Autor: Maite Olavarría, directora del Programa Recreativo de la Fundación Miradas Compartidas
Cuando el deporte abre caminos a la inclusión
En el deporte, las son diferentes: son universales. La fuerza, laresistencia, la velocidad y la Mexibilidad son cualidades fisicas que todos, con osin discapacidad, poseemos y desarrollamos en distinta medida. Estan simple pero tan potente, es la base desde la cual trabajamos en el Programa Recreativo de la Fundación.
Porque más allá de diagnósticos o etiquetas, lo que nos interesa es reconocer a la persona en su totalidad, y ofrecerle espacios reales de participación y desarrollo, Durante mucho tiempo, las personas con discapacidad estuvieron relegadasa espacios terapéuticos oeducativos que, si bien son fundamentales, dejaban fuera una dimensión igual de importante: la recreación y el ocio, Un ejemplo de ello es que hoy, más de 900 jóvenes participan en nuestros talleres a nivel nacional, accediendo a instancias deportivas en canchas, nasios y piscinas como cualquier otra persona. No generamos espacios aislados ni exclusivos: trabajamos por una inclusión real, en entornos compartidos con la sociedad. La inclusión, sin embargo, no ocurre de manera espontánea. Requiere deajustes razonables, deentender que las diferencias de aprendizaje existen entre todaslas personas, no soloentre quienes tienen discapacidad. En una clase de deporte, por ejemplo, no es necesario diseñar actividades distintas, capaces de ajustar la intensidad o el tiempo de aprendizaje para que todos puedan participar en igualdad de condiciones. Esta visión también se puede aplicaren colegios, dondees claverealizar intervenciones inclusivas no solo con los estudiantes, sino también con los docentes, administrativos y apoderados. Porque la verdadera inclusión no se limita a las aulas, sino que debe estar presente en los recreos, en los almuerzos, en cada espacio de convivencia diaria. Através del deporte, nosolo fortalecemos habilidades fisicas, sino también redes de apoyo, autoconfianza y sentido de pertenencia. En cada partido, en cada taller, no solo se forman deportistas, sino comunidades más diversas, empáticas y justas. Ese es el verdadero impacto que buscamos: transformar la mirada hacia la discapacidad y construir una sociedad donde todos tengamos un lugar.