Autor: Dr. Emilio Sagredo Lillo Académico de Facultad de Educación Universidad San Sebastián
COLUMNA DE OPINIÓN: Uso de celular, más allá de prohibir
Hoy la interacción con los smartphones, que en rigor son computadores de bolsillo, es mayor a aquella que se da cara a cara.
Así, cuando hablamos de redes sociales, prácticamente pensamos en redes sociales virtuales mediante la web 2.0, El escritor Marc Prensky se refería a los nativos digitales, pero lo cierto es que para que el uso de tecnología significara un salto evolutivo deben interactuar otros factores complejos en los que, por ejemplo, también está involucrado el tiempo. Ha pasado muy poco tiempo desde la aparición y disrupción de esta tecnología. En efecto, silos celulares por alguna razón desaparecieran, la humanidad y las nuevas generaciones al poco andar no recordarían aquello. Los niños y niñas parecieran ser nativos digitales porque han estado sistemáticamente expuestos a esa tecnología, inclusive sin la necesidad de uso de celular.
En educación, nos hemos dado cuenta de que las nuevas generaciones son principalmente expertas en redes sociales con uso de la web 2.0, videojuegos, consumo de contenido y generación de contenido digital, pero no siempre se evidencia conocimiento masivo en uso de herramientas especializadas como Word, Excel o Power Point y otros.
Sabemos que, en contextos educativos básicos y medios, hay riesgos como el cyberbullying, por ejemplo, y el inadecuado desarrollo de las actividades académicas, a lo que se le agrega otro componente actual: la inteligencia artificial, que ya se ha utilizado como herramienta para el cyberbullying. Por cierto, no todo es malo.
El uso del celular y la propia inteligencia artificial pueden tener muchas ventajas educativas gracias a la posibilidad de acceso a la información e interacción gamificada, pero esta debe ser producto de una adecuada planificación e intención. El Ministerio de Educación ha propuesto orientaciones para el uso de celulares, debido a que es inevitable en el contexto actual. Pero, para que dichas políticas públicas se implementen adecuadamente, debe hacerse una bajada a la comunidad escolar desde una mirada especializada, considerando todas las aristas.