Autor: Sebastián Montalva Wainer, DESDE LA REGIÓN DE LOS LAGOS.
EL LAGO QUE PUEDE RENACER
Eclipsado por la fama de sus vecinos Puyehue y Llanquihue, el lago Rupanco ha permanecido alejado de las grandes rutas turísticas. Pero hoy, este rincón de aguas azules, bosques nativos, volcanes, termas y pueblos que esconden las historias de sus colonos, ya da muestras de resurgimiento.
I las fuerzas de la naturaleza no hubieran dicho lo contrario, quizás hoy no estaríamos aquí, solos en este pozón de agua caliente cavado en la arena, mirando cómo el sol dela mañana hace resplandecer las aguas azules del lago Rupanco y un par de nubes se pasean sobre la escarpada cima del volcán Puntiagudo, uno de los más hermosos de la Patagonia. Quizás este mismo lugar en el que esta'mos ahora, las termas del Rupanco, no sería un punto remoto y escondido en la ribera norte del lago, solo accesible por lancha.
Quizás tendría un muelle moderno, varios botes anclados y mucha más gente esta misma mañana habría desayunado en el hotel que alguna vez existió aquí, pero del que hoy solo sobrevive una pequeña cruz que se asoma entre los arbustos. Sí. aquí hubo un gran hotel, el Hotel de las Termas de Rupanco.
Una construcción de tres pisos y 120 camas que por esos años auguraba un futuro es plendor para el desarrollo turístico de este lago situado en la precordillera de Osorno, justo entre los lagos Puyehue y Llanquihue. Pero esa historia terminó en tragedia.
El 22 de mayo de ese año, el último gran cataclismo de la historia reciente arrasó con todo lo que había en este lugar, provocando devastadoras consecuencias de las que apenas se sabe, ya que los estudios se han centrado principalmente en Valdivia, donde fue el epicentro.
Ese domingo, pasadas las tres dela tarde, un gigantesco alud de tierra bajó desdelos cerros y sepultó para siempre al hotel, las casas aledañas, los caminos que por entonces se construían y a más de 120 personas que se encontraban en distintos puntos del lago.
Los relatos de la prensa y lugareños de la época recopilados en el fundamental libro Las voces del lago, de Paz Neira, Josefa Reyes y Samuel Linker— son terribles: se dijo que más de 100 millones de metros cúbicos de tierra cayeron al agua, que el alud arrasó con e drillas de obreros, que gigantescos árboles se deslizaron cerro abajo, que familias enteras y sus casas fueron sepultadas por el barro, que se produjo una ola gigantesca que terminó por engullirlo todo y que, al día siguiente, cuando se pudo salir a recorrer, las pampas estaban tapadas de mones que habían sido arrojados tamente hacia los campos.
Entonces, la promisoria historia turística del lago Rupanco se cortó de raíz, y este lugar terminó convertido en lo que ha sido hasta ahora: una zona de producción agrícola y ganadera, pero por sobre todo, un destino oculto y reservado en el que principalmente santiaguinos han construido exclusivas casas de veraneo, las que siguen proliferando.
Siel turismo convencional quedó olvidado tras el terremoto de 1960, eso ahora podría comenzar a cambiar, Tras más de cinco décadas de espera, ya existe un camino vehicular hasta el sector Las Gaviotas, la última localidad en el extremo sureste del lago —a la que antes solo se podía llegar caminando o en lancha—, e POSTAL. El lago Rupanco y la cima del volcán Puntiagudo, vistos desde la ribera norte. Nuevos caminos auguran un futuro desarrollo turístico. RUTA.
Luis Alberto Leal navega hacia las termas de Rupanco, en la ribera norte, donde existió un hotel hasta el terremoto de 1960. incluso ha habido reuniones entre vecinos y autoridades para avanzar en el proyecto de circunvalación del Rupanco, que uniría finalmente la ribera norte con el sur del lago. Esto podría abrir insospechadas posibilidades de desarrollo para una zona de gran belleza que por años ha sido eclipsada por la fama de sus lagos vecinos, mucho más accesibles: el Puyehue y el Llanquihue. “Mucha gente local se fue, pero ahora con este proyecto se les ha abierto el apetito: el valor de la tierra ha aumentado muchísimo.
Mi vecino llora cuando piensa que su papá vendió sus campos donde hoy se levantan casas de veraneo”, dice Carlota González, vecina de Puerto Cha Iupa, histórica localidad en la ribera norte del Rupanco, y una de las habitantes más antiguas del lago. Carlota era una niña cuando ocurrió el terremoto de 1960 y todavía recuerda cómose abría la tierra y se tragaba todo a su paso.
Y cómo este puerto, que alguna vez fue uno de los más importantes del lago, terminó en el olvido, Hoy, aunque en pausa pandemia, la señora Carlota y su hija Claudia Cárdehas promueven con gran entusiasmo el lago Rupanco, convencidas de que la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente son el mejor futuro para la gente que ha vivido siempre en esta zona, Su proyecto, llamado Tierra Sur, es un vivero de plantas nativas y quincho donde realizan diferentes experiencias de turisrural, sin duda el principal fuerte de esta zona. “Aquí viene gente que valora la CLIC. Así se va viendo el lago Rupanco desde el cerro Sarnoso, NATURAL. Las termas del Rupanco son pozones en la arena, naturaleza y la tierra, que disfruta de detalles como ver crecer una mata de cilantro, cosechar frambuesas o comer productos locales”, dice la señora Carlota. “Esto puede ser un gran destino turístico.
Pero tenemos que hacerlo bien”. Un sueño en francés Hace unos 15 años, después de un largo viaje por el mundo, el chef francés Mickael Drahy y su mujer Audrey Amiard llegaron al sur de Chile y su vida cambió para siempre.
Por entonces eran solo unos veinteañeros de Lyon en busca de aventuras, pero cuando vieron los hermosos y solitarios campos del lago Rupanco, la increíble figura del volcán Puntiagudo y las extrañas formas de sus cerros aledaños, como el Sarnoso o el nido de la Gallina, decidieron que su viaje terminaría aquí, y que en este mismo lugar comenzarían uno nuevo, del que nunca más han regresado.
“Revisamos nuestro presupuesto y en vez de seguir viajando, paramos aquí y conlla plata que nos quedaba nos compra"mos este terreno, para nosotros el parai so”, dice hoy Micka, como lo conocen todos, mientras probamos un suave filete de ciervo con salsa de hongos silvestres en el restaurante del Lodge El Taique, el proyecto familiar que construyó junto a Au drey y su pequeña hija, Sarah Luz, en la zona norte del lago, y que hoy es la alternativa más exclusiva y sorprendente de toda esta zona. Un hotel de diseño y cocinagourmel, a cargo del propio Micka, que sirve de cálida y acogedora base para recorrer los todavía poco conocidos atractivos del lago Rupanco.
Al Lodge El Taique llegamos una tarde después de una travesía que a futuro podría convertirse en un imperdible de esta zona, donde todo luce incipiente: desde el sector Las Gaviotas, en la ribera sur del lago, subimos a la lancha de Luis Alberto Leal, dueño de las cabañas y restaurante Paso al Bosque, y navegamos unos15 mihasta las termas del Rupanco, en la ribera norte, que no son más que agujeros cavados en la arena volcánica desde donde brota agua tan caliente que quema. "Tras pasar un par de horas ahí, llegaron abuscarnos los caballos de Zoila Corona y su hijo Horacio Fuentealba desde el tor Santa Elvira, y entonces iniciamos una cabalgata de tres horas en medio dela selva húmeda, donde Horacio tenía que ir abriendo camino a punta de machete.
Durante el recorrido —que también se podría hacer perfectamente a pie, para abaratar costos— íbamos pasando hermosos campos y parcelas que se han vendido en el último tiempo y que, de concretarse el proyecto de circunvalación, los hará mucho más accesibles, para bien —o para mal— de sus nuevos dueños, santiaguinos en su mayoría.
Al día siguiente, desde El Taique fui"mos a conocer el gran salto del Calzoncillo, una furibunda caída de agua de unos 400 metros de altura en la ribera norte, de posibilidades aún no desarrolladas: solo existe un pequeño mirador para ver el inicio de la cascada, con acceso desdeel campo de la señora Margot Quisel. Si uno quisiera verlo en todo su esplendor —que es la gracia, porque el salto es realmente grande—, tendría que hacerlo desde el lago mismo, embarcado en lancha o en kayak. O bien se podría construir una escalera segura que baje por el acantilado y llegue a un mirador que permita tener una buena vista desde abajo. Eso hoy todavía parece una quimera. Hasta ahora, solo algunos voluntarios y pequeñas agrupaciones de empresarios turísticos —como la Corporación Impulsa Puyehue— están intentando poner en valor toda esta zona.
“Aquí está lleno de rutas para abrir”, dice Marco Zúñiga, uno de los fundadores del Club Deportivo Andino Futañil de Puyehue, que está promoviendo actividades de trekking y cultura de montaña en niños de colegios de la zoLodge El Taique: El mejor de la zona, 'con hotel boutique, dos cabañas y restaurante de cocina francesa y gourmet. Sector El Taique, en la parte norte del lago Rupanco. Cel. +569 9213 8105; Lodgefl Taique. Cl Paraiso de la Montaña: Cabañas, agroturismo y excursiones en el sector Las Gaviotas, Pertenece a la Asociación Chilena de Turismo Rural (Achitur). Cel. +569 8897 2221 El Paraisodel Rupanco. Cl Paso al Bosque: Cabañas, restaurante y navegación a termas de Rupanco. Sector Las Gaviotas. Cel, +569 9766 6521 Hospedaje Paso Al Bosque. Dl Tierra Sur: Experiencias de turismo rural, vivero, quincho y cocina con productos del propio campo, en sector Puerto Chalupa, ribera norte del Rupanco. Contactar previamente: cel. +569 9444 2633; tierrasur Cabalgatas Santa Elvira: Su base está en este sector de la ribera norte del Rupanco. Cel. +569 9580 7224, Acuario Puyehue: El primer acuario de agua dulce de Chile, granja educativa y coto de pesca. Bonito paseo para hacer con niños, a 2 kilómetros de Entre Lagos. Cel. +569 8634 4271 Acuario Lago Puyehue. Cl Camping Los Copihues: Camping y cabañas en un bosque a orillas del lago Puyehue, en el kilómetro 58 de la Ruta CH-215. Cel, +569 7479 0981: Campinglos Copihuescl Conquista Patagonia: Turoperador que puede organizar este mismo recorrido con termas, trekking, cabalgata y alojamiento. Contacto con Omar Hernández (el mismo tras las carreras Conquista Chile), cel. +569 9477 0852; Conquista Patagonia. Cl SALVAJE. La ribera norte del lago Rupanco tiene varios tramos sin camino, donde hay senderos que se abren a machete. HITO. El sector Las Gaviotas es uno de los más lindos del lago.
El camino vehicular se acaba de abrir, tras décadas de espera. na, y que trabajó en la delimitación y enrejado del pequeño mirador que hay en el salto, Marco, hincha acérrimo de la Unión Española, ha subido casi todos los cerros y volcanes en torno a los lagos Rupanco y Puyehue, y por estos días investiga una antigua ruta de arrieros que permitiría llegar caminando hasta Peulla, en la frontera con Argentina, lo que hasta ahora se hace solo cruzando en catamarán el lago Todos los Santos desde Petrohué. Junto a Marco subimos esa misma mahana el cerro Sarnoso, un estrato-volcán metros de altura, con llamativos filos rugosos en su cumbre que se alcanza tras una subida de unas dos horas y medía.
El sendero está muy bien marcado y se adentra en un tupido bosque de Nothofagus que en otoño adquieren hermosos tonos amarillos y anaranjados, Cada ciertos tramos aparecen algunos claros que regalan espectaculares vistas hacía la alargada forma del Rupanco, con su característico islote-península al medio. Si está despejado, también se ven los volcanes Puntiagudo y Osorno, con su cumbre nevada, y más allá, el gran lago Llanquihue.
Una belleza por donde se le mire, Los nuevos colonos La desconocida historia dellago Rupanco —muy bien documentada en el libro Las voces del lago— podría resumirse así Este fue un territorio ancestral de los pueblos mapuche-huilliche, cuyos primeros registros escritos fueron realizados por exploradores como Ignacio Domeyko y Guillermo Dóll a mediados del siglo XIX.
La colonización del lago fue impulsada a partir de 1905, cuando el Estado, a través dela Sociedad Colonizadora Rupanco, entregó estas tierras a particulares “en pos del progreso y la soberanía”. Esa entidad, controlada por la alta sociedad santiaguia de entonces, se repartió más de 40 mil Hectáreas de terreno, donde se ron diversas colonias agrícolas (origen de lugares como la Hacienda Rupanco, que fue expropiada durante la Reforma Agraría de 1969 y entregada a cooperativas locales, pero luego, durante la dictadura mi litar, se les devolvió a privados) El libro cuenta que, mientras a las haciendas se les entregaron las tierras cercanas al valle central, de enormes pampas y suaves lomajes, a los colonos chilenos les dieron las parcelas de la cordillera, en un monte virgen, de escarpados cerros y sin camino, una realidad que recién ahora está cambiando, cuando existe algo más de conectividad. Cuando llegaron esos colonos chilenos, a comienzos del siglo XX, los mapuche ya no estaban.
Desde entonces, por años se dedicaron a la agricultura, la crianza de vacunos y la tala de alerces para hacer tejuelas, hasta que vino el terremoto de 1960 y más tardo, en 1974, la prohibición decortar este árbol, y esta actividad se detuvo.
Durante casi 30 años el lago Rupanco se mantuvo en silencio, y fue hacia los años 90 cuando comenzaron a llegar nuevos colonos, muchos de ellos familiares de los primeros, que habían dejado estos campos tras el cataclismo.
“Cuando llegamos acá, hace 25 años, todo esto era un bosque en el que teníamos que meternos gateando, a puro ñeque”, dice Sandra Ortega, la energética dueña de Paraíso de la Montaña, un proyecto de cabañas y agroturismo en el sector Las Gaviotas, hasta donde ahora se puede llegar en auto y que, sin duda, es uno de los sectores más hermosos del Rupanco. A diferencia de otras localidados del lago, en Las Gaviotas hay suaves praderas y campos planos, y un río que nace enla cordillera y desemboca en una herLABOR. Omar Hernández, de Conquista Patagonia, organiza carreras y tours en la zona. Aquí, en el cerro Sarnoso. RURAL. Sandra Ortega, pionera del turismo en el sector Las Gaviotas. mosa bahía con una larga playa de arena volcánica. Apesar de su lejanía, Las Gaviotas ha tenido un incipiente desarrollo turístico principalmente gracias a sus atractivos naturales.
Desde aquí, por ejemplo, es posible hacer una ruta de trekking de dos días que conduce al lago Todos los Santos, pasando por las termas naturales de El Callao y que, se dice —aunque algunos lo ponen en duda, ya que no hay registros—, habría sido utilizada por los jesuitas evangelizadores durante la Colonia.
E incluso que sería el camino hacia la mítica Ciudad de los Césares, una fabulosa urbe de oro y plata en la Patagonia que habría obsesionado a los e: pañoles, pero que nunca nadie ha encontrado, Con la llegada del camino vehicular, y su posible continuación por la ribera norte del lago, es difícil que Las Gaviotas no cambie en los próximos años, De hecho, por estos días ya existe un proyecto de parcelas llamado Exploradores del Rupanco, que busca desarrollar este antes desconectado sector en el extremo sureste del lago, que tiene varios senderos por explorar y rincones para la pesca con mosca, y que hoy parece más vivo que nunca. IB LÍDER. Carlota González es de Puerto Chalupa y gran impulsora del Rupanco. EL TAIQUE. Este lodge de diseño y restaurante gourmet es el proyecto de los franceses Mickael Drahy y Audrey Amiard. LAS GAVIOTAS. En el extremo sureste del lago, aquí hay una linda playa de arena volcánica y varias rutas de trekking.