Admirable reconstrucción del Bach perdido
Admirable reconstrucción del Bach perdido Un trabajo exigentísimo de rescate e interpretación hay tras la "Pasión según San Marcos" realizada por los conjuntos y solistas del Instituto de Música UC, liderados por el clavecinista, organista y director argentino Jorge Lavista, experto en música barroca y fundador del Proyecto Bach Buenos Aires, con el cual colabora en la difusión de la obra del maestro de Leipzig mediante la utilización de instrumentos históricos. Esta "Pasión según San Marcos" es el resultado de un estudio profundo de la tradición y también de cuanto puede aportar la imaginación.
Esto, por cuanto la música de la obra no existe (algunos aseguran que se perdió durante la Segunda Guerra Mundial) y solo se cuenta con el texto de Christian Friedrich Henrici Stolpen, más conocido con el seudónimo de Picander, un poeta alemán y libretista de muchas de las obras de Johann Sebastian Bach. La "nueva Pasión" resulta ser una extensa narración (más de dos horas) sobre los capítulos 14 y 15 del Evangelio de Marcos, cuyo pulso es conducido por la voz del Evangelista.
Es a través de su relato, intercalado con 19 corales, algunas arias y frases dichas por los protagonistas de la historia, que se renueva la muerte de Jesús y también el sufrimiento, los comentarios y las esperanzas de la comunidad de fieles.
La música refiere/retoma/parodia fragmentos de otras obras de Bach, como la "Oda fúnebre", la Cantata BWV 198, las Pasiones según San Mateo y San Juan, y el "Oratorio de Navidad". Sin renunciar a la tradición barroca en cantidad de instrumentos y voces para los corales (ocho en este caso), Lavista, desde el clave, condujo su "Pasión" con un rigor admirable, atendiendo a los silencios y subrayando innumerables detalles instrumentales, y procuró que los cambios de tonalidad entre fragmento y fragmento no produjeran quiebres en la atmósfera musical. Hubo momentos especialmente notables, como los corales "Jesús, ve a tu pasión", "Para qué este desperdicio", "Soy yo", "O Jesús, tú", "¡Crucifícalo! " y "Junto a tu tumba y lápida", consolidados musical y expresivamente.
También las arias, como "Salvador mío, no te olvido" y "Falso mundo, tu beso adulador", en inspirada ejecución del contratenor José Andrés Muñoz, o la de la soprano, "Él viene, ya está aquí", donde Florencia Novoa evidenció la belleza de su timbre, su facilidad con los agudos y su musicalidad.
Un momento inolvidable fue el dúo "¡ Oh, grato grito de muerte! ", partitura conmovedora en voz de la soprano y el bajo-barítono Arturo Espinosa, con acompañamiento de órgano (Juan Cristóbal Undurraga), oboe (Jorge Cabrera), clave y cello.
Imposible no mencionar el comprometido trabajo de las violas da gamba (Luciano Taulis y Florencia Bardavid) y del tiorbista (Eduardo Figueroa), cuyo pulso, como una gota de agua que rompe el silencio, marcó dolorosamente la muerte de Jesús. Con imponente carácter vocal, el bajo-barítono Arturo Espinosa tuvo la misión de ser el portavoz de Pedro, Judas, el Sumo Sacerdote y Pilatos.
El tenor Rodrigo del Pozo, con larga y destacada experiencia en este repertorio, fue el Evangelista, a quien corresponde la parte vocal más extensa de la obra y que debe transitar por momentos descriptivos; dar el pase a las frases de Jesús y de otros personajes, y cantar algunas arias, como la bellísima "El que me consuela ya no está conmigo". El reparto incluyó al barítono Patricio Sabaté, premiado recientemente por la crítica especializada, quien dio voz a Jesús, estremeciendo en frases como "Mi alma está triste hasta la muerte", "Abba, Padre mío" y "Elí, Elí, ¿lama sabactani?". Crítica de música Admirable reconstrucción del Bach perdido JUAN ANTONIO MUÑOZ H. "PASIÓN SEGÚN SAN MARCOS":. - -