Cómo y cuándo morir
Señor Director: Bajo este título, Daniel Loewe persiste en la idea de promover la eutanasia o muerte asistida, Es decir, aquella causada por un tercero a petición, eventualmente, de quien desea esa muerte. Es muy fácil exponer casos en extremo dramáticos para intentar la justificación de esta medida, pero, desde luego, no se miden o no se quieren medir las consecuencias. Loewe afirma que “en tanto no atentemos contra otros” podemos adoptar las decisiones que queramos de acuerdo a los valores y convicciones fundamentales de cada uno, incluyendo el deshacerse de la propia vida.
Pero, entonces, ¿por qué el límite de no atentar contra otro? Silo que yo afirmo como una convicción fundamental mía encuentra un obstáculo en la presencia de otra persona ¿ por qué no puedo eliminarla? Es, tengámoslo presente, el pretexto que invoca, entre nosotros, la delincuencia.
Lo mismo sucede cuando se estima, como lo hace Loewe, que si una vida ha dejado de ser valiosa puedo quitarla de por medio ¿ Por qué sólo he de limitarme a la mía y no puedo proyectarme a la de otros? Desde luego, a la de personas que presentan discapacidades mentales o físicas. No hay que esperar mucho tiempo para que, a la eutanasia, siga la eugenesia. El pretexto es el mismo: considerar una vida como poco valiosa o inútil, La eutanasia, tanto como el aborto, son la expresión más aplastante del egoísmo que domina la vida contemporánea. En vez de hacer frente a los problemas, preferimos esconderlos y hacer como si no existieran. Cuando se acepta que se pueda considerar una vida como no valiosa, el final es predecible: tu vida o la mía. Gonzalo Ibáñez S. M.