.
Que aunque haya sido expulsado de dos colegios, de su casa y del partido que fundó, siempre ha estado en control de sí mismo. —Siempre me he hecho cargo de las cosas buenas que hago y de las malas —dice De la Carrera. Todos tenemos luces y sombras. Todos somos imperfectos. Todos nos equivocamos.
Lo importante es si lo hacemos actuando de buena fe o lo hacemos actuando con maldad. —Hay gente que intenté contactar para este reportaje y que cree que usted tiene problemas de control de impulsos y de ira. ¿Qué piensa de eso? ¿ Son psicólogos? ¿ A quién he matado? ¿ Tengo alguna condena? ¿ He estado preso? Hay mucha gente que cuando escucha cuentos le agrega de más. Es mucho mejor decir una mentira. Las mentiras siempre van a ser más entretenidas que las verdades. Y eso pasa mucho. S