COLUMNAS DE OPINIÓN: Educación de calidad para prekínder con espacios para la mujer
COLUMNAS DE OPINIÓN: Educación de calidad para prekínder con espacios para la mujer La baja cobertura en prekinder (NT1) refleja una deuda con la primera infancia. Y además, una barrera estructural que limita la autonomía de las mujeres profundizando desigualdades de género.
El informe de caracterización de la Educación Parvularia 2024, emitido por la Subsecretaría de Educación Parvularia, evidenció una caída significativa en la matrícula: 710.934 niños y niñas están inscritos, esto significa menos del 51% del total que debería asistir. Asimismo, desde 2019, el sistema ha perdido más de 105 mil matrículas. Quizás esto sea herencia de la pandemia. Pero nos deberíamos cuestionar si estamos comprendiendo el verdadero valor pedagógico de la Educación Parvularia. El análisis de Fundación Familias Primero refuerza esta preocupación. Nos recuerda que la baja matricula se debe a factores estructurales y socioeconómicos. Además de barreras de acceso, procesos de postulación complejos, y una percepción de guardería, más que un espacio de formación integral para niños y niñas. Y es que la educación primaria es más que una conexión hacia primero básico, es donde se desarrollan habilidades cognitivas, emocionales, lingúísticas y sociales vitales para toda la vida. Es decir, la herramienta más potente de equidad social y educativa. En este tema existe otro impacto silencioso, la penalización de la maternidad. Según el Observatorio del Contexto Económico de la Universidad Diego Portales, en 2023, más de 1,3 millones de mujeres estaban fuera del mercado laboral por razones familiares permanentes.
Esto representa el 95% de quienes están inactivas por cuidados. ¿Será la falta de acceso a prekinder lo que mantiene a muchas chilenas en el ámbito doméstico, perpetuando desigualdades de género? desigualdades de género? Geraldine Jara Directora de carrera Educación Parvularia, mención en Inclusión en contextos de infancia, Universidad Andrés Bello. Hoy se requiere una respuesta que sea pedagógica, social y estructural. Además de políticas que reconozcan las diversidades territoriales y familiares. Como de un valiente acercamiento hacia la corresponsabilidad social del cuidado. Invertir en Educación Parvularia, es un acto de justicia para la infancia y la posibilidad de una justa autonomía para miles de chilenas..