Una brecha que crece e incomoda
Una brecha que crece e incomoda A medida que transcurre el tiempo, el fallido intento refundacional del país queda cada vez más apartado de las preocupaciones fundamentales de la población y más distante de sus ideas permanentes.
El rechazo transversal que se ha generado frente a la agenda identitaria, a la fragmentación de la justicia, a la repulsa a Carabineros, al aumento de la violencia y su secuela de inseguridad generalizada, al abandono del crecimiento como meta país, y la frustración que todo eso provoca en las familias muestran que de ese tiempo a esta parte se ha verificado un profundo cambio en el ánimo ciudadano. Ello ha incidido en una modificación --lamentablemente, solo parcial hasta ahora-de las iniciativas de gobierno.
Por ejemplo, de la reforma tributaria la autoridad pasó a hablar de pacto fiscal; de la Empresa Nacional del Litio, a la sociedad entre Codelco y SQM, y de una cierta displicencia inicial, a una difícil y parcialmente implementada agenda de seguridad.
Ello ha generado, simultáneamente, una tensión y una brecha en el oficialismo, entre quienes impulsan ese cambio respecto del plan original y quienes lo denuncian como una traición al mismo y un abandono de las convicciones más profundas que este albergaba. Un símbolo de esa brecha han sido las recientes expresiones vertidas por el Presidente Boric en una entrevista con radios de la Archi.
En ella dijo que había sido un error el indulto a Luis Castillo --uno de los "presos de la revuelta"--; que el símbolo del "perro matapacos" había sido insultante y denigrante para Carabineros (a pesar de haber tenido el propio mandatario en el pasado una pegatina de aquel en su computador), y que la situación hoy en Cuba "es grave, en donde se está pasando hambre y en donde es necesario levantar el bloqueo unilateral y avanzar en la democratización del mismo país", en lo que tal vez constituya la más directa crítica a esa dictadura por parte de Boric desde su llegada a La Moneda. Por cierto, tales palabras acentuaron la tensión y la brecha ya mencionada.
En especial con el PC, cuyos dirigentes reaccionaron mostrando que su concepción de democracia no es solo distinta a la del resto del país, sino que, además, sigue siendo aquella que sustentaba hace 50 o 60 años.
Así, el diputado Boris Barrera dijo que estaba de acuerdo con la condena al bloqueo de EE.UU., pero, agregó, para sorpresa de quienes creen de verdad en la democracia, que "cuando el Presidente habla de la democratización, no sé a qué se refiere", pues "cada país tiene el sistema político que quiere y que se autoimpone", y "los cubanos se han dado el suyo de una manera democrática y soberana". Estas no son declaraciones aisladas o producto del apuro, sino que forman parte del planteamiento público que el PC está realizando al país y a sus partidarios más férreos.
Lo ilustra el reciente viaje a Cuba de sus máximos dirigentes, Lautaro Carmona y Bárbara Figueroa, para establecer un convenio de cooperación con el Partido Comunista de la isla y dar una "señal potente" a sus bases respecto de dónde están sus afectos y convicciones: en momentos en que el fracasado modelo económico comunista muestra síntomas de colapso y cuando el régimen agudiza la represión, el PC chileno no duda en declarar su lazo incondicional con esa dictadura.
En este sentido, resultan sugerentes las palabras de Felipe González en la entrevista que el pasado domingo otorgara a este diario, cuando afirmó que "el Presidente Boric convergerá, sin duda, hacia la socialdemocracia". De concretarse efectivamente ese giro --y de ser las señales en esa línea algo más que un acomodo coyuntural-será inevitable el ahondamiento de la brecha entre Boric y el ala más radical del oficialismo, acentuando la incomodidad que ya parece haberse generado entre ambos.
Con todo, la interrogante es si efectivamente el Presidente estará dispuesto a dar ese paso y asumir todos sus costos, o si, como ha solido ocurrir hasta ahora, a las señales recientes de moderación seguirán otras de signo opuesto, destinadas a contener el malestar del PC y de los sectores más duros del Frente Amplio, desafiando así la predicción del exgobernante español. Cuando el sistema económico cubano colapsa y la represión aumenta, el PC chileno ratifica su lazo incondicional con ese régimen..