El miedo se hizo costumbre
El miedo se hizo costumbre CONSTANZA HUBE ABOGADA Y PROFESORA UC El miedo se hizo costumbre 1 miedo se ha vuelto una costumbre en nuestro país. Los chilenos hemos sido forzados a cambiar nuestras vidas, adaptar nuestras rutinas, hábitos y decisiones por la inseguridad y el temor. Se naturalizaron los homicidios, los robos, el uso de armas de fuego y el narcotráfico, a los que se han ido sumando nuevos delitos como los secuestros y los sicariatos. El diagnóstico es más que conocido: Chile vive la peor crisis de seguridad de su histo-ria. Frente a esto, ¿qué ha hecho el Gobierno? Poco y nada. Por el contrario, las actua-ciones del Ejecutivo han ido en el sentido contrario de lo que la ciudadanía espera y pide a gritos, que es más seguridad.
Los discursos y declaraciones rimbombantes de poco sirven si los hechos van en la línea contraria. ¿Cuáles? (i) indulto a los delincuentes condenados por delitos del 18 de octubre; (ii) pago de pensiones de gracia a personas con antecedentes penales; (iii) veto al proyecto de ley de usurpaciones; (iv) declara= ciones de la ministra Tohá distinguiendo entre tomas pa-cíficas y no pacíficas; (v) la irresponsable e imprudente declaración de la misma minis-tra a propósito del pago de rescate en el secuestro de un empresario de Rancagua; entre otros. Con estos antecedentes que están a la vista, el problema es doble.
Por un lado, el mm mie-do a sufrir un delito Nos habrivamos al vilentosehavuelto temor a la delincuencia. costumbre, y por el otro o A más cocoa ¿ Se CONVertIrá en una miedo a que la instituciocostumbre también nalidad encargada de esto no sólo no responda, sino el miedo E que las que agudice el problema. autoridades no se hagan ¿ Se convertirá en una cosqa tumbre también el miedo cargo z a que las autoridades no se hagan cargo? Un reciente estudio de la USS muestra que el miedo a la delincuencia ha impactado a las personas y su forma de vida y hábitos cotidianos.
Cuatro de cada cinco personas afirman que hicieron cambios drásticos, tales como: evitar salir de noche (85,7% ); ajustar horarios de salida (65,7% ); modificar los lugares que frecuentaban (56,4% ); y cambiar las rutas de traslado (55,5% ). Por su parte, la encuesta de la Fundación Paz Ciudadana evidencia el más alto ín= dice de temor medido históricamente (30,5% a ni-vel nacional dice sentirse atemorizado). Lamentablemente, el Gobierno, su inmovilismo y la falta de voluntad por evidentes obsesiones ideológicas (mismas razones por las que cuando eran diputados votaban en contra de todos los pro= yectos que buscaban fortalecer a las policías y sancionar con más fuerza a los delincuentes) los están pagando los chilenos honestos, que viven día a día atemorizados y ven restringidas sus libertades, al estar obligados a cambiar sus hábitos cotidianos para evitar ser víctimas de algún hecho delictual. La realidad es que sin seguridad no hay verdadera democracia, y no hay verdadera libertad. Al final del día los chilenos ceden sus libertades cuando evitan circular por ciertos lugares y a ciertas horas, y la democracia se debilita con cada centímetro que gana la delincuencia. delincuencia..