Autor: ROLANDO ARAOS
INSTALAR CAJAS NIDO PARA AVES INSECTÍVORAS AUMENTA EL CONTROL DE INSECTOS PLAGA EN 43%
INSTALAR CAJAS NIDO PARA AVES INSECTÍVORAS dentro de predios vitivinícolas permitió que estas eliminaran un 43% más de insectos plaga en comparación a aquellos campos donde estas cajas no estaban instaladas.
Si bien se trató de ensayos experimentales, los resultados permiten proyectar que el uso de estas cajas nido permitiría combatir de mejor forma plagas como el trips de California (Frankliniella occidentalis), el burrito de la vid (Naupactus xanthographus) y la polilla del racimo de la vid (Lobesia botrana). "La conservación de aves dentro de los agroecosistemas mediante la instalación de casas anideras se posiciona como un manejo viable, efectivo y de bajo costo de implementación y mantención para controlar las poblaciones de artrópodos cuyo daño a los cultivos genera que se exceda el umbral económico de producción", explica Natalia Olmos, agrónoma de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y tesista del estudio.
Lo anterior permitió suplir la falta de cavidades naturales donde las aves insectívoras acostumbran reproducirse, como lo son troncos de árboles grandes y viejos o excavaciones realizadas por otros animales, los que suelen ser escasos dentro de las áreas agrícolas. "La mayoría de las aves insectívoras que son controladoras de plagas anidan en cavidades en árboles grandes y viejos, que han sido cortados o reemplazados por la expansión agrícola.
Por esta razón, en nuestro estudio encontramos que en los cuarteles con casas anideras, que suplían la falta de cavidades naturales, aumentaba la abundancia de las aves insectívoras, pero no de las frugívoras que pueden ocasionar un daño al cultivo", dice Pablo Díaz, investigador del Centro Regional de Investigación e Innovación para la Sostenibilidad de la Agricultura y los Territorios Rurales (Ceres). De hecho, esta técnica logró, durante la primavera-ciclo reproductivo de la mayoría de las aves en Chile-, atraer a cinco especies: chercán (Troglodytes aedon), rayadito (Aphrastura spinicauda), tijeral (Leptasthenura aegithaloides), golondrina chilena (Tachycineta leucopyga), las que son nativas y cuya dieta se basa solo en artrópodos. También se vio gorrión (Passer domesticus), ave exótica con amplia distribución a nivel mundial. Así, cuando las aves ingresan a la caja, anidan y colocan sus huevos allí. Una vez que estos eclosionan, las aves alimentan a sus crías con los insectos que cazan dentro del predio.
Según estudios internacionales, este tipo de aves puede consumir sobre 500 millones de toneladas de insectos al año, por lo que su servicio de control de plagas debe ser tomado en consideración, lo que permitiría disminuir el uso de agroquímicos. "(Las aves) son una variable importante a considerar en un programa de manejo integrado de plagas, que efectivamente apunta a reducir el control químico y acotar su uso solo en caso necesario en base al monitoreo de la dinámica de las plagas.
Es decir, eliminar la práctica de control químico vía calendario", explica Juan Luis Celis, líder del estudio y académico de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso e investigador del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). Si bien no hay cifras que indiquen cuánto sería el ahorro efectivo de agroquímicos en este estudio en particular, sí hay otros ejemplos, dicen los especialistas. Un caso es que por cada dólar invertido en cajas anideras para aves rapaces con el fin de controlar la población de aves frugívoras en cerezos, se evitaría una pérdida de hasta 220 dólares. Otro ejemplo radica en que otros autores cuantificaron que el aporte de murciélagos en el control de plagas en viñedos en Chile osciló entre US$ 188 a US$ 248 por hectárea al año.
CÓMO SE REALIZÓ EL ESTUDIO Para lograr estos resultados, la metodología llevada a cabo por investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Centro Ceres, la Universidad de Talca y Universidad Mayor implicó instalar cajas nido a dos metros de altura con una distancia mínima de 30 metros entre cada una en cinco viñedos del Valle de Casablanca y Leyda (pertenecientes a Emiliana, Veramonte, Fundo Izaro y Garcés Silva). A ello se suma que en cada viña se seleccionaron dos parcelas similares y solo en una de ellas se instalaron casas anideras. Además, en ambas parcelas se instalaron bandejas en altura con larvas de polilla del manzano para actuar como presas, como ocurre naturalmente, y así atraer aves. Estas fueron observadas durante la primavera de 2019 y 2020 con el fin de identificar cuántas larvas habían sido depredadas.
También se hicieron censos de aves, para ver si ocurrían cambios en la diversidad y abundancia de ellas. "Nuestros resultados podrían ser una parte importante los futuros programas de gestión integrada de plagas, con el objetivo de implementar prácticas de producción de alimentos más eficientes y sostenibles", señala Natalia Olmos.
De hecho, complementan los especialistas, en Chile hay resultados de estudios similares realizados en paltos donde se logró controlar la presencia de roedores gracias a las lechuzas, y, en otros países, hay resultados para plagas de manzanos. "En la revisión que hicimos a nivel global, observamos beneficios de aves en cultivos como café y frutales como manzanos, cerezos y vides, además de cereales y hortalizas", puntualiza Olmos. ENTILEZA PABLO DÍAZ PUC Las cajas nido suplen la falta de cavidades naturales como son troncos de árboles grandes y viejos.
El estudio experimental, realizado en cinco viñedos de la zona central de Chile, demostró que estas estructuras permiten que especies como chercán, rayadito o la golondrina chilena aniden y busquen su alimento dentro del predio agrícola.
BANDAS DE VEGETACIÓN, ¿UNA ALTERNATIVA A LAS CAJAS? De acuerdo con Celis, hay estudios —no realizados en Chile— sobre otras alternativas para atraer aves insectívoras, una de ellas son las bandas de vegetación natural inmersas en el cultivo o de árboles aislados inmersos en el cultivo que sirven como percha o refugio para atraer otras aves. “Todo esto se debiese complementar con la protección de áreas con vegetación nativa en los predios y la mantención o restauración de corredores biológicos con vegetación nativa”, dice el investigador de la PUCV e IEB.