Autor: NICOLÁS LUCO
Nueva caja de herramientas
A veces cocino. Uno de mis libros más manchados es “Recetas mágicas para la juguera”, por Ruth E. Church, editado en 1965. La mayonesa resulta fácil. Una juguera no amenazó el trabajo de nadie; sí lo han hecho algunos desarrollos tecnológicos, como el Chat GPT, en la versión mejorada presentada el martes. Este se trata de un sistema de inteligencia artificial (LA) que recorre documentos escritos, sonoros, visuales, combinándolos de la mejor forma, según la experiencia acumulada, para entregar un resultado solicitado. Le pido receta de mayonesa para juguera al Chat GPT y revisa enormes archivos y propone la fórmula más frecuente. Esa es su inteligencia, así como la mía es abrir mi viejo libro. La juguera no me puede sustituir: yo elijo el producto, los instrumentos, proveo los ingredientes. Y disfruto el resultado con los comensales, que es lo mejor de cocinar. “La inteligencia artificial nos va a reemplazar”, me dicen. Probablemente disminuirá ciertos puestos de trabajo.
Pero, ¿nos desbancará? El jueves, ante los presidentes de las dos cámaras del Parlamento, el vicepresidente de la Fundación Encuentros del Futuro, la ministra de Ciencias, el presidente de la Comisión Desafíos del Futuro del Senado, partió el Seminario “Oportunidades y desafíos del metaverso” (www.youtube.com/watch?v=e FmOt UJi5Jg). El metaverso es un espacio virtual, producto también de la IA. Ahí hablaron de la necesidad de reglamentar este mundo nuevo, de proteger lo propiamente humano. Porque, al revés de tecnologías como la de la juguera que manejo, aquí nosotros somos los sumergidos en estos mundos: nos pueden sacar el jugo. (Le pedí al GPT-4 que escribiera sobre su inevitabilidad. Su último párrafo: “... la inevitabilidad del Chat GTP viene con una serie de riesgos potenciales, pero estos riesgos no deben descartar por completo el valor y la utilidad de esta tecnología. Es importante que se implementen medidas adecuadas para mitigar estos riesgos y se fomente una cultura ética y responsable de su uso. Al final, la clave es recordar que la tecnología es solo una herramienta, y depende de nosotros asegurarnos de que se utilice para mejorar nuestra sociedad”). No cualquier herramienta. En el seminario, el filósofo Luca Valera, de la U. De Valladolid, pidió distinguir entre la juguera, que no involucra a la persona, y las aplicaciones de IA, que la cogen. Con un martillo se puede construir una casa, pero la casa lo abraza a uno, lo va definiendo. “Hay que plantear una ética de internet... cómo yo vivo en este mundo y cómo tiene que ver con la realidad”, dijo Valera. La realidad es la humanidad, dijo Paulina Ramos, del Centro de Bioética UC: amar, relacionarnos, solidarizar, abstraer, aprender, adaptarnos. Y lo clave: nuestra vulnerabilidad. Debiéramos ser las mismas personas, con los mismos valores, en el mundo virtual y en el mundo real. Que la palabra brote del alma. (El Chat GPT puede simular el alma, pero carece de ella). Somos irreemplazables. Aunque vislumbremos otoños.