Sobre la muerte asistida
Señor Director: Quisiera complementar la carta de Matías Reeves (sábado), en relación con el proceso del Reino Unido respecto de un eventual proyecto de muerte médicamente asistida.
Como señala el artículo de The Economist que cita Reeves, dicho país se ha convertido en uno mucho más liberal en estas últimas décadas; de hecho, alrededor de dos tercios de los británicos apoya un cambio legislativo para legalizar la eutanasia o suicidio asistido. Me parece interesante señalar el trabajo que ha realizado la British Medical Association (equivalente a nuestro Colmed), para recabar la opinión de sus colegiados. Luego de obtener los resultados de una encuesta a alrededor de 30.000 asociados, publicada en 2020, cambiaron su postura de rechazo a una de "neutralidad” frente a un eventual cambio legislativo.
Entre sus resultados destacan la necesidad de balancear tres tipos de intereses: el de las personas que buscan asistencia médica para morir, el de los facultativos que desean participar en el proceso y el de aquellos que, por ser objetores de conciencia, se abstendrán de hacerlo. A pesar de esta postura neutra, apenas un 22% estuvo de acuerdo con administrar personalmente los fármacos letales. Concordante con estos resultados, el 93% consideró fundamental respetar la objeción de conciencia.
El proyecto de ley chileno, por lo menos en su actual borrador, considera el respeto a la objeción de conciencia, tanto del personal sanitario como de las instituciones privadas que, concordante con su ideario valórico, no realizarán eutanasia. Volviendo a la carta de Matías Reeves, junto con hablar "de la muerte”, sugiero también hacerlo respecto de cómo queremos vivir nuestros últimos días, para que así podamos tener una "vida digna” hasta el final. SOFÍA SALAS IBARRA Docente investigadora en bioética Universidad del Desarrollo