Autor: Por Carolina Méndez
“Nuestros alumnos pueden hacer una tesis del Opus Dei y llegar a conclusiones que no nos gusten”
El abogado se refiere a la polémica sobre las “tesis pedófilas” de la U.
De Chile; a los cambios en la prelatura realizados por el Papa Francisco y de la pancreatitis que lo tuvo al borde de la muerte. "Tuve covid hace poco, no sé dónde me lo pegué, quizás fue en una fiesta de matrimonio”, comenta José Antonio Guzmán.
Rector de la Universidad de los Andes desde 2014 (fue reelegido para un segundo período de cinco años en 2018), el académico estuvo al borde de la muerte debido a una pancreatitis aguda; cuadro quelo llevó a permanecer siete meses hospitalizado. —En su caso el coronavirus pudo haber resultado aún más complicado. —Le informé al doctor, pero no se José Antonio Guzmán, rector Universidad de los Andes: asustó demasiado. Tengo cuatro vacunas, un día tuve poca fiebre y un poco de dolor de garganta.
“Ser numerario es ser una persona común y corriente” Abogado de la UC, máster y doctor en Educación (en Harvard y Pensilvania respectivamente), Guzmán —como numerario del Opus Dei hace 37 años— vive en un centro de la institución católica a pocas cuadras del colegio Tabancura, establecimiento donde estudió. De hablar calmo, relata que en noviembre de 2021 le debían extirpar un quiste cerca del páncreas. “Era un procedimiento muy sencillo, Una operación de un día para otro. Pero todo se complicó, el páncreas se irritó y se me gatilló en una pancreatitis aguda. Eso generó una crisis sistémica en órganos como el hígado, los riñones y comenzó con distintas infecciones”, cuenta. El primer mes estuvo en coma inducido. Tras esto empezó una larga estancia hospitalaria. “Mi cuerpo se llenó de infecciones, venían una tras otra. A fines de enero de 2022 me dieron de alta provisoria y me dejaron irme a mi casa, pero por una fiebre alta volví a la clínica dos semanas después.
En esos siete meses bajé 35 kilos”. —Se operó en la clínica Universidad Como decía el vaticanista John Allen, el Opus Dei es como una variedad fuerte de cerveza, que no gusta a buenas y primeras, y que se reserva a pocos paladares”. Una buena Constitución tendrá que valorar el aporte privado; sería una tontera querer cortarse una de las manos por una razón ideológica”. de los Andes, perteneciente a su plantel, ¿hubo negligencia médica en esta intervención?—Para nada.
Era un procedimiento que había que hacer, los médicos desde un comienzo me advirtieron que había una baja posibilidad de que esto pasara. —Como numerario, de misa diaria, me imagino que en esos meses rezó bastante. —Le recé harto a la Virgen y uno le dice a Dios: “todo esto que me está pasando te lo ofrezco por lo que tú quieras. Yo pedí por el Papa, porla universidad, porla Iglesia, por mis amigos y familiares.
Claramente tener fe te da fuerza y claridad para entender que estas cosas pasan por algo. —¿ En algún momento se replanteó su vida como numerario? —Es un camino difícil, como todos, pero está lleno de alegrías. Uno piensa qué eso que uno ha hecho bien y mal, pero sin ninguna amargura ni remordimiento.
Miré para adelante, más que para atrás. —Para muchos puede resultar complicado entender su camino religioso marcado por el celibato. —Según el Opus Dei, ser numerario es ser una persona común y corriente, que busca encontrar a Dios en lo que hace a diario. Y dentro de esta vocación hay gente como yo, que está dispuesta a dar su vida entera para dar a conocer este ideal. Uno no deja de ser un hombre común y corriente con su vocación profesional.
En mi caso, un abogado que hizo un doctorado en Educación y que estaba preparado para trabajar como rector. —¿ Tuvo la inquietud de ser sacerdote?—La verdad es que no se me pasó por la mente. Estaba en segundo año de universidad, tenía 20 años y ser numerario lo vicomo algo demasiado atractivo y potente. Tenía un componente vocacional y dije: “esto es lo mío, estoy disponible”. —El año pasado el Opus Dei tuvo los primeros cambios en 40 años. El Papa Francisco determinó que no dependiera dela Congregación de Obispos y que pasará a formar parte de la del Clero.
Para muchos esto fue un debilitamiento a la congregación. ¿Fue así? —Esa noticia fue bastante mal interpretada, fue un ajuste menor dentro de la relación del Opus Dei con la Iglesia, no dejamos de ser una prelatura personal. Es decir, continuamos siendo parte de la Iglesia Católica y seguimos siendo lo mismo que éramos antes. El Papa reestructuró la curia romana y decidió que nosotros, en vez de reportarle a un determinado órgano del Vaticano, lo hiciéramos a otro. El Papa agradeció nuestro trabajo. No es ningún castigo; es un asunto jurídico menor. —Pero esa norma establece que su prelado, Fernando Ocáriz Braña, no podrá convertirse en obispo. —Eso tampoco tiene mayor importancia. El fundador del Opus Dei no fue obispo; a su primer sucesor, Álvaro del Portillo, lo ordenaron un año antes de que muriera.
Lo que pasa es que al Papa le pareció que era más consistente con el carácter de la Prelatura, que los prelados no fueran obispos. —¿ Por qué cree que al Opus Dei siempre se le enrostra su condición elitista?—Como decía el vaticanista John Allen, el Opus Dei “es como una variedad fuerte de cerveza, que no gusta a buenas y primeras, y que se reserva a pocos paladares”. Todas las instituciones que tratan de hacer cosas por la Iglesia tienen gente que las quiere y otras que no. En el Opus Dei hay personas de la élite y otras de La Pintana o de Bajos de Mena. Buscamos a Dios en cualquier circunstancia. “En Chile ha faltado dar más pi idad a la educación escolar” —¿ Cómo vio la polémica sobre las tesis catalogadas como “pedóñilas” reali zadas por dos alumnos de la U. De Chile? —Evidentemente uno puede estudiar la pedofilia, pero hacer una defensa, algo que perjudica a los niños, eso ya no es un trabajo universitario. Debe tener límites éticos que deben encauzarse. Es cierto que hay libertad académica, pero ella no está para vulnerar los derechos de los demás.
En cualquier universidad, cuando uno hace una investigación, debe pasar por un comité de ética encargado de valorar que un determinado trabajo de investigación sea o no apropiado. —¿ Y si alguien en su universidad quisiera escribir una tesis crítica del Opus Dei, se permitiría? —Claro que se puede, en la universidad hay libertad. Nuestros alumnos pueden hacer una tesis del Opus Dei y llegar a conclusiones que no nos gusten a todos. Válido que alguien quiera estudiar seriamente este fenómeno pastoral. El comité de ética estudia los asuntos con independencia de las autoridades académicas y da a conocer los resultados a los investigadores que le hacen las consultas.
La rectoría o las facultades no intervienen en el proceso. —En entrevistas con «La Segunda» los rectores de las universidades de Valparaíso, Santiago y de la Técnica Feder co Santa María, manifestaron sus posturas políticas. ¿Cuál es la suya? —Prefiero no comentar públicamente misideas políticas, porque en la universidad hay gente de derecha, izquierda y de centro; por respeto a ellos y al cargo. —Sin embargo, ha hablado de la necesidad del derecho a la educación y a la libertad de enseñanza, preceptos que se acercan a la derecha. —A mi juicio una Constitución tiene que abordar el derecho a la educación. El Estado debe dar la posibilidad a que todos los estudiantes que quieran estudiar en la universidad puedan hacerlo. Hay políticas públicas que apuntan a esto como la gratuidad, becas, el Crédito con Aval del Estado y la creación de universidades e institutos profesionales.
Y por otra parte está la libertad de educación que significa que cualquiera tiene el derecho a emprender un proyecto educacional y que profesores y estudiantes pueden elegir la institución más afín. —En el borrador de la Constitución se aprobó un artículo que consagraba la gratuidad en la educación superior, aunque casi específicamente en instituciones públicas. —En el borrador rechazado había un claro énfasis en el papel del Estado como gran educador; eso me parece una locura. En Chile ha habido un sistema de educación mixta muy valioso. Por una parte, está el Estado y por otra, tanto en la educación escolar como en la superior, actores privados que han sido relevantes. En la educación superior, el papel que ha jugado la Universidad de Concepción, la Católica, la UCV, la Austral y la Federico Santa María, ha sido gravitante en la historia de la educación chilena. El Estado o la Constitución no puede privar a un país del tremendo recurso que son las ganas de los privados de hacer buena educación escolar y universitaria.
Una buena Constitución tendrá que valorar el aporte privado; sería una tontera querer cortarse una de las manos por una razón ideológica. —Este año la Prueba de Acceso a la Educación Superior (PAES) mostró que las postulaciones a las universidades tuvieron alzas.
Sin embargo, según un estudio de la UC, los colegios particulares lograron en promedio hasta 171 puntos más que los municipales; la brecha sigue alta. —La PAES, como prueba de acceso a la universidad, refleja los niveles de educación escolar. Este año observamos nuevamente una brecha en sus puntajes promedio. En todo caso es muy temprano para hacer un análisis del tema. Esta brecha que se mantiene ha sido motivo de preocupación y nos debe interpelar a mejorar la educación escolar que debe ser una prioridad nacional. Y añade: “Sobre el número de convocados de colegios públicos y particulares subvencionados en nuestra universidad no vimos cambios significativos versus años anteriores, a excepción de las carreras de la Facultad de Educación. En éstas se observa un impacto positivo del esfuerzo que ha puesto la universidad con la beca “profesores para Chile”, para atraer más estudiantes interesados en pedagogía.
En este caso contamos con un 100% de cobertura de matrícula y arancel para alumnos de colegios públicos y subvencionados”. —Según un informe del Centro de Estudios del Ministerio de Educación, 50.526 alumnos que estaban matriculados en algún establecimiento educacional en 2021, abandonaron sus estudios en 2022, Esto no se ve en la educación superior. —Si uno quiere enfrentar los problemas de educación de un país, tiene que partir por la escolar. Si se busca solucionar las dificultades que existen a nivel de la educación universitaria, va a llegar tarde. En Chile ha faltado dar más prioridad a la educación escolar y preescolar. Esto hay que cambiarlo, porque la etapa más crítica educativa son los primeros años de formación.