Los míticos FRESCOS DE MIGUEL ÁNGEL, que vigilaron la elección de León XIV
Los míticos FRESCOS DE MIGUEL ÁNGEL, que vigilaron la elección de León XIV La maestría del artista se ve en el fresco de Adán y Eva. Sus colores resurgieron en la última restauración (1980-1994), no exenta de polémica. VATICAN N. "Tengo el estómago aplastado bajo la barbilla". Así dicen los versos manuscritos del artista, dolido por su postura al pintar.
EL "L a votación ante el fresco del Juicio Final de Miguel Ángel no está específicamente prescrita por la constitución que regula el cónclave, pero la orientación espacial de la Capilla Sixtina la hace la opción natural", explica el sacerdote y teólogo Cristián Borgoño, sobre un pequeño (gran) detalle del cónclave. Y es que cada cardenal vota mirando precisamente el fresco del Juicio Final.
El voto se emite, además, mientras se pronuncia las palabras "Testor Christum Dominum, qui me iudicaturus est, me eum eligere, quem secundum Deum iudico eligi debere". ("Pongo por testigo a Cristo Señor, el cual me juzgará, de que doy mi voto a quien, en presencia de Dios, creo que debe ser elegido"). Por cierto, los magníficos frescos sobre el Juicio Final y el Génesis no son las únicas pinturas en la Capilla Sixtina. También hay impresionantes obras de Perugino, Botticelli y G h i r l a n d a i o, a s t r o s d e l R e n a c i miento. Pero son las pinturas del florentino Buonarroti las que se roban la película.
Según la historiadora del arte estadounidense Elizabeth Lev, especialista en las obras del Vaticano ( es la protagonista de una charla TED sobre la Capilla Sixtina), los frescos de Miguel Ángel encaminaron la iconografía religiosa tradicional hacia una nueva narrativa visual "profundamente humana y universal". Según ella, "la prueba más evidente son las multitudes que se reúnen cada día en la capilla, cuando está abierta al público. De diferentes países y edades, se maravillan ante algo que parece pertenecerles. Crean o no en la narración bíblica de la Creación, la gente se siente atrapada en ella", comenta Lev desde Roma en conversación con "El Mercurio", mientras se elige al nuevo Papa. A 18 metros de altura Apasionado, creativo y colérico, Miguel Ángel debió pintar la enorme superficie de la bóveda, parado en andamios de cerca de 18 metros de altura. Pintó practicamente solo las escenas del Génesis y casi el único que se atrevía a entrar era su mandante, el Papa Julio II. Tenían ardientes discusiones, pero entre 1508 y 1512 sacaron adelante el proyecto, que también incluyó pinturas de sibilas, profetas y milagros del pueblo elegido. Veinticinco años después, el artista pintó la escena del Juicio Final, que causó impresión por su potencia. También sus desnudos generaron controversia y el pobre discípulo de Miguel Ángel, Daniele da Volterra, no se pudo desprender del apodo de "Il braghettone" tras recibir el encargo de cubrir algunas partes íntimas. Entre los personajes de la enorme composición del juicio está san Bartolomé, quien habría sobrevivido cuando le sacaron su piel y luego fue martirizado. En la piel que sostiene el santo se insinúa el rostro de Buonarroti. Esa fue su firma.
Lev recuerda que este miércoles y jueves, durante las cuatro votaciones realizadas antes de la elección de León XIV, "cada cardenal debió permanecer solo frente a la imponente imagen del Cristo resucitado, un recordatorio de que los votantes no tienen que rendir cuentas a un Papa anterior ni al pueblo, sino a Cristo. ¡Y qué Cristo es el del Juicio Final! No es un hombre que sufre en la cruz ni un pastor apacible. El Jesús de Miguel Ángel es sobrecogedor. Se levanta, a punto de revelar la plenitud de su gloria.
Mira hacia los condenados, aparentemente desinteresado por las excusas que puedan dar por sus acciones, con su brazo izquierdo redirigiendo nuestra mirada hacia las almas exiliadas". --¿ Y es misericordioso? "Claro, al mismo tiempo confiamos en la misericordia de Jesús, que vino a salvar al mundo; la cuestión es cómo acceder a esa misericordia. Y la respuesta de Miguel Ángel es sencilla: hablar con su madre. María es la clave del fresco, la que permite que la luz de la misericordia brille a través de la multitud de cuerpos que se levantan y caen.
Al colocarla al lado de Cristo, Miguel Ángel rompió todas las convenciones al pintar este tema; ella comparte el trono del juicio". El `dream team' renacentista Entre las pinturas de la Capilla Sixtina anteriores a la intervención de Miguel Ángel, hay dos obras clave que se aprecian hasta hoy. Una de ellas es "La venganza de los rebeldes", de Botticelli, en la que aparece Coré, pariente de Moisés, quien se opuso a la elección de Aarón como líder del pueblo judío. Dios lo castiga y destruye su altar. "Botticelli pintó esta escena con figuras barridas por el viento sobre una arquitectura en ruinas, para ilustrar el desorden causado por las luchas de poder", dice Lev.
Al frente de la obra de Botticelli está, en cambio, la armónica representación de Perugino de la entrega de las llaves a san Pedro. "Este espacio sereno de Perugino, la composición ordenada y los arcos triunfales, evocan el potencial de renovación de la Iglesia a través de un pacífico paso del poder". --Aunque no fue levantada solo para cónclaves, el primer cónclave en la Capilla Sixtina fue ya en 1492. Eso debe haber pesado en su decoración. "Sixto había mandado construir la capilla en 1477 con una entrada y una salida, que podían cerrarse con llave para proteger a los cardenales. La capilla se construyó tomando en cuenta la seguridad de la corte papal, algo que la hizo perfecta para el cónclave desde el principio. La decoración, elegida por Sixto, que era biblista, revela la intención de albergar el cónclave desde el principio.
Las obras de Botticelli y Perugino están frente a frente, en el punto donde los cardenales entran al recinto de votación". --Ha señalado que observar los frescos desafía a reflexionar sobre el rol de cada uno en "el gran teatro de la vida". "Los frescos representan el comienzo de la historia humana en el ciclo del Génesis y, luego, el final de los tiempos en el Juicio Final. Miguel Ángel en la Capilla Sixtina crea dos metas de la existencia. Esas historias nos invitan a reflexionar sobre lo que hacemos con el tiempo que nos ha sido asignado.
Y creo que Miguel Ángel pinta figuras poderosas y luminosas; nos anima a ser lo mejor de nosotros mismos". "Encorvado como un gato" --¿ Tiene algún personaje o escena favorita en la Capilla Sixtina? "Mis figuras favoritas son las sibilas, las profetisas que preparan a los gentiles para la irrupción de Cristo en la historia. Miguel Ángel pintó cinco mujeres, cada una diferente, cada una parece tener su propia historia. Una es vieja, otra joven, una lacónica, otra enérgica. Muestran la universalidad de la Iglesia, según la geografía de la época.
La sibila libia es mi favorita, se presenta femenina y poderosa, mientras cierra su libro de profecías". --Miguel Ángel repitía que él era escultor. ¿Cómo influye esa identidad en sus frescos? "La mirada de Miguel Ángel como escultor, guiando a una figura atrapada en la piedra, se prestaba bien para representar al hombre y a la mujer como protagonistas de sus vidas. La fuerza interior de los santos y mártires, la fortaleza que demostraron, fue algo que Miguel Ángel intentó expresar en la forma exterior de sus cuerpos. Creo que por eso, para reconocer la capacidad de acción y el valor de las mártires junto a sus homólogos masculinos, las dotó de cuerpos igualmente poderosos.
No hay sirenas seductoras ni sílfides frágiles". --¿ Y está clara la posición en que pintó la bóveda? "Gracias a un boceto que el artista hizo mientras trabajaba en el techo, sabemos que estaba de pie con la cabeza echada hacia atrás. Él escribió un colorido poema en el que describe la incómoda posición que tuvo que adoptar en el andamio.
Habla de pintar encorvado `como un gato en Lombardía' y exclama que tiene `el cerebro aplastado en un ataúd, el pecho retorcido como el de una arpía'. Y reclama que su pincel gotea pintura sobre su rostro". ELECCIÓN DEL PAPA El rol de las pinturas en la Capilla Sixtina Los míticos FRESCOS DE MIGUEL ÁNGEL, ELENA IRARRÁZABAL SÁNCHEZ Miguel Angel escribió un poema en el que describe la posición que tuvo que adoptar para pintar la inmensa bóveda. VATICAN Los cardenales eligieron al Papa bajo los frescos del Génesis y frente al Juicio Final. También viendo obras de Perugino, Ghirlandaio y Boticelli. OSSERVATORE ROMANO / AFP "Miguel Ángel no pinta sílfides frágiles, sino mujeres fuertes". Aquí, la sibila de Libia. VATICAN N. Elizabeth Lev es historiadora del arte, especialista en arte renacentista y barroco. EL León XIV vivió en Perú, donde está Machu Picchu, ciudadela inca que se completaba en los mismos años que la Capilla Sixtina.
SANTIAGO DE CHILE, DOMINGO 11 DE MAYO DE 2025 "Son los artistas los primeros aventureros" A juicio de Cristián Borgoño, secretario académico Facultad de Teología de la Universidad Católica, "sin duda los frescos de Miguel Ángel Bounarotti tienen una dimensión teológica, dado que retratan la historia de la salvación y por tanto contienen una cierta representación de la misma, lo que es ya un ejercicio de teología. Y como dice Francois Jullien, `son los artistas, no los filósofos, los primeros aventureros o, digamos, los pioneros del pensamiento.
La filosofía (en este caso la teología), como sabemos, siempre se levanta tarde'. En ese sentido, el artista entrega una interpretación de la historia de la salvación que les da a sus personajes una dimensión más humana". Según el académico de la UC, "Miguel Ángel se enmarca en el movimiento del Renacimiento que realza la humanidad de las figuras iconográficas, en su caso por medio de la precisión anatómica de los cuerpos y las expresiones faciales, que son bastante menos hieráticas que las de Rafael, por ejemplo.
Eso ciertamente ayuda a favorecer la identificación de los seres humanos con las grandes figuras de la Escritura y así acerca el dramatismo de esa historia". Borgoño apunta especialmente al fresco de Juicio Final, en el cual "el gesto de Cristo es especialmente potente como símbolo de poder universal y señorío de la historia. También el gesto de la Virgen subraya mucho su humanidad". "El diluvio". El artista debía pintar rápido con pigmentos al agua, sobre la superficie húmeda. VATICAN Cristián Borgoño, profesor de la Facultad de Teología UC. UC Perugino pintó en la Capilla Sixtina la entrega de las llaves a San Pedro, el primer Papa. VATICAN que "vigilaron" la elección de León XIV AP PHOTO/DOMENICO STINELLI. Creativo y colérico, Miguel Ángel era un cristiano de gran fe, aunque atormentada. J. DEL MONTI Toda la potencia y "terribilità" de Miguel Ángel Buonarroti se plasma en sus obras en la Capilla Sixtina, que abordan el Génesis y el dramático Juicio Final. Dos especialistas se refieren a la poderosa narrativa visual sobre el origen y final del hombre, que acompañó a los cardenales que escogieron al nuevo Pontífice..