Autor: Bernardo Berger Fett. Diputado por Los Rios.
Columnas de Opinión: Desempleo femenino
Columnas de Opinión: Desempleo femenino E n medio del discurso oficial, que intenta instalar una sensación de estabilidad económica, la realidad golpea con fuerza, la tasa de desempleo femenino ha vuelto a los dos digitos por primera vez enañios. Esta no es solo una cifra estadística más. Es el reflejo de una profunda fractura social, una alarma que se enciende especialmente en los hogares monoparentales, cuando son encabezados por mujeres que llevan solas el peso económico y emocional de sus familias. He sido insistentes, en cada discusión presupuestaria, en advertir que la cartera del Trabajo, liderada hasta hace poco por la ministra Jara, ha carecido de una estrategia real para fomentar el empleo formal. Se ha centrado en discursos ideológicos, más que en políticas activas de inserción laboral. La obsesión con subir impuestos y ampliar el aparato estatal como respuesta a todo, ha resultado profundamente regresiva. No se crea empleo con burocracia ni con bonos que perpetuan la dependencia. Las personas quieren y necesitan trabajar. Quieren libertad y dignidad, no quedar supeditadas a bonos que dependen del color político de quien gobierna. Las mujeres, en especial, necesitan flexibilidad, acceso a salas cuna, capacitación efectiva, apoyo al emprendimiento y, sobre todo, un entomo-económico que les permita desarrollarse.
Hoy la discusión necesita centrarse en políticas públicas que fomenten la formalidad, reduzcan la brecha entre hombres y mujeres en el acceso al trabajo, y que le devuelvan al pais una agenda económica de crecimiento real.
No podemos normalizar una tasa de desempleo femenino de dos cifras, ni seguir postergando el bienestar de miles de chilenas que hoy, con o sin pandemia, siguensiendo las más afectadas por las malas decisiones del gobierno.
Claramente, la promesa electoral de promover el trabajo debe analizarsesegún quién la hace, cuando lo único que ha crecido es el empleo publico y se ha mostrado desprecio por el sector privado, los resultados trágicos que hoy vemos eran previsibles. C Columna.