Autor: Por Steven Lee/The New York Times
Pesca industrial: Como China arrasa con los mares del sur
As Galápagos son parte de Ecuador. Y, a pesar de esto, cada año que pasa, una cantidad cada vez mayor de barcos comerciales chi. Nos, a miles de kilómetros de su país, pescan ahí, a veces justo en el límite de la zona económica exclusiva de Ecuador.
Desde 2016, los barcos chinos han operado en las costas de Sudamérica casi todos los días, todo el año, moviéndose con las temporadas desde las costas de Ecuador y Perú y con el tiempo hasta Argentina, donde han pescado lo que lleva de este año, el equivalente en conjunto a más de 16.000 días. La escala de tal operación ha encendido las alarmas sobre el daño para las economías locales y el medioambiente, así como para la sustentabilidad comercial del atún, el calamar y otras especies. El impacto se siente cada vez más, desde el océano Índico y el Pacífico sur hasta las costas de África y Sudamérica: una manifestación del poderío económico global de China en alta mar. Esta labor de China ha desatado protestas diplomáticas y legales. La flotilla también ha estado vinculada con actividades ilegales, entre ellas invadir las aguas territoriales de otros países, tolerar abusos laborales y capturar especies amenazadas. En 2017, Ecuador incautó un carguero frigorífico, el Fu Yuan Yu Leng 999, el cual transportaba un cargamento ilícito de 6620 tiburones, cuyas aletas son una exquisitez en China. No obstante, una gran parte de lo que hace China es legal... o, en mar abierto, al menos, casi no está regulado. Debido a la creciente demanda de una clase consumidora cada vez más próspera en China, es poco probable que termine pronto. Esto no quiere decir que sea sostenible. Una labor industrial China puede pescar a tal escala industrial gracias a navíos como el Hai Feng 718, un carguero frigorífico fabricado en Japón en 1996. El barco está registrado en Panamá y lo maneja una empresa de Pekín llamada Zhongyu Global Seafood Corp.
Su dueña es una empresa propiedad del Estado: China National Fisheries En el transcurso de un año que empezó en junio de 2021, el Hai Feng 718 se reunió con al menos 70 barcos pesqueros más pequeños con la bandera china en varios lugares del mar, según Global Fishing Watch. Los navíos siguieron juntos por las costas de Sudamérica en la que se ha vuelto una persecución anual de pesca.
Después de zarpar de Weihai, una ciudad portuaria en la provincia de Shandong, China, el Hai Feng 718 llegó a las Galápagos en agosto de 2021 y pasó casi un mes en las aguas cercanas a la zona económica exclusiva de Ecuador. Ahí, les dio servicio a varias embarcaciones como el Hebei 8588.
Un mes más tarde, la flotilla china viajó ala costa de Perú, donde el Hai avanzó furtivamente hacia más de dos docenas de barcos más pequeños, varias veces a algunos de ellos, incluso, de nuevo, el Hebei 8588. Lleno de pescado, el barco nodriza regresó a China. Para diciembre pasado, ya estaba de nuevo en el mar, esta vez con dirección al oeste a través del océano Índico. Llegó a la costa de Argentina para el inicio de la temporada de los calamares en enero. En mayo, de nuevo estaba en las costas de las Galápagos. El acuerdo de transferir la pesca a otro barco no esilegal, pero, según expertos, el uso de los barcos nodriza facilita que no se declare la pesca y se oculten sus orígenes. Otros países también despliegan flotillas para aguas profundas, entre ellos Japón, Corea del Sur y Taiwán, pero ninguno lo hace a la escala de China. Global Fishing Watch ha monitoreado un montón de “eventos de merodeo” sin explicación, en los que barcos grandes permanecen en una zona sin ninguna reunión registrada entre los barcos nodriza y las embarcaciones más pequeñas. Los expertos advierten que los barcos más pequeños quizás apagan sus transpondedores para evitar ser detectados a fin de ocultar una pesca ilegal o no regulada. Ya hay señales preocupantes de una reducción en las existencias, lo cual podría presagiar un colapso ecológico de mayor envergadura.
“El desafío es persuadir a China de que también tiene una necesidad de garantizar la sustentabilidad de los recursos del mar a largo plazo”, comentó Duncan Currie, abogado en derecho ambiental internacional que asesora a la Coalición de Conservación de Aguas Profundas. “No estarán ahí para siempre”. También frente a costas chilenas Las aguas alrededor de las fértiles islas Galápagos y su gran diversidad ecológica han atraído a los pescadores locales durante siglos. Ahora, esas aguas se enfrentan a un cazador mucho más grande y voraz: China.