“En Chile hay muchos adultos mayores que viven en soledad, que reciben cuidados mínimos o ninguno”
Tarte es y sigue siendo el pri combustible de su vida. Por 1 60 años, Milan Ivelic Kusé (88), docente y gestor cultu intentado encender en universitarios « tintas carreras aquello que se avivé cuando era un niño. En su departamen filan cuadros de artistas insignes como Maturana (Bororo), Rodolfo Opazo, Jo mes, Gracia Barrios, Mario Carreño, Fi co de La Puente, Matilde Pérez, ches y Roser Bru.
“El poder despertarles el amor por « insuflarles en profundidad lo que signi ner una experiencia artística es una lab sionera para mí”, comenta con su VOZ p da el profesor de Teoría e Historia del 4 la Universidad Católica y exdirector de seo Nacional de Bellas Artes, cargo que por 18 años. Su interés —y preocupación— por la vida pública lo llevaron a postularse como candidato a la Convención Constitucional en la lista “Independientes No Neutrales”, bajo el mismo paraguas que Agustín Squella, Patricia Politzer, entre otros. Nosalió electo, pero sigue muy atento a la actualidad.
Hace poco, escribió en “El Mercurio”: “Inquieta cada vez más el panorama que presenta la educación escolar en nuestro país: la violencia y el maltr: tre los mismos escolares; la pérdida de toal profesor, a los que incluso se los ge —Algunas personas mayores pre desconectarse de la contingencia. “A mí me interesa lo que está ocurr Me cuesta entender a las personas que cierran en su cápsula individual y no m que está ocurriendo.
Eso es Hay que estar en contacto con lo que pa es vivir en sociedad”. Otro proyecto del coautor de “La en Chile” que está en pleno desarrollo investigación sobre “el problema del s del público frente al arte”, el que espe blicar como libro. “Cuando estaba en seo iba todos los días a mirar a las perso las salas y notaba ese silencio.
En las ir Milan Tvelic, crítico de arte v profesor universitario hace más de 60 años: raciones siempre había mucha gente, pero no había diálogo”, explica el profesor. —¿ Qué explica ese silencio? “El mundo del arte no se ha logrado democratizar y, por lo tanto, se ha reducido a un público escaso.
Hay un círculo vicioso que es de difícil solución”. —Hoy se busca acercar el arte a las personas a través de experiencias inmersivas, que usan pantallas y tecnología. ¿Qué opina? “Los espectáculos inmersivos son un poco complicados. ¿Qué es lo que ocurre? Que el soporte sobre el cual trabajó el artista se pierde completamente, como el que usó Bororo, ese que está frente a ti. Silo llevas a la pantalla pierde totalmente la proporción.
Se pierde el sentido más profundo de una pintura que tiene 40 por 60 centímetros”. “Es necesario encontrar una fuente de motivación” —Cuando renunció al museo tenía 73 años y declaró que ya se sentía en una etapa “terminal”, pero aquí sigue. “Asíes. Me mantengo”. —¿ Qué lo mantiene vigente? “Yo me siento como un ser que está en construcción todavía. La vida es una enseñanza permanente. Lo único que no ha cambiado de mí es lo que dice el carnet de identidad”. —¿ Cuál es el factor que más ha impactado en su bienestar? “Lo primero es la voluntad personal. Elautorizarse a uno mismo para realizar cosas y no esperar que otro te diga lo que tienes que hacer. No puedes esperar a que alguien te lleve de la mano para que hagas lo que tienes que hacer. En la medida en que vas logrando eso, sientes que tienes un piso estable, Las personas no pueden quedarse momificadas pensando que ya no tienen nada más que hacer. Yo, sobre todo, no dejo de pensar en cómo cambiar el mundo. No pierdo esa esperanza”. ¿Qué le gustaría cambiar del mundo? “Siento que estamos en un mundo cada vez más complicado. Hay una decadencia. Es un país poco tolerante. Me preocupa mucho la televisión. Niños y jóvenes pasan muchas horas viendo programas realmente muy mediocres; entonces, en vez de nivelar hacia arriba, estamos nivelando hacia abajo.
Cuando me hice cargo del Museo de Bellas Artes visité todos los canales de televisión y les dije “denme cinco minutos del noticiario para arte'. Ningún canal me respondió”. Cambio priorizaría pensando en los adultos mayores? “En Chile hay muchos adultos mayores que viven en soledad, que reciben un cuidado mínimo o ninguno porque no tienen familia, viven aislados o no hay ninguna institución quelos cobije.
Aquí tendría que haber una decisión política o de carácter gubernamental, porque los adultos mayores son un sector social que está creciendo. ¿Qué haces cuando tantas personas no tienen a dónde acudir ante cualquier problema?”. ¿Cómo percibe la realidad de sus pares generacionales? “Al menos en mientorno, veo alos profesores con mucho interés de seguir aprendiendo e investigando. Un problema que es complicado a nivel existencial es el de la jubilación.
El que, de repente, ya no tengas nada más que hacer, cuando además te quedan muchos años de vida, El momento de la jubilación es curioso, porque para muchos no es de júbilo, sino que les da depresión.
Llegar a la 'nada” provoca una angustia de proporciones”. —¿ Cómo salir de eso? “No hay que quedarse en el pantano, sino que es necesario encontrar una fuente de motivación que te permita sentir que tu vida sigue teniendo sentido. Para algunos puede ser lo religioso”. —¿ Cuál es su fuente de motivación? “Para mí, hacer clases es algo fundamental y parte de mi vida. Pero yo sé que voy a tener que irme”. —¿Por qué? “Porque los años van pasando y uno se va cansando. Pero todavía tengo fuerzas.
A los 88 años uno se va dando cuenta de cómo el cuerpo se va haciendo más frágil, pero mientras no tenga problemas de carácter mental voy a seguir haciendo clases”. —En estas seis décadas como profesor ¿ ha notado algún cambio en las generaciones? “Los estudiantes están menos motivados por el mundo humanista en general y por el artístico en particular”. —¿ Qué hay detrás de esa desmotivación? “Esel fruto de un sistema educacional muy compartimentado, que impide mirar másampliamente y fragmenta toda posibilidad de un desarrollo cultural más global. Hay que darle una vuelta muy profunda al sistema escolar. Tiene que haber una transformación”. —¿ Queé debería transformarse? “Por ejemplo, la relación invisible o, mejor dicho, la relación del profesorado con el sistema educacional. No puede ser que las autoridades ministeriales sean las que dirigen y orientan los procesos educativos. Y los profesores ¿ dónde están? Deberían tener una participación activa”. —Varios colegios han manifestado que hoy existe una crisis de autoridad entre profesores y estudiantes. “Un profesor tiene autoridad, ¿pero cómo la está ejerciendo? La autoridad debe estar basada en la dignidad del ser humano. El profesor puede aplastar psicológicamente a un estudiante porque le llamó la atención de una manera excesiva. Si un estudiante ve que el profesor lo respeta, no lo ataca, no lo deja en ridículo frente al curso, se van a entender bien. No podemos llegar al extremo de castigar, sancionar, suspender o expulsar.
No podemos llegar al límite de pensar que los niños son desechables o casos perdidos”. —Algunos profesores sienten que han perdido el apoyo de las familias y que eso hace que su trabajo sea cuesta arriba.
“Sin duda, Las familias descansan en lo que el colegio puede hacer y se olvidan de que como padres también son educadores, Tienen una responsabilidad que no acaba nunca”. Si el respeto entre el profesor y el estudiante no se recompone, ¿qué consecuencias cree que puede haber a nivel social? “Lo que está ocurriendo. Se produce un proceso de degradación en todos los niveles. La degradación de la ciudad, por ejemplo. La ciudad no se respeta, el patrimonio tampoco. Es indudable que el sistema que tenemos desde el punto de vista educacional y cultural nos está provocando serios problemas”. —¿ Cómo es la relación que tiene con sus estudiantes? “Buena en muchos sentidos.
He trabajado con jóvenes toda mi vida, entonces, tengo esa mirada fresca de la realidad y no una mirada antigua”. —¿ Cree que existe un diálogo fluido entre su generación y los más jóvenes? “Todavía no veo que sea una cuestión normal. Esto se da más entre abuelos y nietos. Yo trato de mantener un nivel de amistad muy fuerte e intenso con mis nietos. Lo que sí veo en general es un mayor respeto”. —¿ En qué lo ha visto? “Si yo me subo al metro y está lleno, alguien me da el asiento. La primera vez que me ocurrió me llamó mucho la atención, pero ahí se nota que te dan una cierta prioridad”.