Autor: Por Alejandro Fainé M.
Mario Fernández, último ministro del Interior de Bachelet: "Votaré nulo"
El abogado y académico DC fue clave en la estrategia constitucional del segundo gobierno de la ex Presidenta. Votó “ilusionado” por la Convención, pero aquí detalla por qué discrepa del producto final. Ace al menos 22 años, como estudiante de periodismo asistí a un semestre que Mario Fernández impartía en Ciencias Políticas de la UC. El tema era el Poder, y la pasión del político que siempre ha sido se le salía por los poros cuando comentaba la contingencia en sus intervenciones.
No en vano ejerció cargos durante los gobiernos de Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y fue el último ministro del Interior en el segundo período de Michelle Bachelet (durante el primero, fue miembro del Tribunal Constitucional). Esa misma energía le vi desplegar los años posteriores, donde cualquiera fuera su cargo este abogado DC siempre se mostraba como un gran conversador, un político que enriquece con vivencias sus reflexiones. Su última responsabilidad pública fue acompañar a la ex Presidenta hasta el final de su mandato. Y desde ahí, fue clave en la elaboración del borrador de Constitución que se envió al Congreso en 2017.
El último intento que se hizo antes del trabajo de la Convención, este año. -Es el proyecto que desestimó seguir tramitando Piñera y que hoy muchos sectores lamentan haber ninguneado. ¿Error político? -Fue un error político. Ese proyecto era parte del programa original de Bachelet, fruto de la irrupción de un movimiento proconstituyente en 2011. Consideró una fase de participación ciudadana -se movilizaron directamente 200 mil personas, con un proceso de consulta indígena incluso-, que se sistematizó y entregó insumos. Luego se propuso una reforma constitucional al Congreso en abril de 2017, para habilitar al Legislativo para establecer los términos de una convención constitucional. Ahí empezó lo que podría llamarse un error político: ese proyecto no prosperó.
Luego se envío un proyecto de reforma constitucional, que proponía una nueva Constitución, pensando que el siguiente gobierno lo tomaría. -¿ Culpa a la derecha de lo que pasó o la explicación es más compleja? -La reforma para habilitar una convención no prosperó en la Cámara, incluso faltaron votos de la Nueva Mayoría... Se producían las primeras brechas en la Nueva Mayoría y emergían las candidaturas presidenciales. Lo entiendo como un no abrir la puerta a un gobierno que terminaba.
También hay un fenómeno más complejo, los años 16 y 17 emergían otros temas prioritarios por sobre la Constitución -las encuestas lo mostrabany por eso Piñera lo metió en un cajón. -Tironi dijo en La Tercera que el camino constituyente posestallido es fruto de la sagacidad del mundo político de ofrecerlo como salida, pese a no estar expresamente entre las demandas. -En parte coincido. Porque una Constitución es un instrumento para facilitar cosas, no es una bandera en sí misma. Por tanto, el millón y medio de personas que protestó en noviembre de 2019 quería mejores pensiones, salud, etc. Se vio que el instrumento para acoger todas estas demandas era la Constitución.
Por eso no es raro después que la gente se disperse, pues los temas son muy distintos. -De hecho, dicen que Juan Antonio Coloma pensaba que abriendo la billetera como nunca se había hecho se solucionaba el problema y no era necesario entregar la Constitución... -Son suposiciones, y quedará la duda... Cuando se maneja una crisis como esa importa mucho la tincada, expresión muy chilena para describir la percepción, la sensación que tienen los que toman las decisiones. A la larga, más que el excel, los asesores, o la estadística, es la tincada la que cuenta.
“Voté Apruebo muy ilusionado” -Usted, ¿con qué expectativas partió el actual proceso constitucional? -Voté Apruebo en el plebiscito muy ilusionado, pensando en un proceso constituyente muy integrador, que generaría un texto consensuado y con tremendo apoyo ciudadano. Aún no sabemos que pasará, pero ya las elecciones parlamentarias y presidenciales posteriores a la de convencionales mostraron un cambio en la percepción ciudadana. -Ya terminó el proceso.
En un seminario en el Colegio de Abogados señaló tener “muchas críticas” al texto. ¿Fue ingenuidad pensar que en un tema de distribución de poder era viable la “casa de todos”? -Lo primero que hay que decir es que las y los convencionales han trabajado harto, sin duda, haciendo un gran esfuerzo. Pero el proceso constituyente tiene dos pilares esenciales. Es simultáneamente un acuerdo político y una norma jurídica. Como acuerdo político está sujeto a las lógicas de la política.
Es cierto, el texto se aprobó por 2/3, respetando las reglas, y encuentro razón a quienes dicen “de qué se Pero faltó la segunda parte: como norma jurídica, tal como toda El problema del Apruebo para reformar es que la Convención estableció un sistema pétreo de reforma”. Parte mal un régimen político elaborado sin considerar coherentemente la forma de Estado, el sistema de partidos y el sistema electoral”. manifestación de oficio o técnica determinada, tiene sus reglas. Tras la receta del médico hay un diagnóstico; tras la construcción de un puente hay reglas y protocolos que cumplir... El Derecho está sujeto también a condicionamientos.
Pensé que el nuestro sería igual que otros procesos constitucionales ejemplares -el del 49 en Alemania, el del 58 en Francia o el del 78 en España-, que también tuvieron un equivalente a la Convención, pero a partir de una base escrita por expertos.
“Hay conceptos que ni siquiera quienes redactaron saben definir” -Amaya Álvez hace un tiempo reconoció que entre un texto jurídicamente perfecto versus uno en el que participara la sociedad en su conjunto, tenía más valor el segundo elemento. -Pero hay un mínimo de exigencia jurídica, pues una nueva Constitución debe ser coherente con todas las reglas jurídicas del país. Lo que se conoce como la supremacía jurídica. Por eso en las normas transitorias se fijan años para la adaptación. Pero si la Constitución está vagamente escrita -con conceptos que ni siquiera quienes redactaron saben definir-, ¿cómo amoldar el resto del ordenamiento legal? Dicen que en el camino se verá.
Pero el PPD mencionó 10 puntos que hay que cambiar y si se miran con detención ¡ es la Constitución entera! Dice que hay que restablecer el Senado... ¡entonces para qué lo sacaron! Basta imaginar las miles de menciones en las más de 21 mil leyes que tenemos en Chile, reglamentos, decretos, en que se usa la expresión Senado... ¡ y hay que cambiarlas todas! -Usted criticó los cambios de nombre porque no responden a un cambio conceptual detrás. -Si querían reducir las atribuciones del Senado, redúzcanlas.
Pero, ¿para qué el cambio de nombre? Si se llama Senado desde el nacimiento de la República... -¿ Será refundación... ? -Yo sólo pregunto... porque si digo eso, quizás de qué se me acuse. -Muchos convencionales argumentaron que el Senado retardaba los proyectos y que era elitista. -Son prejuicios. Y esto de que es de elite me sorprende. Por definición, la elite es el grupo de personas que tiene a cargo los países, y en democracia la elite política que manda es la que el pueblo decide en elecciones. Salvador Allende, Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Sebastián Piñera fueron todos senadores. Que lo digan como algo peyorativo parece un argumento superficial. Finalmente, se entrega todo el poder a una cámara -que denominan Congreso de Diputadas y Diputados-, que tendrá más poder que el Presidente y el Senado.
El sistema que se establece no garantiza el equilibrio de poderes que toda democracia debe tener, entre el Ejecutivo, Legislativo y Judicial (a este último incluso ya no lo llaman Poder). Además, el bicameralismo diseñado no tiene equilibrio interno... -Francisco Zúñiga dice que el equilibrio es entre poderes, no intrapoderes. -Intrapoderes también, especialmente cuando se plantea un estado descentralizado.
Si no, las regiones terminan disminuidas respecto al poder central. -Usted afirma que el sistema político partió mal tratado al abordarse en distintas comisiones, perdiendo coherencia la propuesta. ¿Dónde se aprecia? -Un sistema -cualquiera sea éste, el planetario, sanguíneo, políticoes un todo compuesto de partes que interactúan coherentemente. Aquí se entendió casi como sistema político sólo el régimen político o régimen de gobierno, es decir, el que regula la relación Ejecutivo-Legislativo. Pero no se consideró la forma de Estado, ni el sistema electoral, ni tampoco el de partidos. No existe una propuesta como sistema. Se dice que el Presidente es jefe de gobierno, pero hay gobiernos regionales, locales.
Entonces, hay varios “jefes de gobierno” y habrá que determinar qué tipo de gobierno le corresponde a cada uno. -¿ Qué riesgos ve en esto? -Si no consideras el sistema de partido y el sistema electoral, no tienes seguridad de que funcione el régimen político.
Hoy hay cerca de 20 partidos con representación parlamentaria, muchos de ellos fragmentados internamente: ¿ cómo se configuran las relaciones Ejecutivo-Legislativo con esa situación? Se requería pensar la situación de los partidos, las relaciones entre ellos, y cómo la fragmentación influiría en la estabilidad para formar gobiernos.
Pero el sistema electoral no se definió en la Constitución, se entregó a la Ley, sin siquiera poner una o dos palabras que guiaran a los legisladores. ¡Ni siquiera se tomó en cuenta, cuando se estableció el régimen presidencial! Es un ejemplo.
Sintetizando, parte mal un régimen político elaborado sin considerar coherentemente la forma de Estado -federal o unitario-; el sistema de partidos -pluri o bipartidista-, y el sistema electoral -proporcional o mayoritario-. -¿ En qué se puede traducir esto en la práctica? -En Perú, en pocos meses hay crisis del Presidente.
El sistema no funciona. -¿ Prevé lo mismo para Chile? -Es probable que así ocurra. -En otro plano, se ha destacado el aporte en derechos. -Hay algunas definiciones estupendas, y que suscribo, partiendo porque Chile es un Estado social y democrático de derecho. Pero falta la tutela de esos derechos, porque el nuevo recurso que se creó tiene más problemas que el actual. “En países europeos hay pueblos distintos, pero ninguno es plurinacional” -¿ Qué opina de la plurinacionalidad?-Tengo un reparo conceptual, que no es a los pueblos indígenas. Chile tiene multiplicidad de pueblos, pero conceptualmente la expresión “nación” tiene una acepción única en el mundo.
Está asociada a “país”. El pasaporte dice “nacionalidad chilena”; hay relaciones “internacionales”, entre-países. -¿ Podríamos estar ante un aggiornamento de conceptos jurídicos? -Es un concepto que sólo está en dos o tres países, una minoría en América Latina.
En los países europeos hay pueblos distintos, incluso con idiomas distintos, pero ninguno se define “plurinacional”. -Con todos estos peros, ¿qué hará el 4 de septiembre? -Como van las cosas, votaré nulo, porque no acepto someterme a un dilema falso entre una Constitución gastada -es la manera más elegante para describirla, considerando que sus propios defensores dicen que está muertay otra defectuosa.
No es cierto que este plebiscito ofrezca sólo dos opciones, pues al ser obligatorio votar, las propias normas constitucionales establecen 4 posibilidades: apruebo, rechazo, nulo o blanco. -¿ No es restarse de una definición? -No me puedo restar, porque el voto es obligatorio. Y como no estoy por ninguna de las opciones, jurídicamente procede lo planteado. -¿ Y Aprobar para mejorar? -Entiendo a quienes dicen que para que esto siga adelante mejor Apruebo.
Pero la propia Convención estableció un sistema pétreo de reforma: 4/7 con plebiscito -que hace más difícil el proceso, pues un plebiscito es complejo-, o el 2/3 que ya existe hoy. -¿ Y Rechazo? -He empleado casi 4 décadas de mi vida a criticar la Constitución vigente y proponer su reforma. Me ha ido bien en algunas cosas -se han hecho buenas reformas a la Constitución-, pero sigue vigente su pecado original no democrático. Al rechazar, estoy aprobando ese texto... ¡y Cómo voy a aprobarlo! -¿ Y si Walker y Rincón logran bajar el quórum a 4/7, cambiaría su voto? -No sé... eso es “if.
Y en política está lleno de “if. -¿ Y piensa que si gana el Rechazo, viene la guerra civil anunciada por Carlos Ruiz? -Eso es una apreciación exagerada. -¿ Qué puede pasar con uno u otro resultado el 5 de septiembre? -En cualquier caso será un resultado apretado, lo que significará un enorme desafío y responsabilidad para la clase política para manejar la situación sin cocina, de cara al pueblo.
A los expertos también les corresponderá una tarea bien importante, porque se necesitará un texto rigurosamente escrito y estructurado, a la altura de la más fundamental norma jurídica de un país, de la cual depende todo el ordenamiento restante. También los medios de comunicación tendrán una tremenda tarea, pues deberán ilustrar, educar, sobre estos temas, durante la campaña y especialmente después del resultado.