Formas radicales de amor y ternura
-¿Quéte motivaa escribir de arte?-Si no es por un encargo, las razones que me llevan a escribir sobre una obra suelen ser más bien inciertas o ambiguas. Pero situviera que decidir algo, meinclino a pensar que me atraen las obras o imágenes que no terminan de comprender ellas mismas lo que muestran. Obras o imágenes más próximas a la experiencia que a la información, más apegadas al titubeo que a dar respuestas o hacer afirmaciones fuertes. Obras, diría, que no son ilustraciones de un problema o un discurso (por más crítico que sea) sino lugares que ponen atrastabillar nuestras pequeñas y grandes certezas. PAZ LÓPEZ ES DOCTORA EN FILOSOFÍA CON MENCIÓN EN ESTÉTICA Y TEORÍA DEL ARTE. EN RESUMEN Paz López es crítica de arte, ensayista y profesora de teoría del arte en la Universidad Diego Portales. En “Velar la imagen. Figuras de la pietá en el arte chileno” (Mundana) escribe sobre obras de Zurita, Natalia Babarovic, Ronald Kay, Carlos Leppe y Eugenio Dittborn.
AE Paz López, historiadora del arte -¿ Por qué se repite el motivo de la “pietá” en elarte chileno? -La “pietá”, además un motivo de larga duración en la historia del arte, es una forma radical del amor y laternura, allí donde parece no haber mundo donde hacer pie.
Se trata de obras queresisten al ocaso de los afectos, que no adhieren fácilmente a la soledad o a la indiferencia y que no se dejan tentar por de que la muerte pueda ser escamoteada por latécnica y la ingeniería social.
Obras, en fin, queno renuncian ala verdad del cuerpo, es decir, ala contingencia, el desperfecto, la incertidumbre, la ambigúedad y lo desconocido. -Enlas obras que elegiste, ¿cómo definirías a quién o a quiénes sostienen los cuerpos? -En general, los cuerpos desfallecientes como aquellos que los sostienen, son cuerpos desesperadamente atentos ala fragilidad. No hay cuerpos viriles. Un amigo -queleyó el librome decía que no se trata sólo de una reflexión sobre la tristeza del hombre, sino sobre la infinita compasión del arte por los cuerpos caídos. Me gusta pensar elarte como un cuerpo ofrecernos todavía un mundo: unos brazos que sostienen sin prometer nada, salvo la certeza de que podemos estar juntos, mientras caemos.