Edulcorantes no calóricos: políticas públicas Claras para una sociedad más sana
El sobrepeso y la obesidad aparecen como flancos a combatir.
Por ello, los senadores de la Comisión de Salud Javier Macaya y Juan Luis Castro junto al especialista en Nutrición Samuel Durán coincidieron en la necesidad de avanzar en educación e impulsar la actividad física para evitar que las cifras de estas enfermedades sigan al alza. Os niños chilenos son los más obesos de Latinoamérica.
Así lo reveló un estudio liderado por universidades e instituciones de EE.UU., Australia, Irlanda y Francia, publicado por la revista médica The Lancet, y que evidenció que para 2022 en nuestro país, la prevalencia de la obesidad en niñas llegó a 20%, posicionando a Chile como único en la región con cifras sobre el 20%. Los niños chilenos, en tanto, tuvieron una tasa de obesidad del 30%, también la más alta en Latinoamérica. Las alarmantes cifras dan cuenta que los niños y adolescentes chilenos tienen —pese a la pionera Ley de Etiquetado de Alimentos— no solo hábitos alimenticios deficientes, sino también altos niveles de sedentarismo. De ahí la necesidad de impulsar políticas públicas que contribuyan a frenar los altos índices de obesidad.
El tema fue abordado por los senadores de la Comisión de Salud del Senado Javier Macaya, quien recién asumió como presidente de la instancia y el médico Juan Luis Castro, y Samuel Durán, director del Magíster de Nutrición en Salud Pública de la Universidad de San Sebastián, en el conversatorio “Endulzantes, ¿cuánto sabemos de ellos? Una Mirada desde las Políticas Públicas”. Si bien la entrada en vigencia en 2016 de la Ley 20.606 sobre composición nutricional de los alimentos y su publicidad —también conocida como la ley de sellos “Alto permitió que Chile pasara de ocupar el segundo lugar en el mundo en consumo de azúcar con 140 gramos diarios a la segunda posición en 2024, con 68 gramos de azúcar, aún queda mucho por hacer, ya que el máximo diario es de 50 gramos. "La Ley de Etiquetado ha significado una disminución de los gramos de azúcar diarios que se consumían en 2016.
Osea, claramente la advertencia al público de estos sellos ha ido generando una cultura de discriminación respecto de qué consumir o no, pero debo decir que, desgraciadamente, los números en cuanto a los porcentajes de sobrepeso y obesidad en la población en general y, especialmente, en la población infantil no son halagúeños. Por el contrario, en estos días The Lancet ha puesto a Chile en el primer lugar en Latinoamérica en obesidad infantil.
Y esto es grave”, afirma Juan Luis Castro Coincide Javier Macaya, al señalar que aunque la Ley de Etiquetado Frontal fue “un avance importante” para los alimentos envasados, existen comidas alas cuales los niños tienen acceso en las inmediaciones de los colegios, como sopaipillas y papas fritas, entre otros, que “no están reguladas y ni debidamente fiscalizadas por la autoridad sanitaria. Hay un complemento a la Ley de Etiquetado que es muy necesario y que tiene que ver con los alimentos no envasados.
No estoy hablando de regular o sobre fiscalizar, sino que de entender que nuestra población, y sobre todo nuestros niños, están teniendo acceso igual a ese tipo de productos, más allá de los sellos y los rotulados”, precisa.
Samuel Durán, a su vez, explica que existen estudios que indican que tras la Ley de Etiquetados hubo cambios en el consumo de alimentos con sellos "altos en.. . ” así como una reformulación de recetas para que los productos tuvieran menos azúcar, menos grasa saturada y menos sodio. “Por lo tanto, es muy probable que el consumidor compre marcas similareso la misma marca, pero que ese alimento tenga menos nutrientes oríticos", afirma el especialista.
CAMBIO CULTURAL Arenglón seguido, el presidente de la Comisión de Salud del Senado advirtió necesidad de impulsar acciones que promuevan un cambio cultural En este sentido, desde el Congreso propondrán tres mociones: una que una hora diaria de actividad física en los colegios, para quebrar ciclos de sedentarismo; una segunda llamada ley del vaso de agua, que implica la obligatoriedad de todo lugar gastronómico de colocar en la mesa un vaso de agua y la última que busca prohibir en un radio de 100 metros de la entrada de establecimientos educacionales la venta de alimentos altos en grasas y calorías. “Lo más importante es el cambio cultural. La política de sellos genera que la población cambie hábitos. A medida que la sociedad va evolucionando, hay más información y la gente va adaptando sus hábitos de consumo hacia alimentos saludables. Necesitamos hacer como país ir evolucionando hasta lograr que se practique más actividad deportiva”, asegura Macaya. Asimismo, advirtió el eventual contrasentido que tendría el que se incorpore una advertencia en los edulcorantes sin calorías, pues podría inducir aerror a la población, quienes podrían preferir alimentos altos en azúcar. Al respecto, Juan Luis Castro fue claro en señalar que “el enemigo principal es el azúcar.
Ahí están las cifras de obesidad y sobrepeso, Hay ciertos estudios que dicen que (los edulcorantes) pueden alterar la flora intestinal, la microbiota, hay reportes que dicen que puede que sí, puede que no, que habría receptores en el cerebro delo dulce que lo llevan auna conducta de búsqueda energética. Ahí hay algunos elementos que hay que analizarlos científicamente, con más propiedad. De haber una regulación, debiera ser por ley y no por vía administrativa”. “Los datos dicen que el consumo de endulzantes en Chile está muy por debajo del llamado IDA o Índice Diario de Admisible. O sea, no estamos al borde de una especie intoxicación de consumo descontrolado de endulzante. El peligro principal sigue siendo el alto consumo de azúcar asociado al sedentarismo y a un mal consumo en general de alimentación muy defectuosa. Entonces, creo que en esto hay que ser cauteloso y espero que vayamos precisando este tema con la autoridad”, aseveró. [o] En este código QR, puedes ver el.